Cautiva

Resiliencia

(Inside out / The Chainsmokers)

Y el amanecer nuevamente llega, mi cuerpo lo siente, cada músculo atrofiado abraza la brisa matutina que se cuela por la rendija de la puerta, porque a pesar de que una pared de concreto me separa del exterior puedo oler el viento frío, que me cosquillea en los músculos y me hace desearlo tanto que me de duele la existencia, me tiembla la mandíbula, porque a pesar de que aún no abro los ojos, ya quiero llorar, quiero acurrucarme junto a Callie para consolarla y decirle que no debe preocuparse. Cada nervio está tan apretado que siento las fibras estrangulándose bajo mi piel y un suspiro me brota de entre los labios mientras mis dedos temblorosos se mueven como arañas por el piso para situarse en algún punto del mundo.

<<¿Dónde está Harry?>>

Me enderezo en un par de segundos mientras mi cuerpo desorientado intenta estabilizarse, miro al frente, necesito saber que no se ha ido, necesito que me acompañe. Porque sí, sin importar cuanto lo niegue me he vuelto dependiente de sus brazos que para este momento son lo que mantienen mi cuerpo compacto.

Puedo ver como todo se me va de las manos, la venganza, los planes, el futuro, porque ya nada depende de lo que quiero o de lo que hago, la vida solo sucede y yo debo someterme a ella. ¿Seguiré utilizando a Harry? ¿Lo estoy utilizando? ¿Lo he hecho en algún momento? Por supuesto, lo uso cada vez que necesito apoyo, más la pregunta correcta es otra ¿Lo he engañado respecto a mis sentimientos?

<<Sentir>>... Un escalofrío me recorre el cuerpo y siento de pronto su mano entrelazándose con la mía, un gemido se me escapa, un gemido producto de la mezcla de cosas que siento, la frustración de seguir ahí encerrada, el placer que me inunda cuando siento su piel, el terror a morir.

Segundo a segundo vuelvo a recostarme contra la fría piedra cerrando los ojos.

<<¿Qué es lo que quiero?>>

Me pregunto mientras siento que mi cabeza se vuelve vapor, disipándose a cada instante, amenazando mi cordura hasta desaparecer. Pero no lo sé, en mi cabeza no hay nada, no quiero nada, no hay deseos, no hay mundo, solo un frío infinito. Tengo la piel erizada y los sonidos son eco en lo más profundo de mi conciencia hasta que lo siento, un apretón de manos que me devuelve de apoco a la realidad, ahí está el culpable de todo lo que siento, recordándome que el dolor tiene un por qué, recordándome que incluso sin fuerzas debo luchar, porque hay gente que me espera.

Está muy cerca, a menos de medio metro de mí y añoro su cariño con demasía. Mas como si leyera mi mente me toma en sus brazos  con cuidado, tanto que me siento más frágil aún, cola una de sus manos en mi cuello y me acurruca contra sí, dejando mi rostro expuesto como si fuese posible estar más desnuda ante él. Besa mi frente y el nudo en mi estómago es tan grande que quiero vomitar, de la pena y el amor que siento.

Amo sus gestos, amo su tacto, amo sentirme más humana junto a él, pero no puedo decir que lo amo a él, siento demasiado rechazo hacia lo que él es como para poder siquiera estar cerca de amarlo.

–Lepbinia... -me llama muy bajo como si no quisiera que lo oyese realmente, pero lo hago y como única respuesta cojo su mano con la mía y la llevo a mi estómago para retenerla ahí –eres lo único bueno que tengo –no son más que susurros, su mano se separa de la mía para colarse bajo mi camiseta y me aprieta aún más por la cintura como si fuese posible.

–Harry... -una parte de mí desea pedirle que no me vuelva su cable a tierra, porque si existe algo efímero en aquel momento, eso soy yo.

–También tuve una hermana que lo fue todo para mí –me callo abruptamente cuando lo oigo –y por más que lo intenté no pude salvarla... ni a ella ni a mis padres –traga saliva, estoy tan jodidamente sorprendida que no se que carajos hacer en aquel instante, me olvido de todas las dolencias y todas las penas, olvido a Callie, olvido donde estoy y olvido mi vida anterior, me impacta tanto el hecho de que esté hablando de esto que la mente me queda en blanco y como no se que hacer, me quedo aquí con los ojos cerrados escuchando, sin hacer nada –enloqueció, y mató a mis padres antes de matarse ella.