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POV Amelia

Hace un rato que Brooke y Aiden han entrado en la casa y yo ya estoy aburrida. Se me han acabado las redes sociales que revisar por lo que estoy viendo antiguas fotos.

De repente oigo un portazo que me hace levantar la vista de mi móvil y veo que es Brooke que está corriendo.

- ¡Brooke! - la llamo, pero ella sigue corriendo. - ¡Para! ¡¡Brooke!!

Por más que la llamo ella no me hace caso y sigue a lo suyo. Cuando me doy por vencida me fijo en que Aiden está en la puerta mirando hacia donde Brooke se ha ido.

- ¿Que ha pasado? - pregunto enfadada en cuanto me acerco a él. - ¿Que le has hecho?

- ¡Nada! - me grita frustrado. -Solo... Le he contado que no somos primos como te he dicho por teléfono que iba a hacer, pero no se lo ha tomado bien.

Sé que él no tiene la culpa, que está sufriendo mucho y que lo único que quiere es a Brooke. Pero tiene que comprender que ella también está sufriendo, mucho más que él y que necesita su tiempo y su espacio.

- ¿Donde crees que puede ir? - le pregunto más tranquila.

- No tengo ni idea, al conservatorio tal vez o a su casa... Ni idea - responde en un murmuro.

Al conservatorio.

- ¿Puedes llamarla? A mi no me va a coger el móvil - me pide.

Asiento a la vez que saco mi móvil del bolsillo de mis vaqueros y empiezo a marcar el número de Brooke. Suenan dos pitidos y entonces me cuelga.

- Me ha colgado - le digo volviendo a marcar, pero esta vez me salta el contestador. - Ha apagado el móvil.

Normal, querrá estar sola. Yo también hubiese apagado el móvil.

- ¿Quieres entrar a casa? - me pregunta Aiden después de un rato de silencio.

- No, creo que iré a buscar a Brooke. - Asiente y empieza a caminar hacia su casa cuando le llamo haciendo que se gire a mirarme - No se lo tengas en cuenta. Ella ahora mismo está mal y se siente sola, no ve a toda la gente que tiene alrededor. Solo... Dejale tiempo. - Aiden entra en su casa dejándome sola en la calle.

Ahora tengo que ir a buscar a Brooke. Sé que quiere estar sola, pero no creo que sea lo mejor para ella en estos momentos. Seguramente esté en el conservatorio y se esté culpando por no poder tocar el piano. Ella cree que todo esto es culpa suya, pero no lo es. Tiene que entenderlo, no nos puede alejar a los demás de su lado.

En unos minutos ya estoy en el vacío conservatorio. Al principio no sé ni por donde empezar a buscar, hay demasiadas salas conectadas por pasillos que me parecen interminables. Pero entonces recuerdo que siempre me decía que había una sala "especial" para ella, que había un piano precioso.

Pero, ¿Como se llamaba la sala?

No lo recuerdo, pero su profesora debe saberlo...

Empiezo a buscar la sala en la que debería estar la señora Finnigan.

- Perdone - digo nada mas entrar en la sala. - Hola señora Finnigan, soy una amiga de Brooke y necesito su ayuda para una cosa.

- Eh... Sí, claro. - responde confundida. - ¿En que te puedo ayudar?

- A ver, Brooke no está muy bien desde el accidente y bueno... Mejor voy al grano. - Tomo aire. - Brooke está en alguna parte del conservatorio y no sé donde puede estar, entonces he pensado que usted podría saberlo.

La profesora de Brooke se toma unos minutos para pensar antes de coger unas llaves y pedirme que la siga.

La sigo por los largos pasillos hasta llegar a una puerta bastante grande.

- Solía venir aquí hace unos años, aunque no creo que sepa que yo lo sé - me dice a la vez que busca una llave. - Si no está aquí no creo que esté en el conservatorio. - Por fin encuentra la llave y me la da. - Os dejo solas, después deja las llaves en la secretaría.

- Muchas gracias Señora Finnigan.

-Llámame Laura, me haces sentir vieja llamándome señora - me pide riendo. - Espero que te vaya bien con Brooke.

En cuanto entro la veo sentada mirando fijamente las teclas del piano.

- Brooke - la llamo, pero ella no me mira.

Decido sentarme en una de las sillas que hay en la sala y darle un poco de espacio.

- ¿Sabes? - dice de repente mi amiga llamando mi atención. - Me he dado cuenta de que solo molesto, solo estorbo a la gente. ¿Que hace un chico con futuro con una chica sin recuerdos? No puedo retenerle, sería de egoístas.

- ¿De que hablas? - pregunto conociendo la respuesta.

- De Aiden - contesta a la vez que dirige su mirada hacia mí. - El tiene toda una vida por delante, no puedo dejarle que se quede conmigo, algo malo le acabaría pasando, por mi culpa. - Hace una pausa. - Tú también. Tienes una vida por delante y sin embargo estas aquí conmigo. Con una chica que ni siquiera puede tocar el maldito piano.

- No digas tonterías, tú también tienes una vida por delante. Recordarás todo y...

- ¿Y si no recuerdo todo? - me interrumpe con un grito. - El doctor dijo que era posible que quedasen lagunas.

- Brooke, no estás sola en todo esto, hay gente que te quiere, hay gente que te apoya aunque ni siquiera les recuerdes ahora mismo. Mucha gente, de Londres, del conservatorio de aquí o gente que conociste hace unos años.

- ¡No, Amelia, no me entiendes! ¡Nadie me entiende! - grita. - Nadie me puede ayudar. Ni tú, ni Aiden, ni la gente que ni siquiera recuerdo. Sí que estoy sola, pero es que no quiero estar cerca de nadie porque siempre fastidio todo y no quiero que más gente sufra por mi culpa. - Toma aire y vuelve la vista al piano. -Necesito... pensar, estar sola un tiempo - susurra. - Dejar de molestaros y estorbaros. Por favor, no me busquéis, hacerlo por mí.

Se levanta y se va.

Está más rota de lo que pensaba.

Vida Perfectamente ImperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora