UNA VIDA, UN AMOR (lesbianas)

Una noche para recordar

Después de aquella noche en el hotel de mala suerte, Antonia y mi cuñada tenían que regresar a sus respectivas casas,  realmente no quería despegarme de ella así que decidí acompañarlas a la terminal de autobuses.

Se acercaba la fecha de mi cumpleaños, y ella quería viajar días antes para estar juntas, lo cual me emociono tanto pues ella no había pasado ningún cumpleaños conmigo.

En una de tantas conversaciones ella me confesó que se moría de ganas por verme en una faceta muy diferente a la me hubiese imaginado alguna vez; me propuso que luciera un liguero para ella,  lo cual al escuchar la idea me sonrojo un poco pues no sabía si me atrevería, me ponía nerviosa Solo de pensarlo, pero aun así acepté.

Quería sorprenderla y me dedique a la tarea de buscar aquellas prendas para cumplirle, era una total inexperta en esos atuendos, así que solo busque uno que luciera lo mas sexy posible, aunque con mis nervios seguramente no luciría muy sexy.

Ya tenía lo que necesitaba, pero pensé en ponerle un toque mas romántico al momento, así que compre algunas velas y algunas Rosas rojas para decorar.

Y llegó el gran día, ese día había pedido permiso en mi casa de quedarme en casa de uno de mis primos, el cual me cubriría esa noche.
Lo primero que hice antes de irme de mi casa fue tomar el auto y buscar el hotel en el que nos quedaríamos esa noche, y dejar todo lo que había comprado y luego devolver el auto para tener el resto de la tarde acomodando todo antes de que Antonia llegará.

Después de haber ido a regresar el auto,   regresé al hotel,  tenía los nervios de punta así que decidí comprarme unas cervezas para relajarme un poco.
Me las estaba tomando con calma mientras decoraba la habitación,  haciendo tiempo en lo que llegaba la hora de ir por mi novia a la terminal.

El tiempo se me fue volando y cuando vi el reloj me apresure a salir del hotel con dirección a la terminal.
Cuando llegué no la localizaba por ningún lugar,  hasta que a lo lejos vi una silueta muy familiar caminando en mi dirección,  de inmediato me acerque a ella y la abracé,  en el acto ella me entregó un papel grande en el cual habían fotos de las dos,  así como palabras que ella me había escrito, fue un detalle muy hermoso.

Antes de dirigirnos al hotel decidimos distraernos un poco,  así que nos fuimos a bailar un poco, lo cual ayudó a qué mis nervios desaparecieran un rato.

Alrededor de las 2 de la madrugada decidió que era suficiente diversión por ese momento, y de inmediato cai en cuenta, el momento había llegado.

De nuevo los nervios se apoderaron de mí, tomamos un taxi y llegamos al hotel,  pero antes de que entrara a la habitación le dije q me esperara un momento, que le tenía una sorpresa.
Así que entre y lo mas rápido que pude encendí todas las velas que había distribuido por toda la habitación, apague las luces,  abri la puerta,  salí un momento hasta donde ella se encontraba y le pedí que cerrara los ojos.

Abrí la puerta de la habitación nuevamente dejando que ella pasará primero aun con los ojos cerrados, la coloque justo frente a la cama y le pedí que abriera los ojos, lo cual al momento de hacerlo no me dijo nada se quedo observando las velas en el suelo junto con algunos pétalos de Rosas y admirando aquella palabra formada sobre la cama, que contenía y significaba todo lo que sentía por ella y aun más.

Un TÉ AMO formado con pétalos. Cuando terminó de visualizar cada detalle me agradeció con un beso y diciendo que le había encantado la sorpresa.
Dejo sus cosas a un lado y se dejó caer sobre la cama lo cual me pareció muy tierno ver la escena.
Después de un rato me recordó el motivo por el cual estábamos ahí.

ANTONIA: me encantó todo, pero aun me debes algo, y quiero verte ya.

Por un momento me sentí como Anastasia steele recibiendo órdenes de christian Grey.
De nuevo los nervios volvieron, pero me apresure a entrar al baño para darme un buen regaderazo y refrescarme un poco; salí de la regadera y comencé a ponerme todo el atuendo, me sentía un poco rara y lo único que pasaba por mi cabeza era