Obliviate #VII

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Luego de aquella charla con Zabini, Draco tenia ahora mucho que pensar acerca de lo que significaba seguir con su idea de cambiar. Malfoy tenía la sospecha de que realmente no tenía nada de bueno en el cuento, pero ¡Por Merlín! Para nada esperaba todo lo que el moreno le soltó. Su familia, Voldemort, una guerra y su puesto en todo eso lo estaba sobrepasando ¿Qué momento importante en su memoria se había perdido para convertirse en ese Draco, del que todos pensaban tan mal? ¡Y es que lo hacían con razón! Hasta el lo haría pensando como lo hacia ahora.

La serpiente de Slytherin durmió esa noche soñando con laberintos y puertas cerradas.

Ha la mañana siguiente, ya miércoles y a pocos días de las Vacaciones, Malfoy caminaba distraído mientras miraba al suelo sin ánimos de nada ¿realmente aun quería seguir con su idea después de lo que Blaise le dijo?

–¡Hey, Malfoy! –una chica de Ravenclaw le llamo acercándose a su lado –Tienes una llamada en espera –informó con rapidez antes de desaparecer corriendo por el pasillo. Draco miró a Blaise, quien se encogió de hombros sin tener la mínima idea de quien sería.

–¿Quieres que te acompañe? –Malfoy declinó la oferta, aun tenia muchas cosas que pensar y quería estar el mayor tiempo posible a solas. Zabini dejó ir a su amigo, preocupado como siempre de que le pasara algo al dragón si él no lo estaba viendo. Se despidieron antes de llegar a la primera clase, Blaise ya se inventaría algo por la falta de su amigo.

El único teléfono funcional de Hogwarts era un aparato sumamente antiguo (como de los años cincuenta) pegado a la pared y que funcionaba con magia. Se encontraba ubicado entre unos pasillos muy estrechos e incómodos para dar "privacidad" al estudiante, pero realmente era el peor lugar para poner un teléfono. Malfoy descolgó el auricular y la parte donde debía hablar.

–Hasta que contestas, te dije claramente el domingo que llamaría hoy, debías estar pendiente –Draco se quedó un segundo sin habla ¿ese era su padre? ¿Desde cuando sonaba tan... severo? – ¡Draco! –gritó Lucius desde el otro lado de la linea al no recibir ni una palabra de su hijo –No te hagas el tonto ahora, mocoso. No estamos para jugar en este momento. Te llamo para avisarte que él Señor Tenebroso quiere adelantar tu iniciación y marcarte lo más rápido posible, así que te quiero listo para cuando llegue mañana a buscarte –se hizo una pausa densa –después de esto no creó que vuelvas a la escuela –¿Y eso era lástima en la voz de su padre? —Pero servirás fielmente al señor tenebroso y su causa, y harás todo lo que te diga que hagas por tu bien. Debo irme. Nos vemos mañana en la tarde.

Draco no era claustrofóbico, lo sabía con o sin memoria, pero en ese momento cuando dejó el aparato y se intentó alejar, sintió que el pasillo se cerraba y todo giraba a su alrededor. ¿Ese que acababa de hablarle era su padre? No podía ser, no. Había sido tan frío y lejano, tratándolo como si fuera alguien más y no su hijo ¿Cómo habían llegado a eso? No quería creer que su padre lo estuviera entregando en bandeja de plata al que era el enemigo de todo el mundo mágico. El rubio se sentía como un cerdo al matadero.

¿adelantar la ceremonioso de iniciación para ser un asesino? No, claro que no. Malfoy esperaba tener mas tiempo para pensar las cosas, pero la llamada de su padre y la amenaza al final de la misma, le habían ayudado a decidirse que hacer después de todo por su bien. Si su padre podía ser egoísta ¿Por que él no?

[...]

Severus daba su clase a un grupo de Hufflepuff cuando una carta se materializó frente a él. La carta era de Dumbledore, quien le citaba urgente en su despacho. Algo molesto por la interrupción, pero con rapidez y sin dudar, Snape se disculpó con su clase y se marchó dejándoles una tarea sencilla. Cuando llegó a la oficina de Dumbledore no sé sorprendió mucho al ver allí a Harry y sus amigos.

La reunión se debía a que Draco había ido hasta el mismo Dumbledore y contado que su padre tenia la intensión de ir a buscarlo el día siguiente y adelantar su iniciación. También le aseguró que estaba totalmente comprometido a cambiar, realmente no quería seguir los pasos que su padre le pintaba. Como todos, el mismo Malfoy veía todo ese accidente con su memoria como una segunda oportunidad de rectificarse.

