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Sigo sin poder creermelo. Simplemente no puede ser. Ahora mismo todo me parece una pesadilla de la cual no puedo despertar. Por mas que me pellizque no me entra en la cabeza que todo esto esta pasando de verdad. Aiden y yo somos primos. Primos. Nosotros dos. Necesito hablar con él y contárselo, pero ahora solo me apetece seguir tumbada en mi cama y llorar como lo llevo haciendo desde que he terminado de hablar con mis padres. Nunca pensé que Aiden me iba a romper más el corazón que Alex, aunque no sea su culpa.
Lo único que siento en estos momentos es impotencia, frustración, tengo ganas de gritar hasta que me quede afónica o encogerme hasta desaparecer de este mundo.Cuando mis padres me llaman a cenar yo no voy, no me siento con fuerzas ni de ducharme. No me reconozco ni a mi misma ¿Desde cuando me niego a comer? Es decir, comer es mi... Digamos actividad favorita.

Esa noche decido no ir a ver a Aiden. No puedo decírselo aun y menos aun le voy a mentir y hacerle pensar que todo esta bien cuando no lo está.

Al despertarme al día siguiente ni enciendo el móvil porque se que Aiden me habrá enviado mil mensajes preguntando qué me ha pasado o dónde estoy. Sé que en algún momento voy a tener que enfrentarme a él, pero de momento no. Al menos mis padres últimamente están más... "majos" conmigo.

(...)

Ha pasado ya una semana y sinceramente no me veo preparada aun. Después de una semana encerrada en mi habitación llorando como si no pudiese hacer otra cosa y con barias visitas de Amelia en las que intentó hacerme sentir mejor aunque no lo consiguió. Aun así he decidido que esta tarde iría a hablar con Aiden. No le puedo hacer esto, debe de estar fatal y todo por mi culpa.

Prácticamente durante toda la mañana y parte de la tarde he estado tocando el piano. Componiendo. Expresendo, transmitiendo todo lo que siento, todo lo que tengo encerrado en mi. Pero ya ha llegado el momento de ir a ver a Aiden, no puedo entretenerme mas, eso solo hará q se me hagas más duro decirle.

Ando por las calles vacilantes hasta la puerta de su casa donde me imagino que está. Antes de llamar me lo pienso un poco, me pienso las posibilidades que tengo y las opciones que hay. Ahora mismo podría huir cual cobarde y decírselo otro dia, pero acabo llamando a la puerta. Pasan unos segundos hasta que se abre la puerta, los segundos más duros de toda mi vida, pero cuando veo quien ha abierto la puerta me arrepiento de haber llamado, tendría que haberme ido corriendo. Había sido Isabela la que había abierto la puerto y no Aiden ¿Ahora que hago? ¿Sabra ella algo?

- Hola Brooke cuanto tiempo sin verte - me saluda con su sonrisa de siempre.

- Hola - intento decir contenta, aunque no haya quedado muy creíble.

- Creo que Aiden había ido a buscarte... ¿No le has visto? - pregunta confundida.

- Ah igual no se... Nos habremos cruzado - digo sorprendida. - Mejor voy a ver si le encuentro.

- Ya no hace falta - dice una voz que reconozco como la de Aiden detrás de mi.

-Bueno yo mejor os dejo solos - dice Isabela antes de entrar por la puerta y desaparecer de mi vista.

Aiden y yo nos vamos hacia el jardín de atrás sin hablar y nos sentamos en el césped. Pasan los minutos y seguimos sin hablar, en un silencio tenso lleno de cosas que decir, pero que ninguno sabe como decirlas.

- ¿Por qué desapareciste? - pregunta Aiden rompiendo el silencio.

- No es tan fácil de explicar...

- Pues intentalo al menos - me pide enfadado. Normal que lo este, yo también lo estaria, incluso mas de lo que el está. - Llevo una semana yendo a donde quedábamos para ver si volvías o te dignabas a aparecer. Noches solo mirando como la gente pasaba y se iba a hacer cosas o a ver a alguien.

- Aiden... Lo siento - murmuro.

- Necesito que me expliques por que me has dejado plantado. Por qué has aparecido hoy en la puerta de mi casa - murmura en el mismo tono que yo. - Por favor.

- Y a eso es a lo que he venido, pero no es fácil, por lo menos para mi no - digo y en cuanto levanto la mirada veo que Aiden me esta mirando como si me incitara a seguir hablando, así que lo hago. - El día que me acompañaste a casa intente no hacer ruido al entrar porque mis padres habían llegado pronto. Al entrar estaban mis padres esperándome y me preguntaron que donde había estado. Les dije que había estado toda la tarde con Amelia porque estaba muy triste y necesitaba mi ayuda. Yo pensaba que se lo creerian, pero al parecer nos vieron besandonos en la calle y me dijeron otra vez que no nos podiamos ver. Yo no entendía el por que. El pasado es el pasado y ellos también han hecho cosas malas así que les pregunte. Entonces me llevaron al salón y me empezaron a contar - sigo hablando con lágrimas en los ojos que han aparecido sin darme cuenta siquiera. - Mi madre tenia una hermana pequeña, es decir tengo una tia a la que nunca he conocido.

- Brooke seg...

- Por favor Aiden dejame terminar - le interrumpo. - Esa hermana suya estaba embarazada con quince años y mi madre era la única que lo sabia. Un día se enfadaron y mi madre se lo dijo a mi abuela. Ella echo de casa a mi tia y mi madre nunca más la vio - tomo aire antes de decir lo que tengo que decir ahora y me limpio las lágrimas por muy estúpido que sea puesto que sigo llorando. - Cuando mi madre te conoció le recordaste a mi abuelo y entonces por eso empezó a buscar y a investigar sobre ti. Todo coincidía y mi madre no pudo hacer otra cosa que separarnos.

- ¿Que coincidía Brooke? - pregunta Aiden con miedo.

- Aiden eres mi primo - susurro como si así no me fuese a oír, aunque sé que lo ha hecho.

- No puede ser - dice Aiden seguro de que es mentira. - No podemos ser primos, es imposible. Mi madre nunca me ha dicho nada de unas hermanas. Sus padres se murieron cuando ella tenia ocho años y vivió en un orfanato. Ella me lo contó.

- Aiden lo siento - digo como puedo entre llantos. - Te quiero - le susurro antes de un beso. Se lo digo como si fuese nuestro ultimo "te quiero" y le beso como si fuese nuestro ultimo beso.

- Brooke no me hagas esto - me pide con los ojos llorosos.

- Aiden no podemos estar juntos - digo bajando la cabeza. - Creeme me duele más a mí de lo que te puedas imaginar.

- ¿Y esto es todo? - pregunta indignado. - ¿Todo lo que hemos pasado juntos para acabar así?

- No todos son finales felices - digo lo mismo que mi abuela me decía de pequeña. - Ni siquiera en los cuentos ni en las novelas todos acaban comiendo perdices.

- No tiene por que siempre acabar mal.

- Aiden somos primos, no podemos hacer mas - le digo otra vez. - Si esto es una historia de amor como la de las novelas o los cuentos ha acabado más que mal.

Me levanto antes de que diga nada mas y sea mas difícil para mi y me voy. Me voy dejando atrás quien mas me importa. Alguien que me hizo sentir lo que nunca pensé llegar a sentir. Alguien que me ha enseñado lo que es el amor de verdad. Me duele. Me duele mucho, pero voy a superarlo. Tengo que superarlo, no me queda otra.

Adiós Aiden.

Vida Imperfectamente Perfecta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora