Capítulo veinte.

6.3K 651 97
                                    


Las semanas estaban pasando demasiado rápido tanto para Joaquín como para Vany, las cosas habían comenzado a mejorar para bien y su amistad se había fortalecido con lo que poco a poco habían ido adquiriendo un nuevo nivel de confianza. Era completamente cierto que Joaquín era cerrado pero Vany sentía que estaba llegando a conocerlo lo suficientemente bien, al menos mucho más de lo que se debería conocer a su asesor de celulares, y aunque hubiesen partes en la personalidad del muchacho que no le agradaban (como su aún marcado mal humor diario) se sentía contenta de estar logrando algo. Al igual que Joaquín estaba comenzando a acoplarse a la personalidad activa de la chica.

Entre otras cosas no todo había sido bueno, la compañía estaba en crecimiento y últimamente había más llamadas, ya no era un simple negocio de dos plantas, se habían cambiado de locación a un lugar más grade a solo una cuadra del anterior. Lila le había comentado que contrataron más personas, era un verdadero dilema tener que marcar y no terminar hablando con Lucifer (Lucia Fernanda) o Armando Casas (Ese si se llamaba así). Al principio era extraño pero poco a poco ellos fueron cediendo las llamadas a Joaquín dado que Vany alegaba siempre que él le debía dinero y como nadie se quería meter en problemas (o trabajar) el teléfono llegaba más rápido a Joaquín que la mamá de la muchacha a una venta del cincuenta por ciento.

-Bueno, bueno- La voz cantarina de Vany le arranco una sonrisa a Joaquín, a lo lejos Armando soltó una risita insinuadora y Lucifer salió de su escritorio articulando un "Ya págale" con los labios.

-¿Estas libre?-Continúo el muchacho ignorando a sus compañeros.

-Hoy tenía práctica, estoy en la universidad peleando con Luchito, ahora me robo mi celular pero dice que no lo tiene. ¡Está loco!

-Si no tuvieras tu celular no me estarías marcando.

-Me lo presto cuando le entro la llamada.

-No sé qué decir al respecto.

-Él tampoco, ya se fue.

-Vany, quiero contarte algo pero no sé si sea adecuado, ¿Crees poder ayudarme?

-Suéltalo.- Joaquín soltó un suspiro, tenía que decirlo, Vany era su única amiga y necesitaba su consejo urgente. El confiaba en ella, lo hacía, ¿Entonces por qué le había costado tanto decírselo?

-Hay una chica...

-Ajá- A pesar de su corta respuesta, el muchacho se tranquilizó un poco, hablar de temas importantes con Vany era como hablar de cualquier cosa, pero de buena forma, era como nada llegara a sorprenderla lo suficiente y tomara todo con naturalidad.

-Y creo que me gusta desde hace mucho...

-Ajá.

-Pero no me atrevo a hablarle.

-¿De cuánto tiempo estamos hablando?

-Alrededor de dos años, ¿Qué me recomiendas hacer?- Vany rió sin embargo su risa se detuvo al escuchar la seriedad de Joaquín al otro lado de la línea.

-Primero que nada y antes que todo, háblale. Y si quieres invítala a salir, es mejor que conozcas bien a una persona.

-La conozco bien, ayuda a mi hermanita Ali... Ella tiene un problema, Dios, nunca pensé contarte esto... en fin Llava es voluntaria para risoterapia, así le dicen a la chica.

-Nunca conoces a una persona lo suficiente por el simple hecho de hacer algo que crees que es bueno.

-¡Sé que es bueno! Yo mismo lo he comprobado. El que ayude a mi hermanita me hace sentir muy bien, siento que se preocupa y le importa.

-Oh Joaquín, no sé qué decirte... Realmente no lo sé.

-Solo necesito un consejo, pensé que podrías ayudarme.

Se hizo un silencio que parecieron horas, el mismo que Vany rompió. –Bien, necesito investigar algo antes, adiós.

Y ese día no hubo hasta mañana, tampoco hubo Llava el domingo siguiente, ni el siguiente y peor aún, no hubo Vany.


N/A: ¿Alguien ordeno drama?

TMR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora