UNA VIDA, UN AMOR (lesbianas)

nuestro pequeño paraiso

Después de la noche mas hermosa que había tenido hasta aquel momento, decidí que la llevaría a comer en cuanto amaneciera; así que la lleve a comer mariscos Y posteriormente nos trasladamos a otra ciudad para asistir a un concierto de un grupo de banda que ella adoraba, fue divertido ver como coreaba cada canción e incluso me hacia cantarlas a mi también. Su euforia por estar ahí fue tanta que se atrevió a burlar la seguridad y subió al escenario a besar al vocalista. Para mi mala suerte cerca de donde estábamos nosotras se encontraba mi hermano con su nueva pareja, es muy obvio que vio a Antonia arriba del escenario, por un momento pensé que al regresar a casa me esperarían problemas, pero no paso a más.
Al día siguiente del concierto ella tenia que volver a su casa, pero antes quería hacerse un tatuaje que le había encantado, así que la lleve a un estudio en él cual se hizo 3 tatuajes, uno que en él diseño decía la palabra familia, él segundo una frase la cual la dedico a nuestra relación "vivimos una historia sin final", y él tercero un infinito con la inicial de uno de mis nombres "A". Eso último no lo esperaba.
Después de salir del estudio nos dirigimos a la terminal yo no quería dejarla ir y alejarme tan pronto de ella, así que compre boleto para las dos, a veces a uno le gusta prolongar él dolor inconscientemente, yo solo quería pasar mas tiempo a su lado, pero solo estaba haciendo mas difícil la despedida pues sabia que volvería sola. Él viaje duró 3 horas apróximadamente y al llegar a nuestro destino solo fueron cuestión de minutos para separarnos por varias semanas mas.
Prolongue él dolor, y no me di cuenta hasta que estaba en él asiento del autobús y a mi lado ya no estaba ella. Todo el camino pensaba en ella, cada kilometro que avanzaba la extrañaba más y aquella sensación era insoportable, sobre todo al pensar que para volver a verla pasarían mas de 4 meses.
Tenía que sacar una excusa para ausentarme en mi casa e ir a verla, lo siento mamá no me dejaste otra opción, cada vez que quiero tenerla cerca a ella me alejo de ti, y cada que estoy contigo me alejo de ella. No es justo para nadie, mientras tu quieres lo mejor para mi, yo quiero ser feliz a mi manera.

Muchos dilemas me decía mi cabeza, mi mamá no me acepta, ella vive con un hombre al que no ama; y la única manera de poder tener nuestro momento de felicidad es cuando estamos solas, alejadas de todos.

Ojalá pudiéramos escapar a un lugar donde nadie nos conozca. Y la idea tan alocada vino a mi, un viaje pensé, lejos de todos y de todo.
Cuando llegue a mi casa me puse a investigar algún lugar al que le encantaría ir a ella, iba a darle la sorpresa, pasé varios días investigando y reservando lo necesario.
Cuando estaba todo listo le propuse el viaje a lo cual no se negó, estaba muy emocionada de conocer aquel lugar del que le platiqué, y yo estaba mas emocionada de saber que no tendría que esperar mas de 4 meses para verla, ahora se reducía a 1 mes y medio para la fecha de nuestro viaje.
Llegada la fecha esperada del viaje, por fin la tuve entre mis brazos, sabia que solo seria una semana con ella y con su hija, pero era como una pequeña luna de miel.
Fueron 10 horas de viaje, demasiado si, pero los mejores tesoros naturales están muy bien escondidos. Llegamos al hotel, no dieron una habitación con terraza y acceso privado a la playa,era una vista de esas que jamas te cansarías de ver cada mañana al despertar.
Estábamos agotadas, pero a un así me alegró ver que él lugar le había encantado.
Él resto de la tarde solo nos quedamos a descansar.
Al día siguiente nos fuimos a la orilla de la playa un rato, su nena estaba tan contenta de estar en aquel lugar, adoraba ver como disfrutaba aquello incluso mas que nosotras.
No hicimos muchas cosas él resto del día casi que solo nos quedamos sentadas en la terraza platicando, disfrutando la vista y la compañía.
Él tercer día decidimos salir muy temprano a la pequeña zona hotelera del lugar, comimos y después caminamos un poco, tengo grabada esa escena en mi memoria, ella tomando la mano izquierda de la niña y yo tomando la mano derecha, aquello me hizo imaginar y desear que ellas fueran la familia que comencé a desear desde que la conocí. Hicimos algunas compras y después quisieron meterse a nadar al mar así que les compre unos trajes de baño y me senté a mirar como disfrutaban ese momento juntas, las observé y se veían felices, como si nada les faltará, como si los problemas no existieran, como si ella se sintiera libre y yo también, no habían discusiones, ni peleas tontas; solo sonrisas.  y lo que alguna vez había pensado, lo confirme ese día, ella y yo solo podríamos ser felices estando lejos de todos; pero en ese momento tenia que tener los pies en la tierra porque en algún momento esos ratos de felicidad se acabarían y volveríamos a la realidad.
Esa semana en ese, nuestro pequeño paraíso fue maravilloso, bromas, chistes, y cosas bobas. Todo a nuestra manera pero ahí no cabía nadie mas, solo nosotras. Nuestra estancia en ese lugar se agotaba, pero ahora ya era nuestro. Dicen que uno siempre vuelve a aquellos lugares donde amó la vida, y es verdad, ese maravilloso lugar siempre me saca una sonrisa al recordarlo, porque todo él tiempo que pasamos ahí alejadas de todos realmente fuimos nosotras y fuimos felices.