VII

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Souusuke se levantó temprano como todas las mañanas, vivía ahora de nuevo en Tokio en casa con sus padres y el dinero apenas y le alcanzaba para cubrir sus necesidades. Llevaba dos meses trabajando en la librería de su padre, no había obtenido una beca universitaria como deportista por lo que la oportunidad de estudiar una carrera se le había hecho cuesta arriba. Ya les daba muchos gastos adicionales a sus padres con el asunto de la rehabilitación como para añadirles el gasto de su educación.

Cumplió cabalmente con su trabajo hasta las dos de la tarde, retirándose en ese momento para ir a rehabilitación, tomo un autobús que lo llevaría hasta el hospital y al edificio adjunto donde le harían su rehabilitación.
Entro al edificio y entrego su orden médica a las secretarias, luego subió las escaleras y se dirigió al piso donde le harían la rehabilitación, se sentó y espero. Allí eran tratadas lesiones deportivas como la suya, pero la mayoría eran por accidentes de tránsito, se daba cuenta que era un placer para los doctores y enfermeras ver el progreso de los pacientes.

― Yamazaki Sousuke ― escuchó que le llamaban.
Sousuke entro con lentitud a la sala donde lo atenderían.
― Buenos días, Sousuke ― fue saludado como siempre por su fisiatra, a lo que él también le respondió al saludo con amabilidad.
Ya se sabía su rutina así que se quitó los zapatos y la camisa y se acostó en la camilla boca abajo esperando que comenzara con el masaje.

Siempre se sentía frustrado después de salir, aunque por supuesto notaba mejorías, el enrojecimiento en su hombro había disminuido notoriamente y ya podía subir el brazo hasta cierto punto, el alzar cosas, si era harina de otro costal. No sabía hasta cuando tendría que seguir con esa rutina.

Caminaba hasta la parada para volver a agarrar el bus cuando una voz lo saco de sus lúgubres pensamientos.

―Sousuke― escucho que le llamaban, y al voltearse, noto que lo observaban unos brillantes ojos zafiro.― Nana..., ¿Haru?― dijo sin poder ocultar su sorpresa― No se veían desde el festival de Samezuka y apenas y sabía que había llegado a Tokio a causa de Rin, quien se lo había mencionado en uno de sus conversaciones.
Comenzaron a caminar juntos hasta la parada, Haruka había salido de sus clases y se dirigía ahora al pequeño departamento que había alquilado.
―¿Cómo te ha parecido Tokio hasta ahora?― pregunto Sousuke para hacer algo de conversación ya que llevaban largo rato en silencio.
Haruka simplemente se encogió de hombros,― Mucha gente― dijo con simpleza. Ambos se detuvieron en la parada para tomar el autobús
Su autobús llego y casualmente ambos esperaban el mismo, así que subieron quedando ambos de pie y cerca, ― Tú vivías aquí en Tokio ― mencionó Haruka
― Si, estudie en la preparatoria Tokitsu, salí de ahí y me fui a Samezuka ― explicó rápidamente.

Un hombre se iba a bajar del transporte por lo que al pasar cerca de Sousuke, le lastimo el hombro sin querer, haciendo que se le dibujara un gesto de dolor en la cara, gesto que no pasó desapercibido por Haruka ―¿ Cómo sigues de tu lesión? ― pregunto algo preocupado.
―Eso es algo que no te incumbe.

Todavía le molestaba que los de Iwatobi se hubiesen enterado de su lesión, si no hubiese sido por Kisumi eso no hubiese pasado, pero con la mojado que quedo después de disparar con su la pistola de agua, Sousuke esperaba que este hubiese aprendido su lección.

Haruka parpadeo dos veces sorprendido, arrugó levemente el entrecejo y se quedó callado, mejor no seguía preguntando, quería llegar rápido a su casa, se sentía incómodo.

Sousuke bufo con molestia, sabía que no había sido la mejor respuesta que pudo darle, pero el golpe le había dolido y se descargó con él.
― Hoy tenia rehabilitación, tengo tres veces a la semana― contesto finalmente en tono conciliador.

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A la semana siguiente Sousuke comprendió que su encuentro con Haruka no había sido meramente casual, Haruka justamente salía de clases más o menos a esa hora sumado a que ese día limpiaban las piscinas por lo que no podía entrenar o simplemente relajarse en su preciada agua. Entendió que iban a coincidir muchas veces.
― ¿Qué estudias? ― pregunto un día curioso, viendo que Haruka llevaba en su bolso una lámina y una carpeta con quien sabe que cosas.
― Arte.
―¿Arte? ¿Y eres atleta? ― dijo Sousuke soltando una carcajada― La carrera de un atleta no es eterna y la de arte, no es muy fructífero― a los 35 te vas a morir de hambre, profetizo.
Haruka lo miro con molestia, ya se había acostumbrado a ese tipo de comentarios.
― Yo solo quería nadar, pero para nadar profesionalmente obtuve la beca universitaria y para eso debía hacer una carrera ― explicó lentamente.
― Y escogiste arte ― continuó Sousuke.
― La profesora Amakata me lo sugirió, es algo en que tenía muy buenas calificaciones. Bueno Haruka en realidad era muy buen estudiante pero brillaba en arte y economía doméstica.
Sousuke quiso ver si era tan bueno como había escuchado, ― ¿Puedo? ― pregunto, a lo que Haruka ni se inmuto y aprovecho para sacar un cuaderno del bolso que llevaba sobre las piernas. Ya que iban sentados en el autobús se le hizo fácil. Sousuke vio dibujado de forma hermosa el puerto de Iwatobi, había hecho mucho énfasis en los colores del atardecer y en el vuelo de una gaviota en el cielo, era un dibujo muy realista, lo que Sousuke reconoció al instante. ― Es bueno

Ecos de Amor (corregida el 20/02/2022)Where stories live. Discover now