IV

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Ya lunes otra vez. Devuelta a la rutina, a la escuela y a todos los por menores que trae consigo la semana.

Eran las ocho en punto y ningún alma deambulaba por los pasillos de la escuela. Caminé lentamente, sin apuros como no la hacía en mucho tiempo, hasta mi casillero en donde saqué el libro de química y algunos otros trastos que me pudieran servir a lo largo del día. Cuando lo cerré con un fuerte estrépito, a lo lejos la ligera figura de Elena se acercaba distraída tatareando alguna canción que se reproducía en su celular. Su ropa deportiva delataba que había estado entrenando, al igual que esa pequeña capa de sudor que adornaba su rostro. No pude evitar no despegar mi mirada de su silueta, incluso creo que abrí un poco la boca, por que cuando pasó a mi lado sonrió y me saludó con la mano, sin detener su ritmo.

Me sentí confundido y algo nervioso, la morena amiga de Louis había provocado algo que se supone no tuve que haber sentido. ¿Pero que digo? Si Elena es extremadamente sexy, a cualquiera le puede causar un poco de agitación verla en esa pequeña vestimenta de gimnasia.

Quité todo tipo de pensamiento que me acercara a creer que estaba comenzando a sentir algún tipo de atracción por la castaña, y caminé en dirección al laboratorio, donde me senté y comencé a adelantar el trabajo que teníamos que entregar con Louis hoy. Necesitaba que llegara luego para poder concretarlo y comencé a desesperarme a medida que la hora avanzaba y aún no llegaba.

Eran las 8:30 y el timbre sonó, mis compañeros comenzaron a sentarse en sus respectivos puestos esperando a la llegada de la profesora. Miré la puerta nervioso, luego a mi celular. Ningún mensaje o llamada de Louis excusando su atraso.

La Srta. Allison Reed entró con los brazos abarrotados de libros, mientras intentaba arreglar sus lentes. Todos se quedaron sentados y callados como si de un interrogatorio se tratara. Dejó los libros con gran alboroto sobre la mesa y se apoyó sobre ellos. Dio un largo suspiro en el cual nadie se atrevió a hablar, con suerte se respiró, y comenzó con la clase.

Seguí escribiendo lo más rápido que podía, sin prestar atención a ninguna de las palabras que la profesora declamaba con gran entusiasmo. De vez en cuando alzaba la mirada hacia la puerta con la esperanza de que el idiota de Louis se dignara a aparecer.

El golpeteo de la puerta interrumpió la clase. Allison Reed rodó los ojos con tanto odio e impaciencia que a más de alguno se le salió una carcajada. Abrió la puerta con desgano y se cruzó de brazos cuando la típica sonrisa de mi amigo hizo presencia.

-¿Estás son horas de llegar Sr. Tomlinson? - preguntó de brazos cruzados en su tono serio.

No sé porque se esmeraba tanto en sonar como una persona madura y sofisticada, si cuando estaba fuera del aula de clases se comportaba como una alumna más. Jamás lo comprendería y no pensaba en estos momentos comenzar a debatirlo, solo necesitaba que dejara entrar al estúpido y desconsiderado de Louis  para poder entregarle al final de la clase el maldito trabajo.

-Me... quedé dormido - dijo pasando sus manos con nerviosismo por su cabello.

-De acuerdo, puedes entrar.

Mi amigo sonrió con victoria y se apresuró a meter su gordo trasero dentro del salón.

-Que no se vuelva a repetir, porque no tendré piedad - la profesora alzó su delgada ceja y Louis solo asintió levemente con su cabeza.

Cuando se sentó a mi lado planté el libro en su mesa y le indiqué que terminara de resolver los tres últimos ejercicios. Me miró sin entender porque tenía que él terminarlos, y en ese momento la sangre comenzó a hervirme.

-Porque tenemos que entregar este maldito trabajo al final de la hora, y tú no has hecho absolutamente nada. Sin mencionar que has llegado atrasado, ¿dónde mierda has estado? - hablé susurrando sin despegar mis dientes.

Elena •n.h• TERMINADAWhere stories live. Discover now