Prefacio

1.3K 189 89
                                    


—¡FIORE! ¡NO!


Grité aterrado al ver el cuerpo de mi amor tendido en el suelo, pálido y sin vida.

Me acerqué a ella apresurado lleno de pánico; constaté que aun respirara y gracias al cielo, lo hacía, comencé a llorar de rabia, dolor e impotencia, verla a ella de esa manera,  en ese estado, no era nada más que mi puta culpa. Busqué con manos temblorosas el teléfono móvil dentro del bolsillo del pantalón para pedir una ambulancia, al cerrar la llamada, la cargué en brazos y corrí con ella hasta la ducha. Me importó un carajo meterme  con la ropa, quería que mi mujer abriera esos ojos que son mi luz a la vida, con una mano abrí el agua fría y me sumergí con ella debajo del chorro, le suplicaba que despertara, se lo imploraba con llanto desgarrador, sentía que me estaba muriendo en ese instante.

—¡Por favor, niña hermosa,  vamos despierta! ¡No me hagas esto, te necesito! ¡¡¡POR FAVOR, TE LO SUPLICO, TE AMO, NO ME DEJES!!!

Coloqué su rostro, justo debajo de la cascada, cuando finalmente ella comenzó a toser fuerte hasta vomitar,  limpié su boca delicadamente, su rostro igual; lloraba de dolor por mi amor, cuando ella abrió los ojos y me vio, bajo la mirada y comenzó a llorar también.

—Lo...si..ento...

—No, no mi amor, no tienes la culpa de nada ¿Sí? ¿Escuchaste?, tú no tienes la culpa de  absolutamente nada. Tu no debes pedirme perdón, niña hermosa, el único responsable de toda esta maldita pesadilla soy yo,  es por mi causa, soy el culpable, no tu, yo te arrastre a la porquería en la que vivía, la vida no me alcanzará para seguir pidiéndote perdón.

Adoración Secreta, libro  2 Bilogía Secretos, BorradorWhere stories live. Discover now