Capítulo 19

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NICOLE

Sonrisa relajada y mirada de niño bueno. Cualquiera pensaría que Gabriel permanece imperturbable ante la escena de afecto que acaba de interrumpir entre Kilian y yo. Pero lo conozco mejor. Estuvimos mucho tiempo juntos y sé que esas pequeñas arrugas que se forman a ambos lados de sus ojos son de puro odio.

— Gabriel —lo saludo completamente tensa. Su presencia aquí no puede significar nada bueno.

Kilian mantiene sus manos alrededor de mi cintura sin intención alguna de separse de mí. Dios... Ojalá lo hubiese conocido antes que a Gabriel. Estoy completamente convencida de que con él delante a penas me hubiese fijado en el chico rubio y de ojos azules. Siempre me han gustado más los morenos. Y sus ojos, como dos esmeraldas, son fascinantes.

— Veo que no has hecho lo que te dije —dice Gabriel con mirada fija en la unión que Kilian y yo mantenemos.

— Pensé que había sido bastante clara —le respondo —. No voy a volver contigo.

Él estrecha sus ojos y me mira irritado.

— Tú eres mía —dice con los dientes apretados.

— Ella no es de nadie —interviene Kilian.

La atención de Gabriel pasa inmediatamente a Kilian. A mi mente llega la imagen del sol y de la luna, ambos opuestos... como ellos.

— Oh, pero mira quién es: el sustituto —se ríe él.

Kilian se tensa a mi lado y se separa de mí dando varios pasos en su dirección. Con un movimiento rápido lo agarro de la muñeca y lo detengo. La lluvia sigue cayendo a nuestro alrededor pero cada vez con menos fuerza. Si fuese humana ahora estaría helada.

— ¿Sustituto? Más bien mejora —me burlo.

La sonrisa de Kilian no se hace de rogar. Vuelve su cabeza hacia mí y me giña un ojo. Gabriel me fulmina con la mirada pero rápidamente su expresión cambia. El color azul de sus ojos se vuelve más oscuro como si una nube tormentosa los estuviese cubriendo. Cuerpo rígido y puños apretados.

— He intentado hacer esto por las buenas, amor. Pero me obligas a actuar de un forma que no quiero sólo por tu cabezonería.

— Vamos —le increpa Kilian desplegando su poder de nuevo, pero esta vez en toda su gloria. La energía estalla fuera de su cuerpo con una onda expansiva y es como si la gravedad a nuestro alrededor se incrementara. Todo mi cuerpo se vuelve más pesado y tiemblo sin poder evitarlo —No tienes nada que hacer contra mí.

Gabriel parece estar teniendo la misma reacción que yo ante el poder inmenso que Kilian posee. Pero incluso así se mantiene firme y esboza una sonrisa burlona.

— ¿Crees que no sé qué eres más fuerte que yo? —ríe —. He estado observándoos y voy un paso por delante de vosotros.

En ese momento la chica de cabello corto y aspecto de duendecillo aparece a su lado. Su mano se levanta en nuestra dirección y el dolor comienza. La presión en mi cerebro aumenta hasta tal punto que creo que va a estallar. Me llevo las manos a la cabeza, un acto sin sentido que no alivia mi dolor pero que aun así no puedo evitar hacer. Mi boca se abre en una expresión de agonía pero sin ser capaz de emitir ningún sonido. La fuerza de mis piernas se desvanece y caigo de rodillas al suelo.

A mi lado Kilian gruñe por el poder de la bruja que también está dirigido a él. Pero al contrario que yo se mantiene en pie aguantando y poco a poco comienza a avanzar hacia Gabriel. La sonrisa de éste se borra al ver que la bruja no es lo suficiente poderosa como para someter a un vampiro de más de novecientos años.

Gabriel mira a su alrededor y fija sus ojos en una pequeña señal clavada sobre el césped. "No pisar" se puede leer en grandes letras blancas sobre un fondo verdoso. Lo arranca de su fijación, apunta y lo lanza. La parte afilada de la barra de metal que mantiene sujeto el cartel se dirige hacia Kilian a una velocidad alarmante.

Es entonces cuando grito. Kilian me mira impotente pues apesar de su superioridad no posee el poder suficiente como para resistir a la bruja y apartarse de su trayectoria al mismo tiempo. La barra de metal se clava en su pecho y debido a la fuerza con la que ha sido lanzada, salé despedido hacia detrás chocando con un árbol cercano. Su cuerpo queda ensartado contra el tronco y su grito de dolor me hace cerrar los ojos.

Cuando vuelvo a abrirlos Gabriel se encuentra frente a mí. Se arrodilla a mi lado y desliza su mano por mi mejilla retirando los mechones grises que cubren mi cara.

— Te prometí que estaríamos juntos —susurra él de forma dulce mirándome a los ojos.

Intento apartarme pero de repente el dolor se triplica y mi mente gira. Los bordes de mi visión se oscurecen y me precipito contra el suelo. Los brazos de Gabriel me rodean antes de golpear el cemento y lo último que escucho antes de perder el conocimiento son los gritos a mí alrededor:

— ¡Nicole! —se oye desesperado a Kilian que permanece clavado contra el árbol

— ¡Basta! ¡Vas a matarla! —le grita Gabriel a la bruja cuya mirada asesina se centra en mí.

La oscuridad me invade y todo... se apaga.

KILIAN

— ¡Nicole! —la llamo con temor cuando veo que se desploma.

Gabriel la atrapa entre sus brazos y tiemblo de rabia. Mis manos rodean el cilindro de metal que atraviesa mi pecho e intento extraerlo. Si fuese madera probablemente ahora estaría muerto. Mis fuerzas han disminuido y a penas consigo moverlo unos milímetros hacia fuera pues cruza completamente el tronco del árbol dejándome atascado.

— ¡Estúpida! ¡Para de una vez! —le ordena Gabriel furioso a la bruja que parece no escucharle.

— Ella tiene la culpa de todo —murmura la chica entre dientes.

Gabriel deposita a Nicole con delicadeza en el suelo y con un movimiento rápido noquea a la bruja. Al contrario que con Nicole él ni siquiera intenta parar su caída. La chica choca contra el suelo con un golpe seco.

— ¡Kilian! ¡Merda! —oigo la exclamación de César que corre hacia mi saliendo por la puerta de la residencia de estudiantes.

Tras él le sigue André que habré mucho los ojos cuando se da cuenta de la situación en la que me encuentro. César llega hasta mí y sin dudar arranca el cartel de mi cuerpo. El dolor me atraviesa pero me contengo e inmediatamente después la herida comienza a cerrarse.

— ¡Nicole! —grito apartando a César de mi camino.

Pero cuando miro al lugar donde el cuerpo inconsciente de Nicole descansaba sobre el suelo ya no está. No hay rastro ni de ella, ni de la bruja, ni de Gabriel. Él se las ha llevado.

— ¡NO!

La hemos perdido.


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Empecé a escribir el capítulo ayer para subirlo pero mi musa es una hija de p*** y decidió salir por la ventana. Elegí esperar a que la dichosa volviese y, por suerte, esta mañana ha decidido visitarme cuando estaba en clase aburriéndome como una ostra.

¡¡ Espero que os guste !!


Starving of BLOODWhere stories live. Discover now