Obliviate #IV

12.8K 1.5K 199
                                    

Hasta el león más grande puede temerle a una vil y pequeña serpiente. 

–Crabbe, no lo sé, deja de molestar – Blaise ya estaba cansado de la constante y molesta pregunta que tanto Crabbe como Goyle repetían una y otra vez. Y es que, que el fuera el más cercano a cierta serpiente rubia y siempre estuviera con él, no le hacía saber dónde estaba en ese momento exactamente. Cosa que lo estaba volviendo loco. 

Blaise esta preocupado, si, preocupado y todo por culpa de Draco. La noche pasada antes de irse a dormir Draco había regresado de hablar con su padre, sabía como siempre que hablaban, que era de algo a lo que Draco no estaba de acuerdo, haciendo que siempre regresara con un humor de los mil demonios. Blaise ya estaba acostumbrado a eso, no era ciego en cuanto a la vida de Draco, conocía hasta lo más pequeño de él, todo contado por el mismo rubio. No por nada era considerado como su mejor amigo, era la única persona en la que Draco confiaba.

»Su amistad comenzó de una forma poco peculiar. Se habían conocido de pequeños, sólo que ninguno de los dos se trataba y fue sólo cuando ingresaron a Howgarts y les tocó compartir habitación, cuando poco a poco se fueron llevando. Ya en segundo año eran buenos amigos – junto a Crabbe y Goyle—, aunque a estos últimos Blaise no los soportara. Sólo lo hacía por Draco, y Draco sólo lo hacía porque los conocía de pequeños. 

Blaise poco a poco iba uniendo los puntos, tomando todo lo que a Draco se le soltaba sobre sí mismo para hacerse una idea de su vida. Era algo realmente difícil, ya que Draco era una persona muy cerrada. Ni los mismo Crabbe y Goyle sabían mucho de él. Pero Blaise en aquella época era muy curioso y persuasivo –no es que ahora no lo fuera–, sólo que las circunstancias le habían enseñado a ser ahora menos curioso y más con las cosas que estaban pasando, donde saber de más, era algo realmente peligroso. Fue para cuarto año que Blaise y Draco se hicieron los mejores amigos y todo por una reunión.

Ninguno de los dos era ciego ante el hecho de que sus padres no estaban en algo "bueno", pero poco les importaba a esa edad. Hasta que claramente sus padres y los demás Mortifagos vieron necesario el aumentar sus tropas, pues el regreso de Voldemort no pasó desapercibido luego de lo sucedido en el Torneo de los Tres Magos. Cada Mortifago con hijo había decidido presentarlo en una reunión, en alguna forma de bienvenida. Blaise y Draco, a diferencia de otros niños, tenían más conocimiento en lo que se estaban metiendo. La reunión sólo trató de presentarse ante los otros Mortifagos y hablar sobre como ellos servirían a Lord Voldemort en su regreso para poder tomar control en el mundo mágico. Se pudo notar el terror en la cara de más de uno, menos en las de Blaise y Draco. Aunque Blaise sabía algo que el resto no, que Draco era muy  bueno en ocultar lo que sentía y que esa cara que tenia de total serenidad y aceptación, sólo era una mascara. No bien terminó todo aquello, cuando Blaise interceptó a Draco en uno de los pasillos seguro de que nadie les escuchaba, le preguntó que opinaba de todo aquello. 

Como lo predijo, Draco no sólo dijo que no tenían de otra más que aceptar. Por esa ocasión Blaise lo dejo pasar, pero no fue mucho la espera para que Draco se rompiera frente a él. No supo que había pasado, Draco había sido llamado debido a que su padre necesitaba hablar con él y cuando regresó, se desmoronó. Blaise nunca antes había visto a Draco actuar de aquella forma. Estaba enojado e histérico, al punto de un colapso mientras soltaba un montón de cosas sin sentido que Blaise no lograba descifrar de lo rápido que lo decía. Cuando pudo calmarlo, Draco soltó todo. Su crianza, lo que su padre esperaba de él, lo que le pedía hacer... Todo. En una noche, Blaise Zabini, conoció todo sobre Draco Malfoy. Esa noche se hicieron más que simples amigos«

– ¡Zabini! –escuchó gritar. Fue sólo girar unos centímetros su cabeza para encontrase con la mirada de Pansy –¿Donde esta Draco? No lo vi en el desayuno y se perdió la primera clase, él nunca se pierde la primera clase. 

O.B.L.I.V.I.A.T.E [Harco-Drarry]Where stories live. Discover now