A la deriva

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   Los dedos de Junmyeon delineaban la escritura de Yixing sobre el papel, su hangul no era el más estético, pero podía entenderlo perfectamente. La palabra cariño removió sus entrañas, Yixing solía llamarle de esa forma a menudo. Sus manos tiritaban mientras pasaba a la siguiente página, había varias hojas llenas con trazos hechos por Yixing.

   Junmyeon no sabía si estaba preparado para leer, pero sabía que debía hacerlo, era probable que allí estuviese la explicación de todo lo que pasaba, porque sinceramente él ya se había cansado de unir el rompecabezas sin éxito alguno. Abandonó la libreta para colocar la caja sobre una pequeña mesa que tenía en su habitación. Inhaló profundo, se acomodó en la cama y empezó a leer.

   Junmyeon, cariño, así me gustaba decirte cuando estábamos a solas. Primero necesito explicarte por qué escribo y no te digo esto en persona. Lo intenté la última vez que te vi en el hotel, pero era imposible, cuando te tuve frente a mí sólo quería besarte y tenerte en mis brazos una vez más, no tuve el valor para expresar todo lo que siento y explicarte tantas cosas. Por eso preferí escribir esto, porque no podía mirarte a la cara y decírtelo.

   Perdón cariño, sé que te rompí el corazón con mis acciones, pero debes saber que nunca me regocijé con tu sufrimiento, que yo también sufro por nuestra terrible suerte, no puedo dormir, cada maldita cosa me recuerda a ti, tu sonrisa, tu tersa piel, o tus promesas de amor eterno. ¿Crees que las almas gemelas existen? Yo sí lo creo después de conocerte, eramos lo que el otro necesitaba y nos complementábamos tan bien que no sé por qué la vida nos puso en esta situación. ¿Por qué el destino quiso que nos reuniéramos en estas condiciones? Lo único que sé es que te amo y no sé qué hacer con ese sentimiento que me consume.

   La primera vez que te vi pensé que eras hermoso, estaba muy seguro de mi sexualidad y rápidamente supe que me atraías, al menos físicamente. Cuando empecé a trabajar contigo me di cuenta de que también te atraía, no sabía si eras homosexual o bisexual, o si estabas en buen término con tu propia sexualidad. Eras tierno, inteligente, simpático, y con el paso del tiempo también me di cuenta de que eras valiente. No sabes cómo luché para no caer más por ti, pero era inútil, cada vez que me veías sentía esas cosquillas en mi cuerpo y quería besarte porque sabía que me corresponderías con la misma pasión. Intenté alejarte, negar mi orientación sexual, herirte usando a otras personas, pero nada funcionó, cualquier otra pareja se hubiera rendido pero la atracción era tanta que ni siquiera herirnos nos alejaba del todo.

   Debí decirte la verdad desde un principio, lo sé, pero tanto Joonsang, como mi madre lo prohibieron, no podía interferir de esa forma en sus vidas. Cada vez que te escuchaba quejarte y sufrir por las amantes de tu padre, sabía que mi madre era una de ellas y aunque las defendía, me sentía mal al verte sufrir por mamá, ella nunca quiso hacerte daño, sabíamos de tu existencia, pero nunca creímos que te afectaba tanto. Seré sincero, cuando empezamos nuestra relación debí decírtelo o al menos advertirte lo que pasaba y permitir que decidieras qué hacer, pero fui egoísta, lo admito, no quería perderte, te quería tanto en ese entonces. Y sé que te lastimé por eso, y fue un error. Pero si te lo hubiese dicho, nosotros no existiéramos, y pensar eso me duele porque significa que lo nuestro sólo podía ocurrir hiriéndonos en el proceso. Me dolía mentirte porque te amo, y no debes mentirle a la persona que amas, pero tenía todo encima, me sentía atrapado y decidí seguir. Permití que te entregaras a mi, fui irresponsable y me dejé llevar por la tentación que era tu cuerpo, apoderándome de cada rincón del mismo, pero hubo algo más fuerte, y es que también te apoderaste del mio. La primera vez que estuvimos juntos supe que estaba perdido, que no te dejaría ir incluso si eso significaba continuar mintiéndote. Recuerdo todas las veces que hicimos el amor, cada una, sin excepción, en mi memoria se quedó grabada la imagen de tu rostro y tu cuerpo convulsionando por el placer, y siento que eso me perseguirá por un buen tiempo, quizás siempre. Espero que también recuerdes cada una de las veces que fui tuyo, no importa quien era el pasivo o quien era el activo, en todas las ocasiones fui enteramente tuyo.

El Pasante [SuLay/Layho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora