Dulce

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   Había muchas cosas que Junmyeon daba por sentadas en su vida, su padre como candidato presidencial era una de ellas. Desde niño le decía que algún día sería presidente y que cuando él tuviese la edad, seguiría el mismo camino, así que naturalmente Junmyeon creció con esa creencia. Kim Joonsang era un hombre inteligente, y muy capaz, tenía a sus espaldas rumores de corrupción cuando ejerció algunos cargos públicos, pero jamás había tenido problemas mayores. Y en un día todas sus aspiraciones cayeron.

—¿Cómo...? ¿Eso es posible? —preguntó en estado de shock. Aquello jamás se lo había imaginado, no podía concebirlo.

—Veo que Joonsang no te ha dicho —comentó Yixing suspirando—. Perdón por darte la noticia de forma tan repentina —se disculpó removiéndose del abrazo de Junmyeon para poder mirarlo fijamente al rostro—. Supongo que le da vergüenza decírtelo.

   Aquella idea no le sorprendía en lo absoluto, sabía que su padre era orgulloso y siempre alardeaba que algún día sería presidente de Corea del Sur, y cuando tuvo la oportunidad la había desperdiciado haciendo comentarios estúpidos.

—¿Cómo es posible...? —preguntó de nuevo, intentando comprender lo que ocurría.

—Las reacción del público no es la mejor, creen que tu padre sólo truncaría la posibilidad de que la sociedad coreana avance. Aunque hubo muchos defensores, sobre todo cristianos y católicos que insisten en que la homosexualidad es pecado y no debería permitirse.

   Junmyeon frunció el ceño porque podía imaginar a muchos de sus amigos de la adolescencia compartiendo ese pensamiento. Incluso él habló frente a jóvenes cristianos que seguramente compartían esa idea, al menos la mayoría.

—¿Es definitivo? —cuestionó interesándose en otros matices de la noticia.

—Posiblemente, las elecciones se celebrarán en un año y medio, no creo que a tu padre pueda recuperar su imagen. Para ser sincero, Han Donghwi tiene más probabilidades de ganar en este momento, la decisión del partido es la correcta.

   Junmyeon suspiró, aquello era un desastre. Todo el plan de vida que su padre había desarrollado se había destruido por su propio descuido, y aunque Junmyeon creía que se lo merecía, tampoco le era agradable verlo fallar tan miserablemente.

—¿Qué pasará con él?

—Aún permanece en el partido. El lunes se publicará un comunicado informando que tu padre irá a reflexión por sus actos.

—Entonces... ¿desaparecerá de la política? —La alarma era más que evidente en su voz. No creía que la situación llegaría a tanto.

—No, irá a Taiwan unos meses. La idea es mejorar la imagen el partido y ganar aliados. Hubo un pacto entre Donghwi y Joonsang; tu padre será ministro de asuntos exteriores y comercio si este gana.

   Junmyeon asintió a la explicación, aún así se sentía descolocado por la noticia. Él había entrado al partido como hijo del futuro presidente del país, y de un momento a otro su estatus había caído, era inevitable preocuparse por su futuro... y el de Yixing.

—¿Y nosotros? ¿Dónde quedamos?

—Estamos a salvo, Joonsang se encargó de asegurar nuestros puestos, el pacto hecho con Han Donghwi lo incluía.

   Junmyeon suspiró aliviado, su padre al menos había hecho algo bien; por un momento temió que Yixing fuese despedido y regresara a China. Un escalofrío recorrió su cuerpo sólo de pensarlo una vez más.

—Tu padre quería que fuera con él a Taiwan y después a China.

   Junmyeon abrió los ojos de forma casi cómica, las palabras de Yixing calaron en su cuerpo y juraba que sintió su corazón saltarse un latido. Aquello no podía estar ocurriendo, Yixing no podía marcharse.

El Pasante [SuLay/Layho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora