∆ C7: Complicidades.

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|Narra Katie|

Poco a poco fui abriendo los ojos dándome cuenta de que ya había amanecido. Miré la colchoneta que debía estar en el suelo con Ashley, pero estaba vacía. Es decir, estaba la colchoneta, pero no estaba la castaña. La pesadilla pasó por mi mente hasta que las voces de Rick, Carl y Ashley se escucharon desde la cocina.

Al parecer, fui la última que despertó.

Me desperecé, asumí que debía levantarme, lo hice y caminé hasta al baño con pesadez. Lo primero que hice al entrar fue mirarme en el espejo y noté lo alborotado que estaba mi cabello aún sujeto en la cola.

—Me veo bien —susurré, coqueteando conmigo misma.

Procedí a desvestirme para darme una fría que me espabilara. Diez minutos más tarde, me encontraba vistiéndome con un jean negro, una camisa básica azul y unas botas deportivas. No había mojado mi cabello así que, tras cepillarlo, lo até en una coleta alta que después decoré con una gorra negra que encontré en la habitación de mi hermano.

Bajé a la cocina.

—Buenos días —saludó Ashley antes de darle un sorbo a su agua.

— ¿Quedó desayuno para mí? —inquirí, hambrienta.

—No lo sé —Rick miró a Carl—. ¿Le dejaste desayuno?

El mini sheriff dejó de masticar y nos miró a los tres.

— ¿Debía hacerlo? —preguntó con la boca llena.

Asqueroso.

—Gracias —musité con una nota amarga para después dar medio giro.

— ¿A dónde vas? —preguntó la castaña.

—A buscar algo que comer.

|Narra Ashley|

Golpeé la parte de atrás de la cabeza de Carl luego de que Katie abandonó la cocina.

—Eres un tonto, ¿sabías?

—Sí, Carl —Rick me apoyó—. ¿Qué demonios te pasa?

—No me pasa nada —zanjó, mirando su cereal.

—Tienes suerte de que Katie es fuerte —usé mi tono de amenaza—, pero si algo le sucede, juro que te mato, Carl Grimes.

—Y si ella no lo hace... —Rick se detuvo para pensar un castigo—. Te dejaré sin comer por una semana.

Wow, súper severo.

Nótese el sarcasmo.

— ¿Estás en mi contra? —Carl le echó un vistazo a su padre, desconcertado por la traición.

—No, eres mi hijo —aclaró—, pero te estás comportando como un egoísta y no quiero que te conviertas en lo que proyectas justo ahora.

—Pero papá...

—Mejora tu actitud, Carl —reprendió el adulto—. Fin de la discusión.

—Está bien —levantó los brazos en señal de rendición—, pero no entiendo por qué te interesan tanto, las conociste ayer.

—Me agradan —contestó—, y así las haya conocido hace unos minutos, no merecen que las trates de esa forma

Así se habla, compadre.

—Ambas son buenas personas —añadió—. Pelean por proteger a quienes aman y eso es lo que me hace confiar en ellas.

|Narra Katie|

Sentimientos Encontrados. (Carl Grimes)Where stories live. Discover now