noventa

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Tenías un gran corte en tu mejilla, con rastros de sangre coagulada y lágrimas secas en ella.

Permanecías estático, con la respiración errante e interrumpida de forma intermitente.

Estabas mirando el cuerpo de un hombre, que yacía tirado en el suelo.

¿Sabes qué era lo más aterrador de todo esto?

Tenía exactamente los mismos rasgos que tú.

Me quedé mirando la escena, por más que no estuviera viendo nada.

Porque la realidad se había vuelto más que confusa.

Mi cabeza daba vueltas, los pensamientos azotaban como un huracán.

Pero, tampoco podía pensar con claridad.

Sentía como mis entrañas se apretaban.

Y grité, en silencio.

Sintiendo, de igual forma, la garganta desgarrada.

Él ✧ sebacielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora