Capítulo diecinueve.

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Un tono...

Dos tonos...

Tres tonos...

Cuanto tonos...

Cinco tonos...

-Ahora no Vany, estoy ocupado- La voz del muchacho termino por sonar más brusca de lo que quería al contestar el celular y esto se vio reflejado en la cara de los niños que lo rodeaban. Sin chistar lanzó una encantadora sonrisa a los pequeños y salió de la habitación. Hacia unos minutos que Llava también había salido para hablar con un médico que venía de visita por lo que los niños estaban tranquilos con las enfermeras.

-No sé por qué pero imagino que tu enorme alegría dominguera esta por los suelos, ¿Sabes que un hola no te matara cual cucaracha con insecticida?- A pesar de todo Vany tenía un deje de risa.

-¿Segura?

-Bueno... Lo de que no seas una cucaracha aún lo investigo pero...

-¡Vany!- Interrumpió Joaquín con el ceño fruncido. -¿Solo llamaste para insultarme?

-¿Desde cuándo tu especie te avergüenza?

-A como me sigas diciendo cucaracha cuelgo.

-¡¿Qué?! Pff, no seas ridículo, la última vez no especifique.

-¿Entonces no querías decirme así?

-No, si quería pero igual no especifique.

-Me tengo que ir, estoy ocupado.

-¿Tú crees que yo no?

Solo entonces el chico pensó en lo que acababa de pasar hacia unas semanas, se había estado comportado como un patán y había decidido que debía contentar a Vany, no provocarla a que le meta la cabeza en la lavadora o lo bañe en aceite.

Tenía que decirle algo lindo, a las chicas les gustaba eso ¿No?

¿Pero que le decía?

-Si me tapo los idos no dices tantas boberías.

-¿Eh?

-No, es decir, me gusta que las digas pero vamos, solo era un comentario.

Se formó un pequeño silencio en cual Joaquín sintió todo perdido, este horrible sentimiento se desvaneció cuando Vany rompió a carcajadas.

-Eso es lindo, supongo.

Era sorpresivo para el muchacho que en ese poco tiempo ella lo hubiera llegado a conocer tan bien como para saber sus intenciones y maneras de expresarse. Con Vany no existían los malos ratos pues ella los llenaba con risas, esa era una de las cosas que más le agradaban a Joaquín.

-Si... No soy mucho de decir cosas lindas pero creo que te lo debo.

-¡Por las cejas de mi abuela! ya deja de disculparte o sentirte mal, incuso ya se me había olvidado pero como lo sigas mencionando colgare y no marcare otro mes ni mucho menos contestare... Y volveré a cambiar mi número de celular con el del vecino del mi prima.

-¿Entonces si había marcado bien?

-¿Verdad que es genial?

-No, me dio gonorrea con solo verlo.

-¿Has probado con ir al doctor?

-¡Era retorico Vany! Retorico.

-Ya, ya- Su voz sonó amortiguada con una suave risa. –Igual es agradable.

-De ninguna manera, es horrible, su mamá ha de estar decepcionada a menos que sea peor, ni hablar de las personas con las que se ha de relacionar, ¡Su novia! Imagínate a esa pobre mujer- Vany guardo silencio. –No puede ser, no me digas que eso es tu novio.

TMR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora