18

94 12 0
                                    


Ahora mismo no sé que decir, no sé que hacer, simplemente estoy callada y quieta mirando fijamente a Aiden.

No entiendo nada. Fuimos novios, luego eramos primos. Perdí la memoria y nos besamos, recordé que eramos primos y ahora me viene con esto. No sé como tomármelo. ¿Debería besarle como en las películas o mejor quedarme callada? ¿Debería salir corriendo y alejarme de toda esta situación?

Pasan los minutos y Aiden parece cada vez más nervioso, pero es que no sale ni una sola palabra de mi boca. No creo que pueda decir algo que tenga sentido en estos momentos. Ni si quiera puedo moverme. Todo me da vueltas y siento que en cualquier momento me va a dar algo.

- ¿Brooke? - me llama Aiden a la vez que se acerca un poco más a mí y me aparta un mechón de pelo que estaba en mi cara. - Brooke, no te estreses, solo quería contártelo todo. Ya era hora de que supieses la verdad y entiendo que sea duro para ti escuchar todo esto, así que no hay prisa.

Hace una pausa y sé que está esperando a que diga algo o a que reaccione por lo menos. Sus ojos me recorren de arriba abajo buscando la más mínima reacción, pero yo sigo sin moverme.

- No te obligo, ni te pido que volvamos a tener lo que teníamos hace unos años porque es imposible, pero ¿Que te parece empezar de cero? - Clava su mirada profunda en mis ojos. - Como si no tuviéramos una historia. Podemos empezar a escribir una nueva desde el principio. Olvidando todos los problemas que hemos tenido, todos los problemas que nos han separado. Solo tú y yo. - Pone su mano encima de la mía haciendo que baje la mirada hacia ellas y la vuelva a subir a su rostro en el que ahora predomina una gran sonrisa. - Te prometo que nada ni nadie nos separará, te quiero Brooke.

Mi corazón late demasiado deprisa y me estoy empezando a marear. Esto es demasiado para mí. No quiero echarme a llorar, aunque es en lo único que pienso en estos momentos. No quiero llorar más, no quiero que Aiden, ni nadie, me vea llorar, me hace sentir débil y tonta.


- No hace falta que me respondas ahora - añade y yo asiento.


Sé que cuando esté sola en casa me querré dar a bofetadas por no haber dicho nada, por no haber dado una respuesta a Aiden. En realidad la respuesta la tengo clara, yo le quiero y le daría todas las oportunidades q pudiese, pero ahora mismo no puedo hablar siquiera.

- Lo sie-siento - murmuro a la vez que me levanto de su cama y salgo corriendo.

No me preocupo por el portazo que doy al salir, ni por la mirada que me echa Kelsey al verme huyendo de su hermano. Solo quiero... Estar sola y poder tocar el piano.

- ¡Brooke! - me llama Amelia en cuanto me ve corriendo. - ¡Para! ¡¡Brooke!!

Yo sigo corriendo sin hacer caso a mi amiga la cual sigue gritando que vuelva. Unas lágrimas traviesas se escapan de mis ojos y se abren camino a través de mis mejillas.

No llores, inútil, no llores. No puedes llorar más.

Corro y corro hasta llegar al conservatorio en el que ya no hay nadie ya que es época de exámenes y ya están acabandolos. Me pierdo por los pasillos hasta encontrar la sala a la que siempre recurría cuando necesitaba escapar.

Mi móvil empieza a sonar y veo que es Amelia la que me está llamando. Cuelgo y lo apago para que no me pueda llamar más porque sé que lo hará. No quiero estar mal con ella, ni que se preocupe sin que sea necesario. Está haciendo mucho por mí y yo no puedo devolvérselo.

Sé que debería llamarla y decirle que no se preocupe por mí, pero necesito estar sola un rato y dejar de pensar... Necesito no pensar en Aiden y sé que ha sido una mala idea venir aquí teniendo en cuenta todo lo que pasamos juntos en este conservatorio. Aquí nos conocimos... Han pasado seis años desde que nos conocimos, pero me parece como si nos hubiésemos conocido hace una semana. No sé si es por mi perdida de memoria o por que realmente siento que es así, que el tiempo con él vuela.


No entiendo como aún me aguanta Aiden, teniendo en cuenta todo lo que me ha pasado. Yo si fuese él me alejaría de un chica estúpida que sólo sabe llorar y no se acuerda de nada. Siento que en el fondo es culpa mía que siga queriendo estar conmigo, por hacerle caso. Debería ser menos egoísta y dejarle vivir su vida sin tener que estar atento de mí. Él se merece eso y más, no quiero retenerle.

Me siento en la banqueta y tomo aire. Ni siquiera puedo tocar el piano porque sigo teniendo el brazo escayolado. Me siento tan inútil sentada aquí, sin poder hacer lo que más me gusta, sin estar con la persona con la que más quiero estar...

No más Aiden. Tengo que hacerlo... Por él.


Vida Perfectamente ImperfectaWhere stories live. Discover now