epílogo

2.5K 314 74
                                    

Prometimos amarnos por toda la eternidad.

¿Cuánto dura una eternidad, Ciel?

Ni siquiera toda una vida.

Hoy recordé lo que solíamos ser.

Lo bueno, lo malo.

El momento en que el universo dejó de girar, cuando te convertiste en el eje de mi vida.

Ese instante tan especial, cuando la quietud de mi alma se volvió un torbellino.

Tu hermosa risa, aquella que me encantaba escuchar.

Las madrugadas, con sabor a 'te amo'.

Esos abrazos, que suponía podían juntar las piezas rotas de tu alma.

Todos los besos, lentos, dulces, apasionados.

Pero, uno en especial. Ese que, desde un principio, pareció —y efectivamente fue— el último.

Y creo que el peor error, fue el permitir que terminaras por enloquecer.

Si ambos perdimos la cabeza, ¿por qué rayos nos permitimos seguir con esto?

Oh, tienes razón.

"Porque nos amamos"

Eso solía decir.

Pero, estoy seguro, de que dejaste de creerme hace mucho tiempo.

O no;

Quizás fue, desde el momento en que comenzaste a mirarme con miedo colado en tus ojos.

Bueno, yo también tenía miedo.

Tus fantasmas ya no eran disimulables, y no paraban de salir.

Te perseguían, día y noche.

Dejaste de ser tú, dejé de ser yo y dejamos de ser nosotros.

Y es algo triste saber, que nuestros últimos momentos juntos, fueron en el piso del baño.

Mientras implorábamos al tiempo;

Por que volviera atrás, dejara de caminar...

Porque arrastraba con él, un poquito más de tu antiguo ser.

Lloramos tanto, que al final, sí: terminamos ahogándonos.

Tú en culpa, y yo en agonía.

La idea de perderte, era la que me mantenía despierto cada noche.

Pero esa vez, decidí dormir.

Sabiendo que en realidad, ya te había perdido.

Y pasó, lo que ya no se podía evitar más.

Esa misma mañana, tuve que decirte adiós;

Cuando te vi recostado en el sillón, sumido en un sueño del que no ibas a despertar jamás.

Y dicen que decir adiós, siempre es duro.

Pero yo creo que decir adiós, cuando eres feliz y aún te queda tanto amor por entregar...

Duele mucho más.

Cuando ves que el futuro lo revela, es devastador;

Y sabes que no volverá, sólo sabes que ya no está aquí.

No me siento tranquilo y, una vez más, no sé.

Dame tiempo, y arreglaré las cuentas.

Por ahora, sólo puedo llorar y seguir implorando por que regreses.

¿Sabes? Decidí que estaba bien sufrir por ti.

Porque me vi al espejo, y supe que ya no quedaba nada de mí.

Te entregué mi vida, te di todo.

Te fuiste, y me quedé sin nada.

Al parecer, fue imposible enfrentar a todos tus demonios.

Eso que, lo hicimos juntos.

Nos abrazamos en las noches más frías, y nos besamos en los momentos más dolorosos.

Pero no bastó verte dormir por meses, darte besos todas las mañanas.

Supongo que, en nuestra situación, el amor no es suficiente.

Me sobró bastante de él.

Y aún sabiendo, que en esta vida todo tiene fin...

El tuyo conmigo me molesta demasiado.

Porque se fue todo lo que construimos.

Las risas, los besos, los juegos, los abrazos, las caricias.

Te fuiste tú.

Pero tu recuerdo, tu olor, el eco de tu risa, tu ser, tu esencia y tu sincero y apasionado amor se quedó en la habitación.

En el lado de la cama, que quedaría vacío.

Y, a cambio, me quedé sin saber qué hacer;

¿Qué debería sentir?

¿Quién debería ser?

¿De qué manera seguir?

Lo lamento, sé que tú no querías esto, pero debo seguirte.

Ya no me queda nada aquí.

Quiero gritar, e irme lejos, muy lejos.

Porque por más que me levante a la misma hora, recorra las mismas calles a escondidas...

Ya no quería seguir con la rutina.

Porque tú no estabas ahí, para interrumpirla.

Pero, ¿qué podía hacer yo?

Si el destino fue tan mentiroso, y se mostró brillante en tu falsa sonrisa...

El reloj se volvió un cómplice, tu imagen una sombra blanca de deseos...

Que anidaron tu nombre en cada uno de mis silencios.

Tejiste tanta magia entre suspiros, que pudiste ocultar la debilidad que existía entre nosotros...

Lo destructibles que éramos.

Sin embargo, te convertiste en un cofre de infinitas sorpresas, que hicieron renacer mi vida.

Nuestras sonrisas se encontraron, en un camino de historias compartidas.

La luz de nuestras miradas, que se unificaron eternas.

Y caminamos tanto tiempo en sentido contrario, que dejamos nuestras almas entrelazadas.

Por eso sé, que el adiós que te doy y me diste, no fue ni será definitivo.

También sabía con certeza que, en otra vida o en el obscuro averno, nos volveríamos a encontrar.

Porque tú, te llevaste mi corazón.

Y yo, me quedé con el tuyo.

Él ✧ sebacielWhere stories live. Discover now