Capítulo trece.

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Vany dio una mirada rápida al cuaderno lleno a rebosar de tinta negra que formaba trazos de nombres y números con su acostumbrada caligrafía desesperada para minutos después dirigir su atención a la laptop que ocupa lugar delante de ella con el brillo a su máximo.

-Nada nuevo- Habló para sí misma ahogando un suspiro de frustración. Tenía que ser perseverante, no podía dejar aquello a la desidia, eso era importante.

Decidida por continuar su búsqueda tecleo unas cuantas cosas más antes de escuchar el acostumbrado sonido de la puerta de la entrada siendo profanada. Vany gruño girando su cabeza solo para ver a Ethan entrar con unas bolsas blancas con el logotipo de la hamburguesería favorita de Vany impreso en el centro.

-Traje la comida- Anunció el muchacho con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

-Largo, estoy ocupada.

-¿Sigues con eso?

-Aja, encontré alguien pero no es precisamente lo que necesitamos. ¿Crees que deba buscar en otro sitio?

Su amigo la miro con pena.

-Vany, siento si te lastimo pero ya sabes mi opinión. Es decir, solo mírate, tus parpados están más que ojerosos, tus labios partidos y ya casi no duermes ¡Llevas semanas en eso! Entiende que es más probable que no logres nada, cada día hay menos oportunidades y eso es algo que tú misma has visto. Adoro tu optimismo y lo sabes pero creo que ya es momento de que dejes eso y te concentres en otra cosa.

-Tú no entiendes nada, es importante para mí, no lo dejare.

-¿Segura de que esto es solo por la universidad?- Vany solo lo miro mas no respondió. –Debes de dejarlo. Te estas afectando.

-Sabes que no lo haré.

-No me importa que tan decidida estés, si te hace daño no tendré más remedio que llevarme esto- El rubio se acercó a paso decidido después de dejar las bolsas en el suelo para arrebatarle la agenda. En respuesta Vany se levantó de su silla solo para darle un pisotón.

Ethan dió un salto hacia atrás sorprendido por la fuerza que la menuda chica había ejercido en su pie.

-Largo Ethan, es la última vez que te lo digo- Los ojos de Vany eran fríos y determinados. El muchacho trago saliva de manera audible tomando las bolsas dispuesto a marcharse para no ocasionar más problemas, Vany estaba molesta y era preferible alejarse en esos momentos.

-Regreso en unas horas cuando estés más tranquila, tenemos que hablar- Dió media vuelta y se dirigió a la salida pero antes de lograr su objetivo dio una última mirada a la pelinegra que lo miraba como si le quisiera hacer uno de sus famosos cortes franceses en la cara.

-Ethan, detente- El chico sorprendido giró completamente para ver a Vany permitiendo que una pequeña sonrisa se formarse en sus labios. Ella aclaro su garganta. –Deja la comida.

-Ah... Por supuesto- Dejo una de las bolsas en el suelo y salió del lugar con un resoplido. Vany rodó los ojos regresando su completa atención a su deslumbrante maquina continuando su ardua búsqueda. Lo lograría, en eso no se daría por vencida tan fácil.


N/A: Sé que es probable que no entiendan mucho este capítulo pero tranquilos, lo entenderán después, solo hay cosas que se necesitan ir aclarando poco a poco aunque en su momento no se entiendan para que el resto de la historia tenga sentido. Con esto sé que muchos irán sacando conclusiones y eso es genial.

Vaya... Esta es la primera historia que escribo en la que tengo el desenlace estructurado en mi mente y no me lo invento al momento de ir tecleando cada capítulo...

TMR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora