El precio de las cosas (parte I)

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(Medicine/ DAUGHTER)



—¿O sea, me estás diciendo que la empresaria te ofreció ayuda y aún así te metiste en esto? —le digo con el ceño fruncido, pensando en que es un idiota.

Harry se pasa las manos por el rostro con frustración al ver que no entiendo y entonces me hace caer en la cuenta del asunto real.

—Me metí en esto porque acepté su ayuda —observo el verde de sus ojos más intensos que nunca y deseo de alguna manera guardar la intensidad de su mirada por siempre.

—¿Por qué ella estaría metida en algo como esto? —cuestiono sin tragarme su respuesta del todo, no me entra en la cabeza que alguien así se relacione con un tema tan oscuro.

—Eso es lo que intento decirte —agrega molesto porque lo interrumpo a cada momento.

—Lo lamento —señalo para luego callarme, esperando que continue con su relato.

>>Dos semanas pasaron del encuentro, día a día pensaba en esa mujer colmado de rabia, sin dejar de cuestionarse cómo podía siquiera creerse capaz de ayudarlo, pero conservó el contacto, guardado en un rincón de su billetera lo dejó, quién sabe por qué razón.

No volvió a entrar al bar del cual lo corrieron, no porque no quisiera, sino porque no se lo permitieron, al día siguiente en cuanto el guardia lo vio, le dio un empujón para que se alejara de allí, y no le quedó de otra, siguió vagando en busca de otra taberna que lo recibiera porque la confusión del alcohol era el único amortiguador a su dolorosa realidad.

Necesitaba una taberna puesto que no bebía en su casa, que iba, no pisaba aquel hogar desarmado desde la tragedia, simplemente no podía estar allí sin escuchar el llanto desaforado de su hermana, el sonido de su cabeza estrellándose una y otra vez en el rincón de la cocina donde la encontró. Simplemente era más de lo que podía soportar.

Todo por un perro, todo por ese hijo de puta que la secó en menos de seis meses, dejándola como una flor marchita; o al menos eso creía él, porque a decir verdad el trabajo de aquel hombre duró al menos un año y medio.

Fue difícil, claro que sí, la niña fue todo un desafío para Zackarias, quien puso en marcha el plan desde que la vio por primera vez en su camino a la escuela. 

Gemma solo tenía diecisiete años, recién llegando a New Ross, un pueblo a sur de Irlanda donde no habitaban más de ocho mil personas, debieron viajar por el nuevo trabajo de su padre, tenía que restaurar una serie de edificios históricos del pueblo por lo que al menos deberían estar allí por los siguientes dos años.

Caminaba sola con su cabello rubio al viento destellando como sus ojos alegres, mientras oía la música a través de sus auriculares, tarareaba la melodía sosteniendo su morral en la espalda, observando el cielo azul claro sin saber el aspecto divino que desprendía.

Zack era un hombre que vivía solo en una cabaña a las afueras del pueblo, sin familiares, tenía un muy mal nombre dado que se le atribuían muchas actividades ilegales dentro del pequeño poblado, rumores que en realidad eran ciertos, era el distribuidor de drogas nocivas en la zona y tenía un brutal gusto por las chicas como ella, ingenuas, angelicales.

En realidad le costó conseguirla, debió manipularla por mucho tiempo para generar siquiera un efecto sobre su personalidad, los dos años se dividieron en etapas, donde ella cambió gradualmente:

La primera de ellas fue su personalidad, Gemma solía ser muy comunicativa antes de que su hermano tuviera que separarse de ellos para estudiar en la universidad, compartían absolutamente cada secreto como si fuesen una extensión del otro, pero luego de la partida de Harry, Gemma se había comenzado a guardar un sinfín de cosas, entre esas el hecho de que un hombre doce años mayor la estaba rondando en el camino que iba de la casa al colegio y del colegio a la casa.

El segundo cambio fue su rendimiento académico, si bien la chica jamás había sido una alumna destacada entre sus pares, distaba mucho de ser de esos que solo arrastraban sus cuerpos para aprobar los cursos, sin embargo, luego de su llegada a Irlanda, Gemma tuvo un descenso en sus calificaciones bastante amplio, el primer año lo bajó al punto de tener que dar exámenes adicionales para poder aprobar, hecho que los padres atribuyeron al cambio de ambiente, y el 2014 simplemente reprobó todo cuanto pudo rendir.

El tercer cambio y el más drástico fueron los últimos seis meses de la chica, su conducta. Gemma se volvió insolente e irresponsable, comenzó a faltar el respeto a sus padres, a escaparse por las noches para salir de juerga, su aspecto cambió por los vicios en los que se había volcado, ya no había brillo en sus ojos y mucho menos dulzura en sus palabras.

El llamar a Harry fue la última carta que sus padres lograron utilizar creyendo que serviría de algo, dos semanas antes de su muerte alertaron a Harry de que la chica ya se había vuelto incontenible, le pidieron que viajara hasta Irlanda para intentar hablar con ella y ver el por qué de su cambio, él siempre había sido la única persona capaz de sacarle las verdades que intentaba esconder de sus padres.

Pero no funcionó, joder, eso solo terminó por jalar el gatillo, por desbordar el vaso repleto de locura que ahogaba a la adolescente.

Solo había ido por un mandado de su madre, es el único motivo por el cual no estaba allí, pero ese corto lapso de tiempo fue suficiente para que se desarrollara el inicio de su infierno.

En cuanto abrió la puerta de la casa, el ambiente cargado de silencio lo perturbó, un extraño aroma inundaba el ambiente, un aroma que él no conocía hasta aquel momento, el olor de la pólvora se colaba por la casa sin que él comprendiera lo que sucedía. La llamó en un susurro, mientras al ir en dirección a la cocina comenzó a escuchar el golpeteo rítmico de algo contra una muralla. Allí estaba su hermana, echa un ovillo con el arma en la mano derecha, estrellando su cabeza una y otra vez contra la pared del rincón en el que se escondía, sollozando bajito con los ojos cerrados para abstraerse de todo lo que la rodeaba.

—¿Qué hiciste? —le preguntó intentando controlar el terror que sentía ante la imagen, negándose a aceptar la idea que comenzaba a formarse en su cabeza.

Gemma no respondió, siguió con su vaivén impertérrito mientras ignoraba el cuestionamiento.

—Detenlo, —pidió secándose las lágrimas, abriendo los ojos, llevando la mirada hasta su hermano que estaba a metros de ella —ese "tap tap" me está volviendo loca.

Fue demasiado rápido para poder hacer siquiera algo en realidad, no pudo acercarse, se llevó el arma a la sien mientras un gemido de dolor se le escapaba del pecho, ante los ojos aterrados de su hermano dijo lo último que Harry recordaría de ella.

—Duele Harry... Y haré que pare.

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Bueno, hacía falta saber la historia detrás verdad? Espero que sigan disfrutando la trama yyyy quería contarles que ¡Gane el segundo reto también! Así que estoy mega feliz porque he ganado los dos retos ya juju Les invito como siempre a pasar por el book "Retos FW" para que lean y me digan que opinan, son relatos cortos de diferente temática, hechos como siempre con mucho corazón, espero pronto subir la segunda parte de este capítulo, probablemente el domingo, así que estén atentas! Como siempre agradezco votos y comentarios jiji #NoSeamosLectoresFantasmas! jajajajaja les mando un besote.

CautivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora