Capítulo final.

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NOTA: ESTE CAPITULO CONTIENE COSAS QUE QUIZÁS PARA ALGUNAS PERSONAS NO SEA AGRADABLE LEER (NO ES MUY FUERTE IGUALMENTE), PERO IGUAL AVISO PARA QUE LUEGO NO SE DIGA. DISFRUTEN DEL ÚLTIMO CAPÍTULO DE ATREVETE A DOMINARME, PEQUEÑAS CRIATURAS.

Comencé a despertarme con un tremendo dolor de cabeza. Era la sensación más extraña que jamás había sentido, era como si mi cerebro palpitara con vida propia, golpeando las paredes de mi cráneo. Para nada agradable.

Apoyé las manos en el suelo, sintiendo bajo mis dedos una sustancia realmente viscosa y asquerosa, la cual limpié en mis pantalones. Abrí los ojos, sintiéndolos adoloridos, y deseé no haberlos abiertos nunca, deseando que todo lo que había pasado no fuese nada más que una pesadilla que había tenido en clase porque me había dormido, pero no.

Ahí frente a mi, con su cabello ondulado esparcido a su alrededor y sus ojos cerrados, rodeada de un enorme charco de sangre, estaba mi madre.

Las lágrimas comienzan a bajar desenfrenadamente por mis mejillas, dejando un camino salado a su paso, a la vez que me arrastraba por el suelo hasta que finalmente estuve a la altura de su cuerpo. Con manos temblorosas tiré de ella, acercándola a mi regazo, y antes siquiera de darme cuenta estaba soltando escandalosos sollozos mientras apretaba su cuerpo entre mis brazos, zarandeándola, llamándola, queriendo que despertara, deseando que esto no fuera más que un estúpido juego y que cuando todos salieran de detrás del sillón pudiesemos reirnos.

Pero esa no era la realidad. La realidad era que mi madre tenía tremendas marcas de mordiscos a ambos lados de su cuello, donde entre la sangre seca, aun se escapaban hilos finos de esta, descendiendo hasta el suelo, manchando mis ropas en el camino.

Una carcajada inundo el lugar, sacándome de mi ensimismamiento, logrando que apartara mi cuerpo del de mi madre, dejando este lentamente sobre el suelo. Giré mi cabeza para encontrarme al que era, definitivamente, el dueño de mis pesadillas.

-Por fin despiertas, Guillermo - murmuró Michael mientras se levantaba del pequeño sofá individual que había en la sala.

En medio de esta habían colocado un viejo colchón en el que Sandra estaba estirada, pero tampoco se movía. No podía percibir mucho de lo que estaba ocurriéndola, pues el musculoso cuerpo de Samuel tapaba las vistas.

Este tenía su fina camisa blanca remangada hasta los codos, y la vista de su espalda me dejaba contemplar claramente todos y cada unos de sus tensos músculos, moviendose lentamente.

Mi vista giró totalmente hacia el otro lado de la sala, encontrándome con el cuerpo de mi padre atado con cadenas de hierro a una de las sillas de caoba de mamá. Se movía desesperadamente, y cuando me quise dar cuenta algo se había movido por el aire y se había clavado en uno de sus ojos. Un boli.

-Definitivamente, me gustaría mucho matarte, Guillermo - me dijo Michael, ladeando su cabeza en una mueca absurda -. Pero primero vas a ver morir a todos los que hay a tu alrededor. Luego verás como me llevo a esa pequeña criatura, y a pesar de que no lo podrás observar, sabrás que se la venderé al mejor postor. - relamió sus labios, deseo viéndose claramente en sus ojos. - Pero antes de marcharme, aprovecharé y beberé toda tu sangre, gota a gota y sin desperdiciar una sola, hasta dejarte agonizando para verme marchar, ¿Que te parece?

-Eres un bastardo - murmuró Samuel, y a pesar de que se encontraba de espaldas a mi, estaba seguro de que su mandibula se apretaba duramente a la vez que murmuró aquellas palabras.

-Oh, quizas te dejo vivo para que mires mientras lo violo, si eso es lo que quieres, Sammy - dijo, soltando una fuerte carcajada que retumbó en las paredes de la casa.

No se que fue exactamente, pero algo que Samuel lanzó golpeó en plena frente de Michael, y el comenzó a levantarse, amenazante, marcando sus músculos de manera, quizás, exagerada. Me lancé al cuerpo de Samuel, cubriéndole, aun sabiendo que si Michael realmente lo quería así, podría deshacerse de ambos en unos segundos.

Atrévete a dominarme {Wigetta} Where stories live. Discover now