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James Potter, but you can call me 
love. 

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Gryffindor. Ninguno de los Bennett presentes sabía cómo había pasado eso, mientras la casa de los leones festejaba por tener un nuevo integrante, en la mesa de las serpientes ambos hermanos se miraron con una enorme interrogante, bueno el mayor con ganas de correr hacia el sombrero y preguntarle si no tuvo una confusión, por su lado Isabelle solo caminaba por inercia, de entre las cuatros casas, Gryffindor no estaba entre sus planes, de hecho ninguna de las tres lo estaba, su objetivo era la casa de las serpientes, pero al parecer el sombrero no tenía la misma idea que la pelirroja.

Cuando la cena por fin dio por terminada, Isabelle quería ser la primera en salir corriendo de ese lugar y lanzarse al lago negro para ahogarse, pero se detuvo y procesó mejor la situación, debía aceptar que ahora pertenecía a la casa que menos afición le provocaba, por primera vez en todo este tiempo Isabelle acepto eso y caminó detrás del grupo de alumnos hacia su casa, varios interceptaron a la pelirroja con comentarios y felicitaciones, quizás la amabilidad que algunos mostraban le hacía pensar que aquella casa no era tan mala.

Al llegar, la prefecta de su casa le indicó donde estaba su habitación, para su suerte no debía compartirla con niñas de primero, tres chicas estaban dentro de la habitación para cuando llego, una de su misma edad y la otra de último año, eran sus compañeras; Iris Barnes que era de su misma edad, hija de muggles. Le había contado que cuando había experimentado las primeras señales de magia había estado en la escuela y que había mandado volando a una de sus compañeras, dijo que se sentía como Matilda. Término que le costó a Isabelle entender.

Genevieve Harcott, también de su misma edad, mestiza, la más simpática de las tres, había logrado que Isabelle se sintiera más a gusto en aquel lugar, incluso Demian quien parecía odiar a cualquier ser humano se había encariñado con la rubia, por ultimo estaba Abigail Williams, sangre pura, cursaba su último año ya en Hogwarts y era una de las mejores estudiantes en cuanto a pociones se trataba, la recordaba de una de las anécdotas de su hermano donde hacia énfasis en que una leona presumida le había quitado el premio por hacer una poción en menos tiempo.

Luego de aquella breve presentación entre ellas, la luz de la habitación se apagó, Isabelle acaricio a Demian y se recostó en su cama, al menos eran cómodas, pero las cobijas definitivamente eran lo peor de todo, cerró sus ojos por un momento, pero los abrió al escuchar el ruido de algo quemándose, una sonrisa se formó en su rostro, tomó la carta entre sus manos y la abrió, encontrándose con esa prolija letra que adoraba.




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A la mañana siguiente por muy extraño que fuera, James fue el primero en levantarse y eso incluso a él le preocupo, pero la uso como ventaja para poder usar rápidamente la ducha y no tener que tardar a causa de sus otros compañeros de habitación. Por supuesto que al salir recibió una mirada extraña por parte de Fred, quien comúnmente era el primero en despertar, ambos primos se miraron hasta que James lanzó la toalla mojada a causa de secarse la mata de cabello que tenía a su rostro, recibiendo varias quejas del morocho.

Anchor ➳ James Sirius PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora