Capítulo #11

927 165 228
                                    

Canción: You Fill My Heart (Tú llenas mi corazón) . Jason Walker

Hola adoraciones preciosas, paso a dejarles el capítulo de hoy, el cual va dedicado a Yamileth, muchas gracias corazón por estar aquí






—¿Almorzamos hoy? ¿Theo? ¿Bro? ¡THEODORE!

Me estremecí involuntariamente por el repentino grito de Nicholas, lo observé exasperado. Quería arruinar mi buen humor del día.

—Deja de gritarme, que no estoy sordo, hombre.

—No, se perfectamente que no lo estás, pero de repente desde hace eh digamos... unos cinco días para ser exactos, estás en Fiorellandia. Por cierto, hablando de Fiorella, debo contarte algo curioso.

Nick y sus tontas ocurrencias, aunque para ser sincero no se encontraba muy lejos de la realidad.

Sí, era ella.

Sencillamente era Fiorella, quien mantenía mi mente inundada de sus hermosos recuerdos, de sus deliciosos besos, de su risa limpia, de su venerado cuerpo, de su rostro angelical. En tan poco tiempo me llenó el corazón por completo, antes de que ella llegara a mí, la vida era solo caminar y respirar pero luego de conocerla, de amarla como lo estaba haciendo, la quería a mi lado para siempre, ella era mi motivo y propósito de vida, estaba totalmente seguro de eso. Se había convertido en mi equilibrio perfecto en tan poco tiempo.

Una palmada exageradamente fuerte y con todo propósito, se estampó en mi frente. Nicholas.
Con ambas manos encima de mi escritorio me taladraba divertido. Sobé mi frente con una ceja amenazadora, a Nicholas le importó una mierda mi comportamiento infantil, una de sus manos tocó mi frente sorpresivamente. Se la quité de un manotón.

—Deja de fastidiarme, Nicholas —amenacé.

—Creo que tienes fiebre —dijo sin pizca de burla. Gran actor.

—¿Ah sí? ¿Fiebre de que, menso? Estoy perfectamente bien —lo desafié, para saber que tramaba.

—Claro que sí, tienes temperatura, creo que tienes, espera dame un segundo...¡tienes fioremanía! —explotó con media sonrisa, aun de pie a un lado de mi.

—¡Ya basta, Nicholas! A veces eres insoportable —protesté con sorna. Mi buen amigo, arrugó su rostro y se sentó abatido frente a mi escritorio.

—¿Por qué no la trajiste contigo? Y calla, no intentes venir con el mismo sermón amigo, toda esa mierda de que eres una mala persona, la estúpida venganza y bla bla bla me tiene harto, comienza a vivir la vida hermano. Troy y tú ya hicieron las paces, ¿no? Todo vuelve a su cauce, las piezas a su lugar y tú, sigues martirizándote por lo que hiciste, ya supéralo. Caso cerrado y no me contradigas, ahora, llama a uno de los pilotos y programa tu regreso a Boston, ve por ella hermano —reí, comprendiendo su punto de vista y estaba muy de acuerdo con él.

—¡Iré por ella! —grité como un adolescente agitado y un poco curioso le pregunté —Oye, ¿a qué edad maduraste tu, eh? Porque creo que aun estás en esa fase —en su rostro se dibujó un mohín.

—Maduré exactamente a los diez años —se encogió de hombros.

—¡¿A los diez?! Que embustero eres —me burlé.

—Es la verdad... maduré cuando supe que comer mocos no era agradable —confesó con asco. Saqué el móvil del bolsillo de mi chaqueta.

—¿Podrías repetir eso de nuevo? Necesito grabarlo —le pedí reprimiendo una sonrisa.

—¿Para qué? —musitó con cautela.

—¡Para que Sojhar se entere de tus oscuros y cochinos secretos! —no podía parar de reír.

Adoración Secreta, libro  2 Bilogía Secretos, BorradorWhere stories live. Discover now