∆ C34: Un engaño y una loca.

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|Narra Katie|

Lo vi intentando subir a la van.

—Maldito.

Solo quedaban unos pocos caminantes afuera así que los maté con mi cuchillo para poderme acercar a Nicholas. Cuando lo tuve a unos pocos metros, tomé toda la fuerza que mi cuerpito podía acumular y la canalicé a través de un gran puñetazo en la cara de Nicholas. Él se tambaleó y eso me ayudó para lanzarme sobre él y comenzar a golpear su rostro hasta el cansancio. Mis nudillo ardían, mi mano dolía, pero sentía unas intensas ganas de seguir golpeándolo cada vez que la cara de Noah se dibujaba en mi cabeza.

— ¡Eres una mierda! —chillé mientras le daba otro golpe. Gruñí, saqué mi cuchillo y lo coloqué en su garganta—. Lamentarás haber nacido.

Glenn me tomó por la cintura y me alejó de Nicholas.

— ¿Qué mierda haces? —pataleé, furiosa.

En vano, por cierto, porque solo pateaba el aire.

—No lo hago por él, lo hago por ti —explicó—. Mírate las manos, tus nudillos están sangrando.

—No me importa, voy a matar a ese maldito —sentí que me soltó y entonces quise correr para seguir atacando a Nicholas, pero el coreano me tomó de la muñeca.

—Yo también lo quiero matar a golpes —dijo—. Pero no ahora, recuerda que Tara está grave.

Tara.

Había olvidado a Tara.

Mi mente volvió a cobrar la razón dejando que mi enojo se detuviera. Subí a la camioneta, los demás también y partimos a toda velocidad.

Le eché un vistazo a Nicholas y estaba con el rostro lleno de sangre, su ropa también y sentí orgullo por eso. Una gota espesa y caliente cayó en mi labio inferior recordándome la herida que me hice tras la explosión. Vi el botiquín, lo abrí y saqué una venda pequeña para colocarla en mi frente; no quería que se infectara.

— ¿Dónde está Noah? —preguntó Eugene, quebrando el silencio.

—Él... él murió —respondió Glenn, incómodo.

Con mis manos tapé mi rostro e intenté dejar de pensar en Noah y en su terrible muerte. Traté de calmarme, de desatar el nudo que apretaba mi corazón, y estaba funcionando, de verdad que si, pero entonces abría mis ojos y Nicholas estaba allí para recordarme que Noah murió por su culpa.

Necesito terapia.

(...)

—Katie, llegamos —susurró Glenn.

Abrí los ojos lentamente. Me había dormido de tanto pensar y de tanto darle la vuelta al asunto de Noah. Solo que, cuando me puse de pie, tuve que sentarme de nuevo al sentirme tan mareada. Esperé unos segundos y cuando creí que ya estaba lista, bajé de la camioneta. El sol me dejó casi ciega y eso me hizo volver a la realidad.

Mi espalda dolía, mi cabeza parecía estar siendo martillada, mis nudillos sangraban, mi frente ardía; me sentía horrible, me sentía al borde de morir. No podía seguir manteniéndome de pie, no podía.

— ¡Katie! —Ashley se acercó corriendo con la emoción de verme. Sin embargo, perdí el equilibrio y caí en sus brazos—. ¿Katie?

Todo se volvió negro.

Flashback.

Me encontraba caminando por los pasillos para poder llegar a la práctica de arco y flecha. Mi papá estaba junto a mí, feliz de acompañarme, mientras mi hermano practicaba con armas cuerpo a cuerpo en otra habitación.

Sentimientos Encontrados. (Carl Grimes)Where stories live. Discover now