Capítulo treinta |Final|

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-¿Yo? ¿Surfear? ¿En una tabla?- asiente de manera obvia y yo me abofeteo mentalmente- ¿Contigo? ¿A la una de la tarde?

-¿Por qué no? Estaría bien probar cosas nuevas, siempre hacemos lo mismo- hace un puchero con sus labios y yo muerdo el mío para no morir de ternura ante su cara- Además, las olas a esta hora están más calmadas.

-¿Y por qué tengo que ser yo?- finjo llorar- ¿Por qué no se lo dices a Sarah? O mejor, ¿a Trevor?

-Porque Trevor no es mi novio- espeta.

-Hombre, sería raro que lo fuera cuando ya me has pedido salir a mí- suelto varias carcajadas- Bien, surfearé contigo con una condición- asiente- Si me pasa algo, como que me coma un tiburón o me trague una ola, caerá en tu conciencia por el resto de tu vida- lo señalo amenazadoramente.

Ríe y alza las manos- Tranquila, no te pasará nada, estás en buenas manos- me guiña un ojo.

-Espero que así sea.

Caminamos hacia la playa cogidos de la mano. Esto de estar cogidos de la mano y viendo el mar a lo lejos, estaría genial para hacerte una fotografía ahora. ¿Dónde están los fotógrafos cuando se les necesita?

Fotografiando a personas más importantes que tú, responde mi conciencia.

Seguramente, sí.

-Bien, ya hemos llegado- sacude sus manos- Comenzaremos practicando aquí en la arena, te enseñaré a cómo subirte a la tabla y cómo mantener el equilibrio.

-Ah, ¿no vamos a meternos en el agua directamente?- ladeo la cabeza haciendo un puchero.

-¿Quieres caerte y que te coma un tiburón?- pregunta burlonamente y de manera sarcástica.

Lo fulmino con la mirada- Bueno, ¿qué tengo que hacer primero?

-Ponerte el traje de baño, no creo que quieras mojarte la ropa- me tiende.

-¿Y dónde me cambio? No veo por aquí ningún cuarto de baño o algún chiringito de playa- doy vueltas sobre mi eje para poder observar mi alrededor.

-Bueno, a mí no me importaría que te cambiases aquí mismo, delante mía- alza sus cejas repetidas veces.

-No seas guarro- ruedo los ojos- Ya llegará ese momento- muerdo mi labio inferior por haber soltado esas palabras.

Estúpida tenías que ser.

-¿Có-cómo?- su tono de vez es nervioso- ¿Estás insinuando que puede pasar?

-No sé, olvida lo que he dicho, ¿vale?

-¿Cómo voy a olvidar que la chica de la cual estoy enamorada me haya insinuado que puede que nos acostemos juntos?- los colores suben a mis mejillas y él parece notarlo, ya que pone una de sus mejores sonrisas.

-Voy ha hacer cómo si esto no hubiera pasado- coloco la tabla sobre la arena, aún sonrojada y nerviosa, y me pongo encima de ella.

-Lo único que tienes que hacer es flexionar tus piernas y estirar los brazos- sujeta mi cadera con las dos manos- Ladea tu cuerpo para conseguir la posición perfecta.

Bien, se me ha ocurrido una idea.
Wow, relaja, mente perversa.

Tropiezo queriendo conmigo misma haciendo que Aaron caiga al suelo y yo me caiga encima suya, con mis dos piernas a los lados de su cuerpo.

-¿Te gusta más esta posición?- sonrío y me acerco más a él.

-Wow, pues claro- ríe- Te has vuelto mucho más lanzada estos días, ¿cómo debería tomarme eso?- alza una ceja.

|Frágil|® [TO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora