Máscaras

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(Look What You Made Me Do/ TAYLOR SWIFT)


Luego de muchas horas de dar vueltas al asunto, he llegado a la conclusión de que toda la historia de Harry tiene sentido, o bueno, casi toda. Una cosa no me calza dentro de esta película policiaca que se ha armado y eso es que mamá nunca, jamás me vendería por proteger a mis hermanos. Por mucho que yo fuese más fuerte, o la razón que sea, ella no me sacrificaría.

Y eso me hace pensar que algún plan ha de estar ideando.

Si bien aquella reflexión consigue calmar mi corazón, mi historial de vida a mostrado que en general no soy de las que se sienta a esperar que otros hagan las cosas por mí. Y si al menos la idea de que mamá está intentando junto a Claude algo, asumiendo que es Claude uno de sus aliados, hijo del mejor amigo del abuelo quienes también formaban parte del departamento de policía, sé que en esta ratonera cada segundo podría ser el último.

Harry... él es un punto a parte, un punto que me duele tanto como no pensé que podría. Pero la verdad de las cosas es que luego de dar muchas vueltas tampoco me sorprende. Él desde un principio fue claro conmigo, advirtiéndome sin especificar el sin fin de cosas atroces que había hecho. Supongo que entre advertirlo a saber derechamente de qué fueron todas esas cosas atroces, hay una gran diferencia.

Lo odio, pero al mismo tiempo lo amo y es como si las células de mi cuerpo intentaran dividirse porque algunas quieren ir a un lado y otras al contrario, por suerte para mí Louis me ha acompañado estos días, ahora es él quien me trae la comida pues cada vez que Harry aparece con una bandeja, parte de los platos terminan en el suelo y a diferencia de este último, Louis pasa largas horas acompañándome dentro de la habitación, conversando conmigo, contándome sobre su vida antigua. incluso sobre la que vive ahora.

—Lepbinia, ¿puedo preguntarte algo? —me habla sentado sobre la cama en la que me recuesto, su espalda se pega a la muralla y me mira con cautela.

—Ya lo estás haciendo —respondo sin fijar los ojos en él.

—¿Qué conversaron tu y Clara en la clínica?

Esa pregunta, sonrío porque me causa gracia que todos se pregunten tanto aquello. No sé de donde nace la profunda inquietud, porque para mí es bastante evidente cuál es el único motivo por el que ella querría hablar a solas conmigo.

—¿Qué crees tú? —cuestiono suspicaz, pero es Louis, nunca da demasiado en mis intentos de manipulación.

—Nada, por eso te lo pregunto.

—Me amenazó por supuesto, me recordó con esa forma tan suave que tiene de que si yo moría me quedaban tres hermanos a los que usar... Pues ya sé para qué ¿No? —pregunto con ironía.

—Ya veo —responde lanzando al aire una pelota de tenis con la que ha llegado hoy—. ¿Cómo te van los lenguajes? —pregunta de pronto, una sonrisa cómplice le llena la cara y el pulso sanguíneo me empieza a aumentar de pronto, como si mi mente uniera cabos sueltos antes su pregunta aparentemente trivial.

Mi respuesta debe ser casual, lo sé, porque podría pasar como cualquier conversación que hemos tenido, sé que intenta decirme algo pero estoy tan perdida que no tengo ni la más remota idea en qué debo fijarme. No entiendo por qué quiere hablar en clave, si no es como que nos escuchen, al menos hasta donde sé.

—Pues, no eran mi fuerte, pero aprendí español más o menos en el colegio y bueno, fui a talleres de braile, lengua de señas y... —no termino porque puedo comprender qué está pasando y veo como su sonrisa se ensancha ante mi respuesta. También me calza el hecho de que no me hable directo, puesto que la cámara toma nuestros rostros de frente, por lo que resulta tremendamente sencillo leer nuestros labios a través de las imágenes.

CautivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora