TMR.

Capitulo veinticinco.

Cada que quiero olvidarme de algo lo escribo y luego quemo el papel, nunca me ha funcionado pero no pierdo las esperanzas.

No puedo describir lo emocionado que estaba hace unos días siendo que ahora todo lo que me brinda emoción es recordar que un día de estos me hare millonario y dejare mi empleo mientras grito groserías a Wen y canto "Ahora tu limpiaras los baños de servicio" en su cara, o simplemente el hecho de que en algún momento moriré y todo terminara.

Es estresante, muy estresante eso sin olvidarme de mencionar a la molesta Vany que no ha dejado libre su celular un solo día, no he respondido aunque tenga mil y un comentarios burlones respecto a sus escritos, he comenzado a entrar en un lapso mental, Gina lo llama depresión, Ali lo llama "Hacerse el tonto" en lo único que coinciden ambas es que debería de hablar con Vany y eso que a penas y la conocen gracias a mis quejas diarias.

Me molesta mucho, me molesta todo, también he tenido que conseguir un nuevo empleo por las noches, ahora soy repartidor de comida rápida y lo único rápido que tiene ese local son las demandas por insalubridad.

Hoy casi ahorque a Armando cuando dijo que su vida era un horror solo porque su burrito no tenía doble tortilla, Wen como siempre "atenta" me envió con la psicóloga del edificio lo cual me pareció denigrante en todos los sentidos y lo peor es que me tengo que quedar horas extras por que los tacaños de la empresa no están dispuestos a que tome tiempo de mi horario de trabajo para atender mis discapacidades mentales, palabras de Lucy no mías, al parecer ella tampoco está muy contenta de quedarse horas extras desde que le encontraron un termo con wiski y cloro al tiempo que ella vomitaba en uno de los urinarios del baño de hombres. Si dijera que no me quiero tomar entero ese termo mentiría a montones.

Quisiera que algún día todo fuera más fácil... y si no es mucho pedir también quisiera que Wen renunciara o en serio necesitare ayuda psicológica.