27 ✦ BRUISES

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20/06/2016

"Josh...", dijo una voz femenina. El joven entreabrió los ojos lentamente y pudo distinguir la imagen de su madre a su lado, acariciándole el cabello con delicadeza. "Buen día, hijo. Te traje el desayuno".

Josh inspiró aire y tomó fuerzas para incorporarse en la cama, quedando sentado. Se cubrió la boca con el brazo para esconder un enorme bostezo y agradeció al ver el trabajo que su madre se había tomado.

"No tenías que hacerlo", repuso mientras miraba un vaso con agua, otro con jugo de naranja, una manzana cortada en cuadraditos y sin cáscara y un tostado humeante de jamón y queso, al lado de un chocolate caliente, todo eso sobre una mesita móvil.

La mujer suspiró y contestó: "Te lo mereces. Sé que estás haciendo un esfuerzo muy grande y que te estoy quitando algo que te hizo bien durante este tiempo, así que quiero poder recompensarte de alguna forma".

Se miraron y el chico se vio impulsado a abrazar a su progenitora con cariño. Después de todo, ella y Tyler tenían razón: irse era por su bien y por el bien de su familia, así que eso debía hacer. Ambos querían su bienestar y Josh no hacía más que negarse, por lo que decidió resignarse.

"Gracias, ma", agregó. El abrazo se rompió y la mujer, con una enorme sonrisa acompañada de unos ojos brillantes, le tendió al de cabello rizado el vaso con agua.

"Bueno, ahora cuéntame", pidió su madre, acomodándose en pose india sobre la cama de su hijo. "¿Cómo se conocieron con Tyler?".

Josh casi se atragantó con el agua al recordar lo sucedido la noche anterior y se sonrojó, pero rápidamente agregó, intentando sonar seguro de sí mismo y sin preocuparse: "Va a mi curso en el colegio. Un día se acercó a hablarme y nos dimos cuenta de que coincidíamos en muchas cosas, así que nos hicimos mejores amigos muy rápido".

"Es buen chico, ¿no? ¿Cómo te sientes con él?".

Josh miró a su madre un poco extrañado y dio un sorbo ahora del jugo de naranja.

"Es muy amable. Creo que no hace falta recordarte que me salvó varias veces...", dijo, y su madre negó repetidamente con la cabeza, reviviendo las escenas de su antiguo hogar. "Y, pues, me hace sentir... Bien, supongo".

Su madre le regaló una sonrisa al chico de rulos y Josh se sintió desfallecer. No deseaba para nada que su madre hiciera más preguntas porque ya no sabría ni cómo responderlas. Por suerte, su tormento no llegó y tuvo que reprimir un suspiro de alivio.

"Me alegra que tengas un amigo como él. Se nota que te quiere y se preocupa por tí. Bueno, te dejo desayunar tranquilo y mientras me voy a preparar las cosas, ¿sí?", anunció la mujer. Josh asintió, la vio dirigirse hacia la puerta y soplarle un besito desde allí, antes de salir y cerrar la puerta nuevamente.

Luego de terminar con las frutas y de esperar un rato para digerir y para que nada le cayera mal, fue el turno de probar el chocolate -ahora tibio- y el tostado.

Ambas cosas estaban deliciosas, pero el chocolate no se comparaba con el que Tyler le había hecho. El de su novio seguía siendo el mejor.

Un rato más tarde y ya con el estómago lleno, fue hasta la cocina, saludó a su tía, a su hermano y a sus hermanas. Después, lavó los vasos, la taza y los platos que había utilizado para el desayuno y se retiró para empacar sus cosas en una valija.

Las horas parecieron pasar volando y de pronto se hizo la tarde. Guardó sus cosas en el baúl del espacioso auto, se despidió de la hermana de su madre con un fuerte abrazo y un agradecimiento por haberles dado comida y refugio durante esos días y, antes de subirse al auto, marcó el número de Tyler en su celular.

JOSH!", gritó Tyler del otro lado, casi instintivamente. Tan pronto como su celular sonó, se había lanzado hacia él para atender la llamada. "Lo siento, fue automático. ¿C-Cómo están?".

Josh rió amargamente ante las veloces palabras del menor y respondió: "Estamos bien, a punto de salir. ¿Y vos, estás bien?".

Simultáneamente, suspiraron, cada uno de su lado de la línea. No estaban bien, ninguno de los dos.

"", musitó el moreno, ignorando su malestar interno para no preocupar al de las manchitas violáceas.

De repente, un grito de parte de Laura se hizo oír, pidiendo que todos subieran al auto. Josh miró al interior de la casa y a sus hermanos saliendo con dirección al vehículo.

"Ty, ya debo irme. Te llamé para despedirme y... Perdón por ser cliché o cursi otra vez, pero lo nuestro no termina aquí, ¿cierto?", preguntó queriendo asegurarse, controlando su voz, cuidando no quebrarse y no romper en llanto de nuevo. No quería volver a ser débil, no después de haberse recuperado tanto gracias a Tyler. Si retrocedía, el esfuerzo de Tyler habría sido en vano.

El moreno cerró los ojos y estrujó su almohada contra su pecho, a lo que respondió de inmediato: "No, no termina. Lo nuestro recién comienza, Josh. Gracias por llamarme. Vayan con cuidado, ¿sí?".

"", respondió Josh, aliviado ante la respuesta del contrario. "Ya estoy por subir al auto. Adiós, Ty. Te... Te quiero".

Y Tyler iba a responder lo mismo, pero un pitido le indicó que la llamada había finalizado, silenciando sus palabras.

BRUISES ✓ joshlerWhere stories live. Discover now