–¡Es una locura! Lucius no me informó nada –siseó con rencor hacia el hombre padre de su ahijado –¿Qué haremos? No puedo mantenerlo conmigo ¡Sospecharan! Y buscaran primero en mi casa, además que debo asistir a las reuniones, no puedo mantenerlo vigilado –Snape pensaba en todas las opciones posibles mientras iba poniéndose cada vez mas nervoso al tener menos y menos ideas para mantener alejado y bajo cubierta a Draco.

–Calma, Severus –Dumbledore caminó hasta el grupo de chicos parados a un lado de su escritorio –Para eso están ellos aquí.

Severus no estaba de acuerdo con el plan que se le había ocurrido a Granger y Dumbledore, mucho menos lo estaba Ron. Ciertamente ninguno de los dos sabía como los habían convencidos para aceptar. A Hermione se le había ocurrido el plan de llevar a Malfoy con ellos a pasar las fiestas en la Madriguera, así ellos podrían estar vigilando que nada le pasará y nadie sospecharía de la Madriguera y los Weasley escondiendo al rubio, siendo ellos una de las primeras familias en demostrar su desagrado a la familia de víboras.

Dumbledore pensó que era un plan magnifico y Harry sólo aceptó sin pensarlo mucho. Si el rubio iba tan enserio en cuanto a cambiar como para pedirle ayuda a Dumbledore, Harry podía esforzarse también en cumplir su promesa y apoyarlo ¿Y qué mejor manera que pasando un poco de tiempo juntos? Aunque aún para él fuera algo muy raro de pensar y hacer ¿Él y Malfoy juntos como amigos? Al Gryffindor aun le daba escalofrío imaginarlo, y miren que lo ha echó desde que hablo con el viejo mago.

El trio dorado pensaba cada quien en su cabeza, que esas serían las fiestas navideñas mas raras desde que se conocían...

–Sigo sin estar de acuerdo en esto ¡Y no puedo creer que mi madre haya aceptado! –protestó Ron en la Sala Común de Gryffindor.

–¿Qué te sorprende Ron? Tu madre es una mujer realmente dulce y comprensiva, ella claramente aceptaría ayudar luego de que Dumbledore le explicó el caso –Le soltó Hermione.

–Si pero... ¡No lo quiero en mi casa! Es Malfoy ¿Y si todo es una trampa y espera para atacarnos mientras durmamos? –Hermione bufó y giró los ojos.

–Para ya el drama, Ronald. Hasta la enfermera Pomfrey esta de acuerdo con que tiene amnesia temporal y creo que la nueva actitud de Malfoy a dejado eso muy bien en claro –la chica entendía muy bien el odio que le tenia el pelirrojo al rubio, pero como ella pensaba y decía Dumbledore; no estaban en tiempos para negar posibles aliados. Si, tampoco confiaba totalmente en Malfoy, pero como dice el refrán: Ten a tus amigos cerca, pero a tus enemigos más. Teniendo a Malfoy de su lado siendo ahora tan inofensivo, sabía que sería una gran carta de apoyo en un futuro si todo salía bien.

–¡Exacto! Amnesia tem-po-ral ¿Y si a mitad de una noche recuerda todo y le es por asesinarnos? –siguió batallando Ron esa discusión. Él para nada se tragaba todo eso. Él mas que nadie sabía que todo eso era un teatro planeado por Malfoy y tenia pensado desenmascarar al hurón esas vacaciones ante todos.

–Calmate Ron. Si te hace sentir mejor, me quedare todo el tiempo junto a él y le mantendré vigilado –aseguró Harry. Después de todo, el tampoco confiaba plenamente en el Slytherin. Su memoria podría regresar de la nada y con eso su actitud y pensar.

–Por alguna razón, Harry, eso no me hace sentir mejor –soltó Ron con una voz cansado, dándose por vencido en cuanto a esa discusión con sus amigos.

–¿Qué quieres decir con eso? –preguntó el chico de lentes, sintiéndose algo ofendido ante el comentario de su amigo y su falta de fe hacia él.

–Harry, eres el chico mas confiado y ciego en cuanto algunas cosas se refiere. Estoy seguro que alguien como Malfoy sería totalmente capaz de engañarte.

O.B.L.I.V.I.A.T.E [Harco-Drarry]Where stories live. Discover now