ochenta y nueve

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Empujé el vidrio con mi antebrazo, escabulléndome dentro.

De manera inmediata, un metálico olor invadió por completo mis fosas nasales.

Mi estómago se revolvió, de una manera asquerosa.

Mis pasos resonaban en la penumbra del pasillo, mientras recorría aquel lugar desconocido.

El silencio era tanto, que podía llegar a ser asfixiante.

Con el miedo oprimiendo mi pecho, me dirigí a la única habitación que se veía iluminada.

El oxidante aroma se hizo más fuerte, a tal punto en el que debí aguantar la respiración, para no vomitar.

Una franja de luz iluminó mi cara, la sala.

Fue entonces cuando bajé mi vista a la alfombra, la cual tenía una gran mancha color carmesí.

Es hora de que me digan si prefieren cruel o muy cruel :v

Él ✧ sebacielWhere stories live. Discover now