Capítulo #9

1K 174 133
                                    

Canción: Fascinación, Carlos Rivera

Este capítulo va para ti Grei gracias por estar aquí preciosa

Hola preciosas, acá estoy de nuevo, les quiero pedir mil disculpas porque no he podido responder algunos de los comentarios, he tenido mil ocupaciones y estoy que me escondo debajo de la cama, porque amo responder cada comentario que me dejan, de interactuar con ustedes no saben cuanto...la otra gran disculpa es por el capítulo de hoy, no está corregido al 100% así que si ven un error suelto por allí hagan de cuenta que no lo vieron jajajaja...






Mi alma se encontraba agrietada, una pequeña grieta que fue en aumento en aquella represa que era mi corazón oscuro y que cuando llegara el momento preciso de romperse totalmente, sería mi fin. ¿Como fui capaz? ¿Cómo fui tan cruel?
Las preguntas golpeaban mi mente una y otra vez. Si intentaba cerrar los ojos, las imágenes en el apartamento de mi hermano llegaban como filosas y macabras agujas a mi cuerpo. Me costaba respirar, me ahogaba, era un ser despreciable, necesitaba cambiar esa situación con Troy, Victoria, con la familia entera, pero me sentía indigno de ellos, no sería capaz de enfrentarlos, de mirarlos siquiera a los ojos. El hueco oscuro ante mi cada vez era más hondo, profundo y había comenzado a caer... hasta que escuché su voz al otro lado del teléfono esa noche, y para ser sincero una parte de mi esperaba encontrar luz, porque pese a que estaba convencido que no merecía el perdón de nadie, al menos lucharía por conseguirlo.

—¿Si? —solté la respiración de golpe, no había notado que dejé de hacerlo. Sonreí como bobo, como un niño pequeño al que la niña que le gustaba en clases le daba un beso cálido en su mejilla. El acento español era encantador en ella, su inglés sonó impecable sin embargo no podía esconder su idioma natal.

Hola, guapa.

La última palabra se me escapó sin poderlo evitar. Tantas veces escuché a Nick practicar con Sojhar hasta el cansancio, logrando finalmente aprender un poco de castellano.

—Hola...¿Te acordaste de mi? —respondió bajito. Repentinamente me invadió un ataque de ansiedad por tenerla conmigo.

Quiero verte —se quedó callada algunos segundos ante mi pedido que sonó a exigencia, mientras yo me dirigía al baño por una toalla, un tanto nervioso a decir verdad.

—Claro..eh... puede ser mañana, dime el lugar y hora —pidió, solté un suspiro de frustración, ella no tenía la menor idea de cuánto bien me haría verla. Necesitaba verla, oírla en persona.

Mañana no, quiero verte ahora, en este momento —supliqué con voz entrecortada.

—Al menos deja que me arregle un poco, ¿Si? —sonreí de nuevo, el ángel travieso quería ponerse aun más bonita para mí. Me sentí alagado.

Solo media hora, no más.

No sabía si estaba siendo un completo imbécil, un mandón, un dominante con ella, lo cierto era que la quería a mi lado, no más tiempo del que le pedí. Si no llegaba a la brevedad posible, terminaría cometiendo una locura. No era un cobarde, pero a veces te encuentras tan malditamente desesperado dentro de una tormenta imparable que terminas odiando tu vida.

Apresurado, tomé de nuevo una segunda ducha, ya que mi aspecto tan terrible podría espantarla; aun temblando me sumergí en la regadera, tal vez por el frío gélido de la habitación, o por no secar mi cuerpo después del primer baño o, tal vez, eran los nervios por verla a ella.

Veintinueve minutos después de colgar la llamada, alguien tocó la puerta. Abrí de inmediato.

—Hola.

Adoración Secreta, libro  2 Bilogía Secretos, BorradorWhere stories live. Discover now