37 ✦ BRUISES

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09/07/2016

Tyler chilló mientras arrojaba sus abrigos al asiento del acompañante y golpeaba con fuerza el volante, haciendo sonar el claxon irremediablemente repetidas veces.

Mierda!", vociferó, sintiendo su garganta arder. Nunca había gritado así antes, y hasta se sintió un poco bien, ignorando el hecho de que estaba destrozado por haber dejado a Josh de esa manera.

Pero no tenía otra opción. Lo estaba matando. La distancia iba a poder con él, y sentía que si pronto no se alejaba de Josh iba a ser aún peor.

Claro que se equivocaba. Cortar los lazos era exactamente lo que le iba a quitar el sueño de ahora en adelante. Pero eso no lo tuvo en cuenta y, en un impulso por alejarse de su novio, arrancó el auto y emprendió la marcha devuelta hacia Columbus.

En la ruta, Tyler llegó a la conclusión de que tanto la lluvia como sus lágrimas no querían que regresara a su hogar, porque no le permitían ver el camino al nublar su vista. Entonces, puso la luz correspondiente y fue disminuyendo la velocidad hasta cero para poder frenar en la banquina.

"¿Qué mierda acabé de hacer?", refunfuñó, reconociendo su error.

No quería que nada malo le pasara a Josh, pero estaba agobiado. Se sentía aún más abrumado de lo que ya estaba antes de conocer a Josh. Y ahora pensaba y pensaba y no llegaba a una conclusión acerca de qué le convenía hacer.

Golpeó su frente contra el volante y luego se pasó las manos lentamente por todo su rostro, resignándose: No lograría nada mientras permaneciera en el medio de la ruta.

Secó sus lágrimas con su abrigo y abrió un poco la ventana, sin importarle que el auto se mojara por dentro.

De cualquier modo, no podía ayudar mucho a Josh si éste vivía tan lejos y tampoco si iban a colegios distintos. No podía cuidarle de la gente que le molestaba.

Arrancó el auto y pisó el acelerador como si de ello dependiera su vida, restándole importancia al mojado pavimento.

En un par de horas, aparcó el auto a unas diez cuadras de su casa. No quería conducir más ni permanecer dentro del auto porque la tentación de volver con su novio le consumía.

Con las manos en sus bolsillos, caminó bajo la lluvia. Sus cabellos se pegaban a su frente, su nariz respingona se enrojecía y sus labios se tornaban aún más oscuros debido al frío, queriendo imitar un color bordó.

Al llegar a su casa, abrió la puerta de un violento empujón y se encontró con Zack, su hermano, quien estaba por salir.

Hey!", le saludó éste -admirando con un vistazo veloz el cabello alborotado de su hermano mayor, las extrañas bolsas bajo sus ojos y el cambio del tono de piel morena a uno que demostraba un creciente malestar-, pero el recién llegado ni le miró y dejó a Zack con una sonrisa desfigurada que reflejaba preocupación en su rostro.

Con su muy atípica apariencia sombría, Tyler subió las escaleras de su casa a grandes zancadas, con una clara idea sobre qué hacer apenas ingresara al baño y cerrara la puerta con llave.

Zack, ya habiendo pasado por un episodio similar anteriormente, supuso las intenciones de su hermano. Cerró la puerta de entrada de la casa de un portazo y gritando corrió a la cocina en busca de sus padres quienes, en seguida, siguieron el camino escaleras arriba que había hecho Tyler unos instantes atrás.

"Tyler, abre la puerta", dijo Chris, sacudiendo la manija de la puerta y haciendo un esfuerzo por controlar su voz para que no saliera ni temblorosa por el miedo ni en gritos de furia.

Como respuesta, los tres escucharon un fuerte sollozo. Luego, nada.

Con una patada, el padre de familia hizo saltar los engranajes de la gran puerta de madera que le separaba de su hijo, haciendo posible que los otros dos le vieran.

Indefenso ante sus propias intenciones, Tyler yacía inconsciente en el suelo del baño, con la cabeza apoyada sobre el borde de la bañera y con un pedacito de vidrio -que había conseguido ocultar durante mucho tiempo para poder utilizarlo en emergencias- atrapado entre sus inmóviles y fríos dedos.

Kelly cayó de rodillas al suelo y gateó hasta su hijo, tomándolo por los hombros y atrayéndolo hacia ella en un intento por abrazarlo.

Zack y Chris suspiraron, aunque no significaba que no estuvieran preocupados.
Habían llegado justo a tiempo.

BRUISES ✓ joshlerWhere stories live. Discover now