Capítulo 24

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NICOLE

Hace dos días (tras la compulsión)...

Gabriel fija sus ojos en los míos esperando mi respuesta. Acaba de emplear la compulsión en mí y debería contestar inmediatamente, sin dudar, pero me doy cuenta de que mi boca no se abre. Mi confusión aumenta al percatarme de que no ha funcionado. El control mental no ha hecho efecto y por ello mi cerebro todavía funciona por sí mismo.

¡Reacciona! Grita mi mente. ¡Acaba de decirte que te quiere!

Soy consciente de todo esto en apenas milésimas de segundos. He conseguido calmar mi respiración y mantener una expresión neutra. Mis manos ocultas tras de mí tiemblan ligeramente. Pensaba que todo acabaría aquí, que mi mente sería manipulada comportándome como el juguete de Gabriel y olvidándome del hombre al que realmente amo.

— Yo también te quiero —respondo al fin.

Gabriel sonríe complacido y sé que no se ha dado cuenta de que sigo siendo yo. Cuando me pregunta quién es Kilian le digo que no lo sé y él vuelve a estrecharme entre sus brazos.

— Te he echado tanto de menos —murmura Gabriel en el hueco de mi cuello.

Siento su aliento en mi piel y con todas mis fuerzas intento contener el escalofrió que me provoca su cercanía. Se separa un poco y acaricia mi mejilla. Finjo una sonrisa y pongo cara de adoración.

Cuando me besa no puedo negarme y presiono mis labios contra los suyos. El rechazo interno es fuerte pero lo combato. Su lengua se abre paso y se desliza suavemente sobre la mía. Gime por el beso y comienza a mover sus manos en dirección a mi culo. Lo estrecha y me obliga a presionarme contra su masculinidad que crece en sus pantalones.

¡Alerta! ¡Alerta! Las luces rojas aparecen en mi mente. Tengo que salir de esta situación ¡YA!

Gruño suavemente y me separo.

— ¿Qué ocurre, amor? —pregunta él con preocupación.

— Mi cabeza —me quejo tocando mis sienes con ambas manos —. Es como una presión constante... me duele.

Cuando en sus ojos se instala la decepción sé que he ganado. Acaba de usar el control mental impulsado por la magia conmigo, por lo que no es raro que haya efectos secundarios. Además, la escusa universal para detener a un hombre de sus avances ansiosos es el dolor de cabeza. Nunca falla. El hecho se de ser un vampiro me impide usar el truco de la menstruación. Una verdadera lástima...

— Está bien —suspira él dando un paso atrás —. Te dejaré descansar durante un rato.

Asiento agradecida y Gabriel sale de la habitación. Suelto el aire que estaba conteniendo y me dejo caer sobre la cama.

¿Qué voy a hacer ahora? Es una suerte que la coacción no haya funcionado. Se perfectamente la razón de ello y es que la verbena  invade mi organismo. Kilian me ha alimentado varias veces con su sangre y gracias a ello he conseguido esquivar esta bala.

La puerta vuelve a abrirse y mi cuerpo se tensa pensando que Gabriel ha cambiado de opinión y no piensa dejarme sola. Pero al incorporarme veo que estoy equivoca, no es él sino la bruja.

— Gabriel me ha pedido que te traiga esto —dice ella con voz molesta depositando una bolsa como las del hospital rellena de sangre sobre la mesilla junto a la cama.

A mi oído llega el sonido de una puerta cerrándose junto con el de una llave dando varias vueltas. Gabriel acaba de marcharse dejándome a solas con la chica.

— Gracias — finjo una sonrisa.

Ella esboza una mueca y me mira con asco.

— Esto es sólo temporal —escupe —. Te usará, se cansará de ti y después volverá conmigo.

Está loca de remate.

— ¿Le amas? —pregunto inocentemente.

— ¿Cómo no podría amarle? Él es perfecto —suspira ella.

Tras su declaración se gira y se dispone a salir de la habitación. En su mano lleva una pequeña llave con la que cerrará la puerta manteniendome enjaulada de nuevo. Me muevo rápido. Tan rápido que todo pasa en apenas un pestañeo. Agarro la lámpara de noche que está junto a la bolsa de sangre y le quito la parte de arriba. Después, me coloco tras la chica de pelo corto y la impulso a través de su espalda. Ella se queda paralizada y de su boca comienza a salir sangre. Tose y el líquido rojo cae al suelo.

— N-No, no....

— ¿No es posible? —termino su pregunta por ella ya que se está ahogando con su propia sangre —. No soy tan fácil de vencer.

Hago más presión hacia delante y retuerzo mi arma improvisada. La bruja pierde la poca fuerza que le queda y sus rodillas se doblan pero la sujeto impidiendo que golpee el suelo. Todavía no he terminado con ella.

— Pagarás con tu muerte el haber matado a cinco personas inocentes con el fin de haber traído a un demonio de vuelta a este mundo. Gabriel nunca te ha querido —susurro en su oído —. Sólo te ha utilizado. Vas a morir y quedarás atrapada en el otro lado, pero no te preocupes porque voy a hacer tus deseos realidad. Podrás pasar toda la eternidad con Gabriel después de que lo mate a él también.

Acabada mi sentencia extraigo de un tirón la lámpara y dejo de sujetar a la chica. Su cuerpo cae hacia delante y cuando golpea el suelo escucho con satisfacción la ausencia de su latido.

Sin pensarlo dos veces me precipito fuera de la habitación. Recorro un largo pasillo hasta llegar a un puerta que por su aspecto deduzco que es la de entrada. Estoy a punto de abrirla y escapar cuando una idea cruza mi mente. Mi mano se queda congelada en el aire a escasos centímetros del pomo. Una gran sonrisa se extiende por mi cara y doy un paso atrás.

Vuelvo sobre mis pasos hacia la habitación con la cama de sábanas oscuras y me quedo mirando el cadáver de la bruja.

Lo primero que debo hacer es deshacerme del cuerpo y limpiar el estropicio que cubre el suelo. Una vez hecho esto me siento sobre la cama y me bebo tranquilamente la sangre que la recién fallecida me había traído pocos minutos antes de su final fatal.

Me tumbo sobre las suaves sábanas y cierro los ojos. Mientras el sueño se aproxima comienzan a tejerse los hilos de mi plan. En lugar de escapar elijo quedarme. Mantendré la mentira un poco más haciendo creer a Gabriel que ha conseguido su objetivo. Dejaré que se confíe y así cuando menos se lo espere... BANG...estará de vuelta en el otro lado.

Cuando Gabriel vuelve pregunta dónde está la bruja y con indiferencia le respondo que no tengo ni idea. Él no me cuestiona y felizmente me informa de que vamos a ir a dar una vuelta. Cuando horas más tarde sale de uno de los edificios del campus acompañado por Kilian me doy cuenta de su actitud infantil. Es obvio que quiere restregarle a Kilian por la cara su victoria.

Veo el dolor en los profundos ojos verdes de Kilian cuando beso a Gabriel. Soy tan buena con mi actuación que no parece haberse dado cuenta de que estoy fingiendo. Lo miro fijamente intentando que recuerde y cuando veo un ligero temblor en las esquinas de sus labios, suspiro aliviada.

Que empiece la cuenta atrás.



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Menuda cantidad de comentarios que tiene el capítulo anterior. Me ha encantado leer lo mucho que os ha gustado. ¡Soy geniales!

Starving of BLOODWo Geschichten leben. Entdecke jetzt