Capítulo veintidos.

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Daba un paso seguido de otro tranquilamente justo en medio de la calle, estaba lloviendo pero eso no parecía importarle en lo absoluto. No sabía dónde había dejado su auto pero tampoco era que le importara mucho, más tarde podría salir nuevamente con el pretexto de buscarlo. Le encantaba la lluvia.

Después de unos cuantos minutos Vany llego al pasillo donde estaba el apartamento al que quería llegar y con toda confianza toco timbre.

Una, dos, tres veces. La puerta se abrió. La señora Gina le brindo una sonrisa desde el otro extremo a la que Vany correspondió amablemente.

-¡Cielo santo! Cariño, te vas a enfermar. ¿No tenías paraguas?

<< ¡El paraguas!>> La joven miro su muñeca donde su paraguas de sapitos se resguardaba aun sin abrir, rápidamente lo arrojo detrás de una de las plantas de la entrada. –Lo olvide.

Gina le lanzo una mirada acusadora pero no dijo nada más al tiempo que se hacía a un lado dejándola pasar, Vany se limpió los zapatos y dejo su bolso a un costado del perchero. Nunca usaba las cosas para lo que eran y aunque eso desesperara a Gina después de tanto tiempo se había comenzado a adaptar a ello.

-Ali está en su recamara, necesita tomar la medicina pero no quiere.

-¿Sigue mal?

-Estos últimos días si, Joaquín llega muy tarde y bastante agotado. No lo quería mencionar pero la niña lo necesita más que nunca.

-Seguro él está en sus cosas... Lo siento.

-Vainilla, tú ni siquiera lo conoces. Deja de preocuparte tanto, te aseguro que con lo que haces ayudas bastante. Además en estos meses su actitud ha cambiado mucho, puede que dentro de unas semanas todo mejore para bien.

-No es suficiente- Vany se retorció las manos nerviosa, la mujer la observo a los ojos antes de bajar la vista.

-Lo sé, pero no es responsabilidad tuya.

-Si puedo hacer algo lo haré, tenga por seguro que todo mejorara.

Gina comenzó a caminar a la cocina, esa muchacha era terca, soñadora y testaruda, no entendía de razones. Recordaba la primera vez que la vió, había sido hace dos años en el hospital, Vany iba a ayudar a su papá, Richard Brooks, uno de los doctores más importantes del estado. Ese día Ali tuvo que ser llevada de urgencia y estar dos semanas internada, ahí ambas se habían conocido y congeniado a la perfección formando una curiosa amistad entrañable, Ali le contó el cómo se sentía y ahí identificaron un problema, Vany se ofreció a crear un programa que seguía vigente al momento el cual llevaba uno de esos nombres extraños que ella suele poner, más tarde había comenzado a estudiar medicina y había hecho una oferta a Gina de ayudarla con los cuidados de Ali, de cualquier forma Vany ya pasaba mucho tiempo ahí y a decir verdad era una de las mejores de su clase por lo que una ayuda de su parte no estaba tan mal, todo esto mientras Joaquín trabajaba, ya fuera en un banco o en un restaurante de comida rápida.

A pesar de los largos pasos de la anciana la pelinegra la seguía sin dejar de hablar. –He estado haciendo búsquedas- Gina se detuvo provocando que Vany resbalara un poco en el suelo sin llegar a caer.

-¿Qué búsquedas?

-Tendría que salir del país pero no importa- Comento la muchacha recuperando la postura. –el problema sería que Ali resista, estuve pensando en que papá podría ser más estricto respecto a...

-¿Y Joaquín? El necesita saber esto.

Vany miró el techo exasperada. – ¡El no hará nada! Quiere a su hermana pero es un obstinado, no admitirá que Ali necesita ayuda hasta que sea demasiado tarde, para él es como si un medicamento pudiera sanar por completo una enfermedad progresiva, ¿Usted sabe la gravedad del problema?

-No quiere pensar de esa manera, es su hermanita, prefiere creer que está bien.

-¡Pero no lo está!

-¿Y qué sugieres? ¿Qué la regresen con sus padres?

-No Gina, ellos no harían nada. Yo quiero que él se entere de lo que pasa.

-¿Alguna vez hablaste con él?

-No precisamente de este tema, intento acercarme poco a poco. Debo darle méritos a Llava, esta emocionado con ella, creo que lograría llegar a el más pronto de esa forma, solo está en que no lo arruine.

-Tu creaste a Llava, el no deja de hablar de ella, estoy segura de que saldrá bien.

-Yo cree a Llava no a Lana, no habrá guiones para ella porque no es un personaje.

Gina suspiro con rendición poniendo una de sus arrugadas manos sobre el hombro de Vany. –Eres un ángel, estoy segura de que lo valorara.

-No me interesa eso tarde o temprano lo averiguara todo y me alejara, usted sabe que hay problemas con eso, prefiero que no se dé cuenta ni que sepa quién soy por ahora.

-Algún día tendrá que hacerlo, podrá parecer un poco tonto a veces pero no lo es... o bueno, no tanto.

Vany meneo la cabeza de un lado a otro. –Soy buena siendo discreta.

-Medio vecindario sabe que vienes aquí todos los días y eso que todos trabajan a esta hora.

-Joaquín no lo sabe.

-Porque tienes suerte.

Un trueno retumbo en la casa para momentos después dar paso a un grito agudo, interrumpiendo por completo la conversación. La pequeña le temía a la lluvia por lo que Vany se encamino a su cuarto no sin antes despedirse de la anciana con un gesto cálido.

Gina había perdido ya la cuenta de las veces que esa chica la había ayudado y agradeció el tenerla cerca..


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¡Hola!

Sé que muchos se han preocupado o exasperado por no tener capítulos, solo puedo decir una cosa: Tareas y salidas. Lo siento, si pudiera escribir todo el día lo haría pero de pronto pasan estas cosas y si falto término reprobando, no me importaba mucho antes pero ahora todo se ha puesto estricto, de igual forma tratare de entrar más seguido.

Del capítulo, como pueden ver, esto no es lo que acostumbro escribir pero quiero saber un par de cosas, ¿Qué les está pareciendo? ¿Lo ven muy dramático?

¡Los aprecio mucho!

¡Son los mejores!

-Adyka.

TMR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora