Eres Tu [Camren Fic]

Capitulo 19

Capitulo 19

Lauren*

Oí el tono que tenia Camila en el movil, tres veces, primero pensé que estaba loca pero después me acerqué a la puerta con mucho silencio y pude oirla respirar al otro lado. Definitivamente aquello no tenía ninguna logica. Abrí la puerta y ella cayó de espaldas para adentro.

CAMILA: au... -se levantó como un resorte. - Yo esto...

LAUREN: ¿Qué haces aqui? -me importaba poco la excusa que tuviera, estaba molesta con su presencia.

CAMILA: Fueron al cine, y no quise ir y... -calló unos segundos como hacía siempre que se inventaba una mentira - y yo no tengo la llave de la habitación.

La miré de arriba a abajo, llevaba el movil en la mano y el pelo algo estropeado por la lluvia. Ella me devolvía la mirada. Finalmente me encogí de hombros y volví a la cama. Ni ofrecí a Camila que entrase ni le cerré la puerta. Siemplemente me estriré en mi cama. Ya no iba a llorar más y mucho menos a discutir con ella, no tenía ganas de acabar chillando o diciendo cosas feas. Noté como se cerraba la puerta y oí los pasos de Camila por el corredor del pasillo, alejandose. Cerré los ojos y visualicé su sonrisa, su pelo, sus manos, su cuerpo... Algo me golpeó dentro del pecho, mi corazón no iba a soportar mucho más aquello.

Camila*

Lauren no me dijo nada, ni yo dije nada más antes de irme. Simplemente no sabía qué decirle, su aspecto me había dejado en shock. Tenía el pelo enmarañado, los ojos rojos e inchados, las mejillas ardiendo y los labios cortados de mordelos, definitivamente Lauren había estado llorando. Sus mangas estaban empapadas en lagrimas pero ella me lanzaba una mirada dura. Esperé que dijese algo pero no lo hizo, solo se volvió a su cama. Entendí que no me quería ahí y simplemente me fui. Fui hasta mi habitación porque sí tenía las llaves. Me sente en el balcon y deje que el aire frío me congelara la cara.

ALLY: Camila vas a morir de frío! - su voz me despertó de mi divagación. -¿Que haces ahí afuera sin chaqueta? - me giré a mirarla. Traía palomitas, seguramente había pensado que me gustaría comermelas. Ally es así, siempre piensa en los demás. Decidí contentarla y entré dentro para que dejase de reñirme.

CAMILA: ¿ya acabó la peli? - Ally me miró extrañada.

ALLY: Mila, fuimos al cine a las cuatro, son casi las diez. - miré mi reloj al instante. Completamente cierto. - no teníamos hambre para cenar y estuvimos por ahí, ¿tú tienes hambre?

CAMILA: la verdad es que no... - definitivamente había perdido la noción del tiempo. Había estado por lo menos tres horas en el balcón.

ALLY: voy a ducharme y después a dormir, que mañana tenemos un día suuuuuper largo - cierto, teniamos que grabar. - esta noche procura dormir - me tocó la nariz, me sonrió y desapareció por la puerta del baño.

Era tan oscuro fuera que me asusté, aún no entendía como habían pasado esas horas, si para mi sólo fueron unos minutos en los que dejé que mi cabeza pensase de todo, menos cosas bonitas. Me pusé el pijama rosa y me acordé de las palabras de Lauren "tú pijama es horrible" y después, inevitablemente, me acordé de sus labios. Ally cumplió su promesa y a eso de las once ya estaba más que dormida. Yo no dejaba de pensar en Lauren, cada vez que cerraba los ojos veía a la Lauren llorosa de esa tarde. A la Lauren llena de celos al saber de Jake. Me volví hacia un lado. Me volví hacia el otro. Definitivamente esta noche no quería despertar a Ally con mi movimiento, así que me levanté de mi cama y salí en pijama por la puerta.

Lauren*

Dinah roncaba, Normani dormía y yo tenía menos sueño que nunca.

"Si me conceden un deseo yo te pido
Como será tu mirada de esta noche,
Como serán tus latidos a mi ritmo
¿sabes que son tus ojos del color del chocolate?"

Me agobié, me sabía todas y cada una de las estrofas de mi poema y se me repetían en la cabeza. Decidí coger mi chaqueta y salir a dar una vuelta por el hotel. No podía seguir ahi torturandome. Quizás me costaría, pero iba a superar todo aquello. Hablaría con Camila y reconstruiría nuestra amistad, jamás volvería a intentar nada con ella, pero no la perdería como amiga. No podía tirar todo el grupo a la basura.

Caminé un rato sin rumbo, el frío de los pasillos me golpeaba, no sabía a dónde iba. Me encontré ante una puertecita entreabierta. Y a la velocidad del rayo un gato blanco me cruzó por delante y se metió ahí adentro, no sé porqué pero tuve la necesidad de ir tras aquel gato así que me metí por esa puerta. Aquello no era una habitación, más bien parecía un armario grande, oscuro. Decidí no encender la luz por si acaso se paseaba algun vigilante y le hacía algo al gato. Cerré la puerta y me fijé que tenía un pestillo, así que le di la vuelta y me sentí en la seguridad de mi armario secreto. En busca del gato intenté avanzar pero choqué con un cubo que cayó estrepitosamente y la oí. Fue un suspiro casi. Se había asustado con el ruido del cubo y eso la delató de su escondite. Encendí la luz y su silueta oscura recuperó el color, cabello oscuro, pijama rosa y ojos chocolates.

Camila*

No entendí por qué diablos me había metido ahí, pero las ganas de llorar me pudieron y no tenía ganas de que me viera ningún huesped diambular llorando en mitad de la noche por el hotel. El gato me había asustado, pero la presencia de Lauren me había paralizado, me quedé quieta en una esquina deseando que no me viera entre la oscuridad. Pero de repente cayó el estupido cubo y no pude evitar sobresaltarme.

LAUREN: ¿Qué haces aqui escondida? - por su cara vi que estaba completamente desubicada. -¿Por qué lloras?

CAMILA: yo... - no podía inventar nada - ai no sé Lauren, ya me iba igual...- y avancé hacia la puerta que la misma Lauren había cerrado con pestillo, pero nada más poner una mano en él, ella me detuvo.

LAUREN: ¿Y si aprovechamos para hablar? - era mala idea. - quiero aclarar un par de cosas.

CAMILA: ¿Qué cosas? - lauren tiró de mi y me alejó de la puerta.

LAUREN: No quiero que estemos peleadas -empezó - veo que solo fui como un experimento algo así - no comprendía a qué venía eso - o sea... Estuve días debatiendo si debía o no hacer algo, si estaba bien, si estaba mal... Porque pensé... -me miraba fijamente - pensé que igual teníamos algo.

CAMILA: ¿Algo como qué?

LAUREN: Algo como algo, no sé, pero ya vi que no...- ¿cómo podía estar tan equivocada? - y supongo que es mejor así porque algo en mi me decía que aquello estaba mal... - soltó una risita.

Me acerqué más a ella, y deje que me acariciara la cara. No sé porque hice aquello, ni sus motivos para acariciarme. Se me cruzaron mi ideas por la cabeza. ¿Estaba mal? ¿Ese era el problema que tenía Lauren? ¿Pensaba que besarme estaba mal? Me di cuenta que los miedos de Lauren no eran más que esos. Sus dudas eran esas. Ella tenía el mismo miedo que yo, de no saber qué era exactamente lo que sucedía, pero yo tenía algo muy, muy, claro: besar a Lauren Jauregui no estaba en mi lista de cosas mal hechas. Ni lo iba a estar nunca.

Lauren*

Deje que Camila asimilara lo que le estaba diciendo. Aceptaría que ella saliese con el tal Jake siempre que la recuperara como amiga. Le confesé mis sentimientos, en parte, sobre lo que me sucedía al pensar en aquellos besos, en aquella noche. Camila se miraba las manos y yo le acariciaba el pelo.

CAMILA: Lauren... ¿Te arrepientes de haberme besado? - su voz salió suave, dulce y bajito. Obviamente tenía miedo a que mi respuesta no fuera la que ella esperaba.

LAUREN: No... -y era cierto, no me arrepentía - pero entiendo que no sea eso lo que quieres para ti, Camz... - ella me miró, con los ojos llenos de lagrimas, me miró directamente a mis ojos. - Te prometo que nunca más intentaré besarte.

Y entonces sus manos, su cuerpo, su cabello, se movieron rapido. Se colgó del cuello, se pegó a mi y apartando su cabello a un lado me besó. No fue el beso dulce y timido de la primera vez, esta vez Camila se dejó dominar por unas ganas que nunca imaginé salieran de ella. Del impulso la tomé de la cadera sin pensarlo, dando las dos un par de pasos hasta chocar con la pared, y le correspondí en el beso. Ella jugaba conmigo, mordiendome el labio, aprisionandolo entre sus dientes, y volviendome a besar. Me torturaba con aquello. Mis sentidos simplemente se perdieron en el aroma a champú de su cabello y mi boca solamente seguía a ritmo y compás lo que hacía la suya. Jugaba con su lengua y yo me volvía loca. Su respiración se hizo pesada y mi corazón se volvió loco. Nuestros cuerpos pegados mientras sus manos acariciaban mi cuello y el principio de mi pelo... Pero ese sediento beso se acabó.

CAMILA: Ni se te ocurra volver a decir una mierda como esa. - se apartó un poco y me miró a los ojos. -Nunca más. - sus ojos brillaban. - Y no vuelvas a decir que besarnos esta mal.