24

205 22 0
                                    

Amelia y yo llevamos en el supermercado unos quince minutos ya desde que entramos buscando todo lo que necesitamos para nuestras "pequeñas bromas". De momento tenemos los materiales para las bromas más básicas que nunca pueden faltar: huevo y papel higiénico del baño. Pobre señor Brown. Ahora estamos buscando lo que se necesita para la broma del año. Va a ser la ostia, aunque como mis padres se enteren, cosa muy probable, me meten a monja de clausura.

Cuando ya tenemos todo nos dirigimos a la caja y pagamos.

- ¡Va a ser la polla! - grita mi amiga ilusionada. Sí, ella siempre tan... sofisticada.

(...)

Decidimos empezar por lo fácil. Repito, pobre señor Brown. Empezamos tirando huevos a la fachada de su casa y acabamos tirando los rollos de papel. En el fondo queremos demasiado al señor Brown, si no su casa acabaría muuuuuucho peor...

- Vamos - digo a Amelia en cuanto terminamos y empezamos a correr hacia la casa de nuestra próxima víctima.

La señora Smith, esa sí que no me da pena. Llegamos a su casa, grande y blanca, tan perfecta como siempre. Amelia y yo nos miramos y nos miramos con una sonrisa un tanto siniestra...

- Dale - dice mi amiga impaciente. - Tu coge el Spray.

(...)

Nos paramos a mirar nuestra obra de arte en cuanto terminamos. Digamos que la antes casa blanca, ahora es una especie de arcoiris. Habíamos llenado globos de agua con pintura de colores fosforitos que han acabado en la fachada de la casa. Aparte, yo me he encargado de escribir con sprays en letras grandes y claras:

Ups. B&A.

Mientras tanto, Amelia se ha encargado de mojar la alfombra de la entrada principal con una "salsa" de pescado podrido y leche caducada. Que bien debe de oler ¿no? También, se ha encargado de poner un poco de pegamento en el picaporte de la puerta, a parte de haber colocado una cámara que grabará todo.

Estamos volviendo a mi casa cuando nos encontramos con Aiden. Sí, Aiden. Puede que tuviera turno de noche, no lo sé.

- ¡Aiden! - le llama mi amiga.

Este se gira confundido mirando a todas partes, pero sin llegar a vernos.

- Aiden, detrás tuya - hablo yo esta vez.

- Brooke - dice en cuanto se gira hacia nosotras.

- Sí, ya sé que no me queréis aqui, pero hola a ti también - dice mi amiga mientras mueve los brazos en el aire.

- Hola Amelia - dice Aiden mientras ríe.

- No, no, tranquilo que yo ya me voy para que estéis solos - contesta mi amiga dándose la vuelta.

- Te llamo mañana - le grito antes de que doble la esquina y no pueda verla. Ella simplemente asiente.

Ahora estamos solos. Aiden. Yo. Nosotros. Solos. Calle desierta. Noche. Empieza a hacer frío.

Ay sí, ya lo hemos entendido.

- ¿Vienes de trabajar? - pregunto.

- Sí, estoy muerto. Ahora iba hacia mi casa.

- Ah bueno... Pues vete a tu casa a descansar, nos vemos mañ... - empiezo a decir.

- No, no, no - me interrumpe Aiden negando muy rápido. - Quiero estar contigo.

- Pues entonces voy contigo a tu casa y tu duermes mientras que yo... Pues, no sé, ¿Preparo el desayuno?

- Si quieres vamos a mi casa, pero no pienso dormir. Tengo que aprovechar el tiempo contigo.

Señores y señoras, he aquí la razón por la que cuando Aiden me mira fijamente con sus ojos profundos, como lo acababa de hacer ahora, me derrito.

(...)

Aiden se ve tan adorable cuando duerme...

Sí, se ha acabado durmiendo, y no le culpo, estaba que se dormía de pie.

Decido levantarme y preparar el desayuno para nosotros, Kelsey e Isabella. No me complico mucho, es que no me apetecía cocinar ahora (se me da un poquito mal podemos decir)
Zumo de naranja para todos y luego se tostan unas tostadas y punto. Lo sé, me he esforzado demasiado, la próxima vez me lo curraré menos.

De vuelta a la habitación de Aiden me tumbo al lado suya mientras que él sigue durmiendo. Se ve tan guapo de cerca. Es simplemente perfecto y es mio. Bueno "mio"...

Debe sentirse observado o algo porque poco a poco va abriendo los ojos para enfocar su mirada en mí. Esos ojos... Agghh. Pasa su brazo al rededor mía para acercarme más a él. Ahora mismo daría lo que fuera por parar el tiempo y quedarme así con él para siempre.

- Te quiero - me susurra al oído.

- Y yo a ti - respondo en otro susurro.

Ya se ha hecho costumbre en nosotros susurrarnos "Te quiero" en vez de decirlo en voz alta. Y me encantaba. Eso era solo nuestro y de nadie mas. Era nuestro siempre o nuestro okay. Modo Fangirl on.

- ¿Has dormido bien? - le pregunto sin separarme de él.

- No quería dorm...

- Tenías que dormir - le interrumpo girando mi cabeza para poder mirarle a los ojos.

También se ha hecho costumbre no dejarnos terminar de hablar el uno al otro.

Nos quedamos un rato más en la misma posición. El abrazándome y acercándome todo lo que puede a él,y yo disfrutando del momento. También debo decir que no sé que colonia usa, pero huele MUY bien.

-Aid... - empieza a decir Kelsey mientras que entra por la puerta. - ¡Brooke!

Ella como buena niña pequeña que es, viene corriendo hasta la cama y salta a ella poniéndose entre Aiden y yo para así poder abrazarme. Aiden y yo nos limitamos a reír y a mirarnos por encima de la cabeza de Kelsey.

- Buenos días eh enana - dice Aiden con fingido tono molesto.

- ¿Escuchas a alguien hablar Brooke? Es que escucho como una especie de zumbido por aquí atrás - me dice la pequeña mientras que señala a Aiden.

- Sí,yo también lo he escuchado, era un zumbido como el de una mosca de esas tan pesadas - digo siguiéndole la broma.

- Bueno, pues como no me queréis... - dice mientras que se levanta.

- ¡No! - gritamos a la vez Kelsey y yo.

Aiden se ríe y vuelve a la cama con nosotras.

- Oye, Brooke, tu y yo tenemos que hablar seriamente - dice de repente Kelsey dirigiéndose a mi.

- ¿Sobre qué? - le pregunto.

- ¿Sobre qué va a ser? ¡Sobre Aiden y tu!

Vida Imperfectamente Perfecta.Onde histórias criam vida. Descubra agora