∆ C32: Una noche sin sobrevivir.

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|Narra Katie|

Noté que la casa tenía las luces apagadas, había mucho silencio y no había nadie más que nosotros afuera. Toqué la puerta y esperé pero nadie abrió. Probé unas veces más sin lograr nada hasta que me rendí. Chasqueé la lengua y me giré para ver a los chicos.

Pero no había nadie.

—Chicos —pronuncié creyendo que quizás estarían cerca.

Nada.

Eso parecía una muy mala película de terror.

Seguí tocando la puerta con fuerza e insistencia, pero es que nadie se dignaba. No se oía nada, no veía movimiento dentro de la casa; nada. Cansada de la situación, busqué la forma de subir por el techo. Había una enredadera a un costado así que la escalé con cuidado y finalmente pude llegar a la cornisa. Subí la ventana de mi habitación y entré sin problemas, sin embargo, apenas di medio giro, la luz se encendió por sí sola.

— ¡Sorpresa! —gritó mi grupo completo.

—Dios mío —llevé una mano a mi pecho—. ¿Q-Qué es todo esto?

—Feliz cumpleaños súper atrasado Katie —dijo Michonne con una sonrisa.

—Pero, ¿cómo?

Todos giraron para ver a Ashley.

—Yo solo di una idea, ellos hicieron lo demás —rascó su nuca, tímida.

—Salgamos de aquí, la parte bonita está abajo —propuso Maggie.

Una vez abajo, pude apreciar lo mucho que se esforzaron. Había una mesita con un pequeño pastel de vainilla que tenía un cartelito azul decorado con marcador y un escrito de «feliz cumpleaños».

— ¿Y esto? —señalé el postre.

—Tú dijiste que no querías celebrar tu cumpleaños porque no era importante —habló Ash.

—Pero lo es y mucho —continuó James.

— ¿Y de donde sacaron los materiales?

—Lo hemos estado guardando, ¿recuerdas cuando te quedaste sola en el camión de bomberos con James? —inquirió. Yo solo asentí—. Ese día buscamos lo necesario para el pastel y luego corrimos con la ventaja de encontrar Alexandria.

—Gracias, chicos —sonreí—. Son los mejores.

¿Habrá sido este el secreto?

— ¿Podemos hablar un segundo? —le dije a la castaña y ella asintió.

Tomé su muñeca, la alejé un poco y estando solos nosotras, me atreví a preguntar.

—Cuando estábamos en la iglesia, yo estaba caminando en el bosque y los escuche a ti, a Carl y a James hablar sobre algo que cierta persona no debía saber —le expliqié—. ¿Puedo saber quién era esa cierta persona?

—Dos cosas —formó el número con sus dedos—: lo primero es que sabíamos que estabas escuchando y, segundo, deberías dejar de ser tan curiosa.

— ¿Cómo sabían que estaba allí?

—Tenemos a nuestro espía —con lentitud se giró y señaló a Glenn con su barbilla.

Traición, córtenle la cabeza.

—Hablaré con él luego.

La noche pasó y por primera vez, desde que esto empezó, no tocamos nuestras armas, un cuchillo o nos llenamos de sangre. Reímos de cosas inútiles y de relatos divertidos de nuestras vidas. Sentí que por una noche dejamos de sobrevivir y comenzamos a vivir; incluso a conocernos mejor. No paré de agradecerle a mis amigos y a todos en general porque necesitaba aquello, necesitaba snetirme parte de algo, saber que ellos pensaban en mí y que les importaba.

Sentimientos Encontrados. (Carl Grimes)Where stories live. Discover now