∆ C22: Persiguiendo sombras.

5.7K 452 104
                                    

|Narra Katie|

Tras la salida de una parte del grupo a buscar a los responsables de Bob, nosotros nos quedamos dentro de la oficina con el lisiado —sé que no debería llamarlo así, pero solo es broma— con la puerta cerrada con todos sus seguros. Habíamos quedado Tyreese, James, Ashley, Carl y yo para defender la iglesia en cualquier emergencia. Eugene y el padre Gabriel solo estaban robando oxígeno y ocupando espacio. El padre sentado en una silla junto a la puerta rezando el rosario y Eugene leyendo un libro de ciencia en una esquina. Tyreese, Carl y yo estábamos de pie metidos en nuestros propios pensamientos, Ashley vigilando una ventana y James haciendo lo mismo, pero en una diferente. Judith estaba debajo del escritorio en su cuna —o en su cesta porque era una cesta acolchada por sábanas—.

El silencio ensordecedor y sepulcral fue interrumpido por unos toques lentos y suaves en la puerta principal. Todo se podía escuchar, si alguien respiraba por el frente de la iglesia los escucharíamos; y eso me alertó. Rick no tocaría así, él solo entraría, los demás igual. Pero lo que sucedió después fue suficiente para acelerar mi corazón hasta doler en cada latido. Se escuchó que la puerta se abrió por el chirrido de las bisagras oxidadas y viejas, además de los pasos cautelosos que también se mezclaron haciendo rechinar la madera.

— ¿Hay alguien aquí? —fue la voz de Gareth—. Por supuesto que sí —podía jurar que sonrió—. Está James —más pasos por el lateral de la iglesia—. Eugene y Tyreese. Ashley. Carl y Judith —los pasos cesaron y sólo quedó la voz de Gareth—. Y Katie.

Apreté el agarre dejando drenar la ira. Mi objetivo en ese instante era proteger a Judith de ese animal. Era un carnívoro, un imbécil, no iba a permitir que se le acercara.

— ¿Dónde está el sacerdote? —inquiruó con un tono burlón—. Padre, yo sé que usted puede oírme así que le tengo un trato —lo pensó un momento—. Si sale ahora mismo, dejaré que salga con vida y podrá llevarse a la bebé —coloqué mi mirada en el padre y le apunté con mi arma susurrado «Si usted se levanta, lo asesino».

— ¿No? —el padre tapó su rostro—. Pensé que eras más inteligente.

Y para poner las cosas muchísimo más tensas, Judith comenzó a llorar.

—Ese bebé me está empezando a caer bien —comentó sintiendo ese tono juguetón y jocoso. Su voz se escuchaba justo detrás de la puerta—. No me dejan opción, voy a entr... ¿qué demonios?

—Aléjate de la puerta —advirtió Rick.

— ¿Por qué lo haría? —su mano tomó el picaporte.

Un disparo y un grito masculino inundó la iglesia.

—Tiren sus armas hacia mí y agáchense —ordenó Rick.

Silencio.

Silencio.

Silencio.

—Háganlo —le exigió Gareth a sus hombres—. ¡Marvin agáchate ahora mismo!

—No lo haré, nosotros somos más —replicó otra voz masculina, supuse que era Marvin.

— ¿Quieres apostarlo? —inquirió Abraham.

—No —por como tembló su voz, puedo decir que se agachó, asustado.

—Déjanos ir y te juro que nunca nos cruzaremos —negoció el líder de Terminus.

Abrí la puerta unos milímetros, lo suficiente para poder ver a todos reunidos en la iglesia.

—No lo haré porque te vas a cruzar con otros grupos y no lo puedo permitir —indicó nuestro líder, seguro de sus palabras—. Esto termina ahora.

Sentimientos Encontrados. (Carl Grimes)Where stories live. Discover now