¿Por qué tendrías miedo?

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Me pasé la mano por el cabello para sacarlo de la vista de mis ojos. Bostecé mientras que me levantaba despacio de la cama para no marearme.

Al momento en que abrí los ojos estuve consiente de donde estaba, en la pequeña cama que Mingyu me había prestado el día anterior para poder pasar la noche.

Hice chocar unas cuantas veces mi lengua contra mi paladar para poder deshacerme del asqueroso sabor de mi boca, cosa que no logré.

Me puse de pie y fui directo hacia mi bolso para poder sacar mi cepillo de dientes junto con la pasta. Aplasté un poco el tubo para esperar que el contenido cayera sobre el cepillo de dientes. En cuanto terminé con esa acción, guardé la pasta dentro del bolso y me metí en cepillo a la boca.

Jugué un rato con el cepillo en mi boca mientras que me dirigía al baño, el cual había visto la noche anterior al bañarme. Entre sin más y me posicioné delante del espejo mientras que pasaba el cepillo de un lado a otro dentro de mi boca.

Abrí la llave del lavamanos para poder escupir y mijar levemente mi cepillo, luego me lo volví a pasar por los dientes, sin cerrar la llave.

-¡Ah! –Un grito a mi izquierda me hizo sobresaltarme.

-Mingyu lo siento –Dije asustado aun con el cepillo en mi boca mientras que veía el lejano cuerpo desnudo difuminado por la puerta corrediza.

-Est-Está... helada.

-¿Helada? ¿A qué te...? -Miré rápidamente al lavamanos y cerré de un manotazo la llave- Lo siento no sabía que estabas usando el baño.

-No te preocupes –Dijo el chico después de un momento de silencio- Debí trabar la puerta.

-Entonces te dejo que te duches –Dije mientras sacaba el cepillo de mi boca para que se entendiera más lo que trataba de decir.

-No te preocupes, puedes seguir lavándote los dientes –Mingyu abrió solo un poco la puerta corrediza, lo necesario para sacar la mano y alcanzar la toalla blanca.

Me quedé ahí un momento mientras que veía como Mingyu detrás de la pared de vidrio hacia mover la toalla a su alrededor y luego abría completamente la puerta para poder salir de la ducha.

Su cuerpo aún seguía mojado, de su cabello caían gotas hasta rebotar en su pecho y deslizarse por este, casi con sutileza. La toalla blanca que permanecía colgando de su cintura me asustaba un poco, pareciera que en cualquier momento se le fuera a caer.

Mingyu se veía distinto, definitivamente; aunque no podía describir con exactitud qué era lo que me estaba provocando Mingyu en ese momento.

-Continúa –Me dijo sonriendo a la vez que me apuntaba el cepillo de dientes en mi mano derecha.

Me quedé estático, de la misma manera en cuanto Mingyu salió de la ducha, sin moverme ni un centímetro.

El chico se acercó hasta mí y pasó su dedo pulgar por mi labio inferior; mis ojos se abrieron considerablemente y Mingyu me sonrió, como si no supiera que causaba un extraño efecto en mí.

-Tienes pasta –Me apuntó el labio y luego sonrió para salir del baño, dejándome clavado al suelo.

Me voltee rápidamente al espejo y en efectivo la pasta había dejado un pequeño rastro blanco por mi labio inferior y barbilla.

Abrí la llave para tomar un poco de agua y enjuagarme la boca para después limpiar mi cepillo de dientes con el líquido transparente.

Al terminar me sequé la boca con una toalla y salí del baño directo hacia la habitación que me había asignado Mingyu la noche anterior.

From what to what? [Meanie]Where stories live. Discover now