From what to what? [Meanie]

Está perfectamente bien

-Wonwoo, no. –Dijo Mingyu empujándome suavemente por los hombros.

Refunfuñé y dejé de insistir para dejarme acostar a un lado del peli-azul mientras que le daba la espalda.

-No te molestes. –Dijo acercando su cabeza a mi nuca.

-No estoy molesto. –Exclamé en un murmuro concentrándome en lo oscuro que estaba el cuarto.

-A mi igual me gustaría besarte. –Dijo y yo me di vuelta en la cama para quedar mirando hacia el techo.

-¿Entonces por qué no lo haces? –Pregunté girando un poco la cabeza para ver su perfil.

Nos encontrábamos los dos acostado en una pequeña cama que había usado yo siempre que venía a la casa de mis abuelos, así que ahora nos mandaron a los dos a dormir sobre este diminuto colchó, aunque estar tan cerca de Mingyu no me molestaba para nada.

-No puedo hacerlo. –Dijo corriendo su mirada hacia las cortinas cerradas.

Me subí sobre su regazo y me acerqué lo suficiente para besarlo pero Mingyu corrió inmediatamente el rostro cuando me sintió demasiado cerca.

-¿Estás hablando en serio? –Murmuré un poco sorprendido.

-Wonwoo... -Yo abrí un poco la boca ante el asombro.

-¿No puedes hacerlo o no quieres hacerlo? –Interrogué alejando un poco mi cara de la suya.

-No puedo hacerlo, esta es la casa de tus abuelos y ni siquiera somos novios. –Dijo haciéndome reír un poco.

-¿Acaso es necesario que seamos novios? –Pregunté con simpatía.

-¡Claro que sí! –Respondió como si fuera algo totalmente obvio-. No quiero faltarle el respeto a tu familia.

-Deberías dejar de pensar estupideces. –Dije bajándome de sobre su regazo y acomodándome a su costado, apoyé mi cabeza sobre su pecho.

Me qué un rato mirando hacia el techo de la habitación, ninguno de los dos dijo algo durante esos segundos.

-¿Así que no me besarás? –Pregunté mirando el techo de la habitación; de reojo y entre la oscuridad lo vi negar con la cabeza.

Refunfuñé sonoramente y pude escuchar la suave risa de Mingyu y como su pecho vibraba ante la acción.

-Lo haremos después ¿sí? –Sentí como sus labios besaban delicadamente mi mejilla.

-Está bien. –Dije con un poco de descontento.

[...]

-Mingyu. –Lo llamé pero él no me contestó.

Abrí los ojos por la incomodidad que sentía al soportar que el sol de la mañana me llegara directo a los ojos.

Pestañee unas cuantas veces y luego me refregué los ojos con mis manos hecha puños, me removí en la cama.

-¿Mingyu? –Me senté sobre el colchón mientras miraba a mí alrededor.

Él no estaba.

Me paré con rapidez y caminé hacia la puerta, al abrirla me encontré con que mi madre estaba caminando por los pasillos del segundo piso.

-Mamá. –La llamé y ella inmediatamente se dio vuelta para mirarme con una mirada seria.

-Necesito hablar contigo. –Dijo manteniendo su rostro sombrío.

-¿Qué pasa? ¿Dónde está Mingyu? –Pregunté casi con desesperación.

Mi madre me empujó levemente del hombro para adentrarme por completo a la habitación, cerró la puerta detrás de ella y me acercó hasta la cama.