Ayer fue uno de los mejores días de mi vida. Salí con Leila, y tuvimos una excelente tarde entre risas, coqueteos (que fueron constantes) y claro, un helado. Definitivamente una de las mejores veladas de toda mi corta existencia.
Me senté en el fondo del salón, esperando a que el profesor y el resto de mis compañeros entraran. Mis ojos víctimas de sueño, comenzaron a cerrarse involuntariamente. No podía quedarme dormido, tenía que esperar a que la rubia que acelera mi corazón a más no poder llegara para poder saludarla como corresponde.
Apoyé mi cabeza en mi brazo, preso de un cansancio que no sabía que podía llegar a sentir.
Mis sentimientos volaron provocando un cosquilleo por todo mi cuerpo cuando Leila entró por la puerta. Hoy usaba unos jeans ceñidos al cuerpo y una blusa blanca corta, que dejaba ver parte de su abdomen. Me reincorporé y alcé mi mano, sonriendo. Ella no tardó en percatarse de mi gesto y caminó en mi dirección.
-Hola Niall - saludó besando mi mejilla.
-Leila, ¿cómo estás? - pregunté y las mariposas en mi estómago no tardaron en aparecer.
-De maravilla, ¿y tú? - se sentó en el banco justo al lado mío, sacando los materiales para álgebra.
-De la misma manera - dije y ella sonrió de forma pícara.
Abrí mi boca para volver a hablar pero justo en ese momento Elena entró al salón y todos los que se encontraban hablando, riendo o simplemente mirando algún punto en las paredes se quedaron en completo silencio, con la mirada fija en ella.
Elena abrazó su cuerpo con fervor y caminó con la mirada gacha hasta su asiento, uno más adelante que el mío. Se sentó y sacó su celular, dejando de ser parte de la masa de alumnos que la miraban sin ningún pudor.
-Buenas días - la voz del Sr. Anderson obligó a todos los estudiantes a sentarse en sus respectivos asientos, y dejar de mirar con curiosidad a Elena.
Toqué su hombro, y ella se dio la vuelta enseguida, con la mirada asustada y su cuerpo tenso. Pasó un mechón de pelo por su oreja y comenzó a sacar su estuche y cuaderno de su bolso. La quedé mirando, no muy seguro de si hablarle, sentía que era poco pertinente de mi parte, pero ella dio el primer paso y me sonrió.
-Gracias Niall, bueno, a ti y a Louis - rió.
-¿Estás mejor? - pregunté.
-Si - suspiró - Ayer hablé con Harry, y estamos bien ahora.
Le sonreí y ella me quedó mirando. Parpadeó y negó con la cabeza, dándose la vuelta.
Saqué mi cuaderno, lo abrí y comencé a escribir los distintos ejercicios que estaban en la pizarra.
La verdad es que Elena me tenía preocupado. Ayer después de clases, junto a Louis la consolamos por cerca de media hora. Había discutido con Styles porque lo había encontrado coqueteando con otro chica, le pidió explicaciones y luego de negar y negar que nada había sucedido, la trató como si no valiera nada, golpeó el casillero con fuerza y la mandó al carajo.
La pobre quedó desconsolada y con su alma colgando en un hilo. No podía entender como alguien con tanto carisma y simpatía podía estar con alguien como él, un monstruo sin sentimientos y de corazón de hielo que en vez de hacerla feliz, la hacía sufrir.
Sin darme cuenta, me encontraba escribiendo el nombre de Elena en mi cuaderno. Lo rayé inmediatamente y arranqué la hoja de un solo jalón.
Leila que se encontraba a mi lado mirando con curiosidad mi actuar, me preguntó moviendo lo labios qué había ocurrido. Solo negué con la cabeza y arrugué el papel para luego botarlo en la basura.
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Elena •n.h• TERMINADA
FanfictionSiempre serás tú y solo tú, Elena. *NOTA* A pesar de que esta novela tiene total conexión con el oneshot que escribí hace un tiempo "Si, acepta", que pueden encontrar en mi perfil, no es necesario leerlo para entender esta novela. Pero si quieren ha...