Él ✧ sebaciel

sesenta y nueve

Tus débiles susurros, se transformaron en gritos.

Pasabas de manera desesperada tus manos por el cabello, arrancando varios mechones de él.

Y yo estaba inmóvil.

No podía acercarme a ti, no me escuchabas. No era capaz de calmarte.

Estábamos en medio de la calle, en cualquier momento las personas de las casas podrían salir.

De repente, dejaste de gritar.

Parecías mareado, te apoyaste en tus rodillas y devolviste lo poco que comiste.

Volviste a llorar, y sentí demasiada impotencia.

Sin importarme lo que dirías, te apreté contra mí con todas mis fuerzas.

"Te amo, Ciel. Necesito que estés bien, para poder estar bien también. Tranquilo, te ayudaré a superar lo que pasó. Estaré contigo siempre, sin importar qué. Lo juro", pronuncié aquello con calma, tratando de transmitirte seguridad.

Pero, sentía una opresión en el pecho.

Porque no planeaba que la primera vez que dijera que te amo, fuera en una situación así de horrible.