∆ C38: Un amor a la luz

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|Narra Katie|

— ¿Sobre qué? —fruncí el cejo, extrañada.

—Es urgente, ven —su insistencia me confundía así que le levanté de la cama y salí de la habitación.

Ambos estábamos solos en el pasillo.

— ¿Qué sucede? —inquirí.

—Emma besó a Carl —soltó.

Algo en mi interior se apagó. Se sintió como si la electricidad en mi cuerpo se hubiese apagado y mis ánimos se aplastaran con fuerza. Algo en mi pecho se apretaba con furor y me hacía tensar cada músculo; estaba enojada, triste y decepcionada.

¿Así de fácil besó a otra chica?

Pero si a él no le importaban mis sentimientos o el beso que nos dimos hace días, yo tampoco iba a demostrarle lo decepcionada que estaba de él.

— ¿Qué quieres que haga? —inquirí, restándole importancia—. No somos novios.

—Es que yo pensé que él y tú... se gustaban —indicó en un susurro—. Eres mi amiga, sentí que debía decírtelo.

—Entiendo, James, pero Carl y yo nada que ver —me crucé de brazos—. Agradezco tu sinceridad, solo que no me afecta.

Él no estaba convencido de mis palabras. Sus ojos lo delataban. Sin embargo, no quiso insistirme.

—Si me necesitas, estaré ayudando con el refuerzo del muro —dijo. Me dedicó una sonrisa y se fue.

Me tomé unos segundos. Inhalé, solté el aire y esperé que aquello fuera suficiente para calmar lo que sentía.

— ¿Qué pasó? —preguntó Ash apenas me vio entrar a la habitación.

—Nada —mi voz sonaba dudosa y débil—. Emma y Carl se besaron.

— ¿Se besaron? —repitió Ash, atónita—. Imposible.

— ¿Emma besó a Carl? —Enid se acercó—. ¿Estás segura?

—Fueron las palabras de James, dijo que los vio —quería pretender que no importaba, pero no tenía ánimos para eso—. Él no mentiría.

Pasaron varios segundos de silencio donde mi mente no dejó de torturarme. De verdad había creído que algo pasaba entre él y yo, que le gustaba en serio, que ese beso significó algo para él así como significó algo para mí; saber que todo fue producto de mi imaginación me hacía sentir estúpida, idiota, inferior. Mi corazón se estaba apretando y ya no quería aguantar más.

Iba a soltar todo cuando una entrada repentina me contuvo.

—Katie... —era él—. ¿Podemos hablar?

—No hay nada de qué hablar —mi voz sonó débil al inicio.

—Katie yo no... —él mismo hizo silencio como si intentara buscar las palabras correctas—. Déjame explicarte.

— ¿Qué cosa, Carl? —sabía lo molesta que me veía y no me importaba—. Tú y yo no somos nada como para que vengas a explicarme con quién te besas.

Noté como las chicas se levantaron de la cama y salieron de la habitación; aquello fue suficiente para que Carl entrara.

—Déjame explicarte —reiteró dando un corto paso hacia adelante.

—No hay nada...

—Quiero hacerlo —insistió—.No importa si me escuchas o no, solo déjame hacerlo.

Haz lo que pide, por favor. Déjate llevar por un segundo nada más.

Me crucé de brazos y lo asesiné con la mirada.

Sentimientos Encontrados. (Carl Grimes)Where stories live. Discover now