31 ✦ BRUISES

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08/07/2016

La semana había llegado a su fin y Tyler estaba un tanto feliz por ello.

Anteriormente, la joven pareja no había tenido tiempo para hablar debido a las tareas y exámenes que les asignaban a cada uno en el colegio, que apenas les permitían obtener un respiro.

Lo primero que hizo Tyler al llegar a su casa luego del instituto fue encender su portátil. Mientras ésta se iniciaba, calentó un plato de comida que había sobrado de la noche anterior y, aprovechando la soledad de su casa, corrió a llamar a Josh con una enorme y desesperada sonrisa en su rostro.

Dio un par de bocados sin borrar la sonrisa y, pronto, un pitido le indicó que el usuario al que llamaba estaba en línea. Un par de segundos más tarde, la llamada fue atendida y ambos fueron capaces de ver el rostro del otro.

En seguida, la sonrisa de Tyler se desvaneció. Tragó la comida que tenía en la boca con esfuerzo y sintió su garganta arder, como si quisiera llorar.

Josh no habló, esperando que el menor le ganara, y así fue.

"Josh...", musitó Tyler, negando levemente con la cabeza. Se acercó a la pantalla, queriendo acortar la distancia real que le separaba de su novio, pero sólo consiguió que se le nublara la vista. Recorrió el rostro ajeno con su mirada, juzgando los nuevos moretones, claros indicios de guerras perdidas. "¿Qué ha pasado?".

Josh suspiró y miró hacia un lado, queriendo evadir la mirada del menor, pero fue peor. Del lado de su cuello, que ahora había dejado al descubierto, tenía unas horribles marcas de dedos, tan morados que parecían tatuajes.

Tyler reprimió un sollozo al mismo tiempo en que se cubría la boca con una mano, mientras que con la otra sostenía su cabeza.

"Josh, contéstame", formuló el moreno, sintiendo el dolor del chico de pelo teñido como propio, percibiendo cada manchita sobre su misma piel.

"¿Qué tal tu día, Ty?", habló por fin el más pálido, con una sonrisa que no parecía alegre en absoluto. Tyler cerró los ojos con fuerza y continuó escuchando. "Me he teñido el pelo, ¿lo has visto? Es tu color favorito".

Los párpados de Tyler se elevaron otra vez y vio el brillante azul que cubría los rizos del mayor. Le quedaba de maravilla, pensó Tyler, como ocurriría con todos los colores. Sin embargo, con ese azul Josh aparentaba ser aún más frágil.

Sin dar más vueltas, el más joven cortó la llamada. Apoyó su espalda en el respaldo de su silla de escritorio, y se estaba planteando seriamente si llorar o no cuando otra video-llamada apareció en la pantalla. Contestó sin ánimos y Josh le ganó ésta vez.

"Tuve una pelea. Bueno, varias, a decir verdad. Nadie me quiere en el colegio nuevo, Tyler", explicó. "Pero no importa, ¿verdad? Porque sé que, al final del día, te tengo a tí para hacerme sentir bien".

Bastaron pocas palabras para lograr que Tyler dejara de guardar sus lágrimas y las dejara caer libremente hasta hacerlas chocar contra la madera del escritorio. Sonrió al saber que Josh tenía esperanzas y motivos para mantenerse en pie, y su corazón se hinchó al entender que él mismo era uno de ellos.

"Así es. Siempre estaré ahí para tí, Josh. No importa lo que pase".

Ambos se sonrieron, con sus retinas nubladas debido a la presencia de las lágrimas, y Tyler expresó, ahora un poco mejor: "Amo cómo combina el azul de tu cabello con tus expansores rojos. Eres precioso".

"No sé. Lo dudo".

"Lo eres. Por eso todos andan detrás tuyo, porque te tienen envidia, Josh, pero no les des importancia. Si quieren rebajarte, no permitas que logren hacerlo. Debes mantener la cabeza en alto, siempre".

Josh asintió y agradeció al cielo por darle aquel regalo. Tyler era el mejor amigo y el mejor novio del mundo, pero aún así seguía sintiendo que no le merecía.

BRUISES ✓ joshlerWhere stories live. Discover now