Desesperados

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   Sus manos temblaban mientras sostenía el teléfono móvil, leyó una y otra vez el mensaje, asegurándose de que fuese real y no una jugarreta de su cerebro, desesperado por tener a Yixing de vuelta. Pero ahí estaba, ese mensaje preguntándole si estaba dispuesto a seguir con su historia. Cuando vio una gota caer en la pantalla del móvil se dio cuenta de que estaba llorando. No podía controlar todos los sentimientos que se arremolinaban en su cuerpo, felicidad, siendo el principal, pero también consuelo y otras emociones que no podía desenredar en ese instante porque lo único que sabía era que quería seguir llorando y sacando todo lo que había intentando esconder por semanas mientras acomodaba su vida como le había prometido a Yixing.

   Fue tanta su emoción que ni siquiera había contestado, golpeó su cabeza cuando se dio cuenta de su despiste.

-Siempre, Zhang Yixing. No deberías preguntarlo.

   Su respuesta era con actitud, Yixing seguramente no imaginaría la crisis que se vivía en esa habitación, pero no quería quedar en ridículo. Empezó a reír, víctima del desahogo que estaba viviendo, la alegría era abrumadora, sus piernas cosquilleaban y tenía palpitaciones que lo hacían sentir como si estuviese a punto de sufrir un paro cardíaco.

   Se sobresaltó cuando el teléfono vibró en su mano, era una llamada entrante de ese número al cual muchas veces llamó sin éxito alguno. Atendió sabiendo a quién escucharía del otro lado.

—Yixing —dijo sin ni siquiera saludar como correspondía, eso podía quedar para después.

Sabía que estarías llorando —respondió Yixing—. No deberías llorar Junmyeon.

—Te amo Yixing —pronunció intentando controlar sus gimoteos.

También te amo cariño —contestó de inmediato—. Y te llamé porque quería saber si aún deseas estar a mi lado y soportarme —susurró, escuchándose tan pequeño, como si fuese un niño asustado.

—Tú sabes que aceptaré, no hay un solo día en el que no haya pensado en ti y quiero... —Guardó silencio, queriendo controlar los sollozos que amenazaban con abandonar su garganta—. Quiero compartir esta nueva etapa de mi vida junto a ti.

Lo haremos Junmyeon —aseguró—. No te preocupes por eso, ahora cálmate por favor, me parte el alma escucharte llorar —pidió con su voz tenue.

   Junmyeon sabía que debía calmarse si quería tener una conversación decente con Yixing, así que inhaló y exhaló varias veces, hasta que sintió que era adecuado hablar, agradecía que Yixing fuese tan paciente

—¿Todo está bien en China? ¿Cómo está tu madre? —cuestionó intentando enfocarse en los temas importantes.

Al principio le costó, tenía todo en sus manos y de un momento a otro lo perdió. Pero está bien, el apartamento está a su nombre, así que Joonsang no pudo quitárselo, aunque la manutención es costosa y no puedo ayudarla como quisiera.

—¿Por qué no me avisaste? Podría haberte ayudado —se quejó Junmyeon.

Quería resolver esto sin ayuda de nadie. Todo lo que pasó es mi culpa, así que sólo yo debo lidiar con eso. ¿Y tú cómo estás? —preguntó cambiando el tema.

Junmyeon quería regañarle por ser tan orgulloso, pero decidió dejarlo pasar en ese momento.

—Muchas cosas. Manejo la herencia de mi madre, bueno no exactamente —corrigió—. Mi tío administra las acciones, pero tengo todos los beneficios monetarios, incluso ahorraron durante años para que disfrutara de las ganancias que me corresponden por esas acciones. Es mucho dinero Yixing —admitió—. Tengo un auto nuevo, y también un apartamento.

El Pasante [SuLay/Layho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora