41 ✦ BRUISES

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18/07/2016

Los pies de Tyler se arrastraban por sobre las baldosas del pasillo, y miradas curiosas se clavaban en las espaldas de quienes le llevaban a cuestas.

Al llegar al baño, sentaron a Tyler sobre el borde del lavabo y Josh abrió el grifo. Higienizó sus manos y luego, mojadas y sin rastros de jabón en ellas, las apoyó sobre la frente de Tyler.

Brendon se sentó en el suelo frente a la pareja, recargando su espalda en la pared para mayor comodidad.

"Dios, estás hirviendo", comentó el teñido. Frunció el entrecejo en una mueca apenada y miró a Tyler a los ojos, correspondiéndole la mirada. "Voy a mojarte la cara, ¿sí?".

"Lo siento", repuso automáticamente el menor, quien no recordaba haber estado más arrepentido en todos los años que llevaba viviendo. Le dolía el pecho y respirar le parecía agotador, sin contar la pesadez de su cuerpo y la debilidad que la fiebre causaba.

El contacto del agua helada contra su caliente piel le hacía sentir aliviado, pero la desesperación no se iba.

Las frágiles manos de Tyler yacían sobre sus muslos. No quería tocar a Josh por temor a que éste le rechazara pero en seguida su pálido novio le abrazó como si le hubiera leído el pensamiento.

Los brazos de Josh apoyados sobre sus hombros y acariciando su cabeza le relajaron tanto que Tyler se sintió tan impotente como una bestia domada.

Cerró sus ojos con fuerza, suspiró de manera entrecortada debido a que el llanto aún no había cesado, y se atrevió a depositar sus manos en la espalda baja del teñido.

Brendon pensó con melancolía que aquella relación era muy pura porque se notaba que se amaban de verdad. Los dos jóvenes frente a él se cuidaban mutuamente, no como había pasado con Dallon y él.

"¿Esos moretones...?", preguntó Tyler, sin separarse de Josh, con apenas un hilo de voz temblorosa escurriéndose de sus labios, pero Josh le interrumpió.

"Ahora no es momento de eso. Mejor cuéntame tú".

Tyler inspiró aire con fuerza y se acercó al cuello de su novio, extrañando darle besos como los de hacía unas semanas.

En silencio -y siendo cuidadosamente obsevado por Brendon-, el menor depositó un beso en la mandíbula inferior del más palido, extrayéndole a éste último un jadeo indeseado.

"Lo he pasado muy mal éstos días, Josh. S-Siento haberme ido así, pero prometo que no lo volveré a hacer".

Apenas Tyler terminó de hablar, Josh le separó de su cuerpo, rompiendo el abrazo. Con una calma y firmeza desmesuradas, interrogó, pronto explotando y liberando todo lo que quería decirle hacía tiempo:

"¿Pero entonces por qué lo has hecho? Tú no sabes lo que se siente cuando las personas que amas te abandonan, y tampoco lo sabrás porque nadie te desvaloriza, nadie te golpea y sabes relacionarte con la gente, no como yo, que les ahuyento con mi aspecto y mi actitud. Tú eres libre, haces lo que quieres y no tienes miedo de nada, Tyler, y en eso no coincidimos".

Los ojos de Brendon se abrieron de manera exagerada al oír aquello. Más lágrimas empaparon las mejillas del moreno.

"T-Tengo miedo de perderte, Josh. Tengo tanto miedo que...", jadeó el joven, pero se detuvo al darse cuenta de lo idiota y patético que era en esos momentos. "¡Dios, no tiene sentido!".

Los dos mayores miraban a Tyler en silencio, expectantes ante lo que fuera a decir para justificar sus erradas acciones y aclarar la situación.

Las manos de Tyler se enredaron en su cabello y lo estiraron con fuerza. Odiaba no lograr entenderse a sí mismo o no saber explicarse con palabras correctas, pero prefirió balbucear lo que fuese antes que quedarse callado como un cobarde.

"¡Creí que el miedo se iría si te dejaba, pero no fue así! ¡Dependo de tí, y odio hacerlo porque no sé qué pasará conmigo si algo malo te ocurre! ¿¡Entiendes!?", vociferó, fuera de sí. Su fragilidad se había desvanecido por un instante, pero no tardó en volver a hacerse presente.

Josh le observó bajar la mirada. Suspiró y con una mano elevó el mentón de Tyler, en el cual comenzaban a asomarse finas vellosidades, al igual que debajo de su nariz.

Sin nada que decir, comprendiendo lo difícil que era la situación de ambos como pareja, Josh besó la puntita de la nariz de su novio, robándole una risita. Secó sus lágrimas con sus pulgares y volvió a abrazarle, repitiéndole una y otra vez que le amaba.

Brendon se retorció de ternura y cubrió sus labios, queriendo mantener la compostura para no largarse a llorar allí mismo.

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