22

204 23 0
                                    

- Ha sido genial Brooke - me dice amablemente Isabella. - Gracias.

- De nada.

Aiden tiene una sonrisa de oreja a oreja que en cuanto le miro se ensancha más, si eso es posible. Tiene una expresión en la cara que no soy capaz de descifrar. En cuanto a Kelsey está tumbada en el suelo con la cabeza apoyada en los codos para poder verme mejor.

- ¿Puedes tocar otra vez? - me pregunta la pequeña.

- Claro - respondo sonriendole.

Toco la obra que escuchó Amelia la primera y después la que Aiden escuchó. Aun así Kelsey parece no cansarse y me pide que toque más, así que toco la obra que toqué en el examen. Todos están sentados, escuchándome atentamente y en cuanto termino empiezan a aplaudir.

- Bueno chicos, creo que ya es hora de que me vaya yendo - digo al rato.

- ¡No te vayas! - me dice Kelsey poniendo pucheros.

- Eso, quedate - me dice esta vez Aiden acercándose y cogiendome de la mano. - Por favor - me susurra en cuanto ya esta al lado mía.

- Lo siento chicos, pero en serio que me tengo que ir - digo mirándoles. - Kelsey, te prometo que volveré otro día.

- Yo te acompaño - dice Aiden.

Kelsey se despide de mi con un abrazo y me pide que vuelva pronto, que soy muy "guay". En cuanto a Isabella, ella me ha dado dos besos y me ha dado las gracias, sigo sin saber por qué. Ahora caminamos Aiden y yo de la mano sin pronunciar una sola palabra.

- ¿Que hacías anoche tan tarde por la calle? - pregunto rompiendo el silencio.

- Nada - contesta mirando hacia un lado.

- Yo ya te he contado que hacia allí, ahora te toca a ti - digo y el se rasca la nuca nervioso.

- Volvía de trabajar - contesta al fin.

- ¿Trabajas por las noches?

- Algunas veces tengo que hacer horas extras.

- ¿Por qué ?

- Porque las horas que puedo ir cada día no son suficientes. Voy mientras que Kelsey y tu estáis en el colegio.

- ¿Que tengo que ver yo en esto? Querras decir solo Kelsey...

- Claro que no. Me organizo cada día como puedo para poder verte. La vecina, una vieja amiga de mi madre, me ayuda. Lleva y busca a Kelsey del colegio. La cuida un rato en lo que termino de trabajar y acompañarte a ti a casa. Luego vuelvo y llevo a mi madre a su cita con el psicólogo. Esa hora aprovecho para ver si te encuentro por el conservatorio. Después vuelvo a casa con mi madre y preparo la cena, acuesto a Kelsey y me voy a dormir si no tengo turno de noche.

Me ha dejado sin palabras ¿Ahora que digo? Así que así es como saca tiempo para verme sin dejar de lado a su familia. Es tan... No sé... Alucinante.

- ¿Por qué te molestas tanto por mí?

- Creía que ya te lo había dejado claro - me dice girándose hacia mi con una sonrisa. - Estoy enamorado de ti, joder, ¿Te lo digo otra vez?

Definitivamente ahora si que no se que decir así que opto por callarme y seguir caminando mirando al frente.

- A partir de ahora puedo ir a tu casa para que no dejes sola a Kelsey - digo al rato. - Si quieres...

Aiden me mira y asiente. En seguida estamos en mi casa. Tal y como me esperaba no están mis padres. Normal teniendo en cuenta que están trabajando y yo ahora debería estar entrando a clase. Hoy he decidido tomarme el día libre, necesito despejarme, han pasado muchas cosas desde ayer. Ahora estoy saliendo con Aiden, al chico que hace poco le odiaba. Va a ser cierto eso que me dijo Amelia de que del odio al amor hay solo un paso y yo como una tonta lo he dado ¡Pero si es un cavernícola unineuronal! ¿Que hago yo saliendo con él? No me entiendo ni a mí misma. Es la misma persona que me tiró al suelo por ir corriendo como una foca retrasada por la calle, la misma persona que me tiró a la piscina de mi casa con ropa, la misma persona que me raptó en el conservatorio para que la policía no le viera. Pero por otra parte ya no es lo mismo. No sé. Brooke Jones dudando desde el veinticuatro de abril de 1998.
Hablando del veinticuatro de abril... Quedan dos meses para mi cumpleaños. Yupi. Otro año mierdoso más para mi colección en el que importo una mierda a mis padres y tengo que cumplir sus odiosas ordenes. Dieciocho años van a ser ya... Lo bueno es que en dos meses ya podré hacer lo que me de la gana, ya seré mayor de edad y mis padres no podrán retenerme en su casa por mas tiempo.

Vida Imperfectamente Perfecta.Where stories live. Discover now