Obliviate #XV

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Todos estuvieron a la mesa cuando Molly les llamó, hasta Ginny, que había aceptado salir de su depresivo encierro con la condición de que no se sentara cerca de Malfoy y Hermione estuviera con ella en todo momento. Y así fue, Arthur se había sentado alegre a la cabeza de la mesa, con su esposa Molly a un lado y Fred al otro. Los gemelos se habían apoderado completamente de Draco, hablando de bromas pasadas y modos de mejorar las siguientes con el conocimiento en pócimas del rubio. Así que, entre Fred y Geoger estaba sentado Draco, quien también estaba animadamente hablando con los gemelos, siendo los primeros en interesarse -aunque fuera para sus bromas- en sus conocimientos de pócimas y alquimia. Malfoy desvío su mirada un momento de su plato de comida y la conversación para buscar a Harry con la mirada.

Potter se había sentado al lado de Ron, quien estaba al lado de su madre, quedando en medio de él y Hermione. El pelirrojo hablaba eufórico sobre el último partido de Quidditch que claramente Harry se perdió por andar con Malfoy. Potter escuchaba con atención a su amigo, pero sólo por un minuto, dejó de verlo para girar la mirada y hallar la plateada de Draco, que al verse descubierto soló atinó a sonreír, siendo imitado por Harry, que no pudo evitar sonreír también, divertido con la escena de ver a Malfoy, Draco Malfoy, siendo rodeado y monopolizado por los gemelos Weasley que no paran de hablar con él. Sus miradas duraron sólo segundos antes de regresar a lo anterior.

Para cualquiera hubieran pasado desapercibidas aquellas miradas, pero no para Hermione Granger, que era muy observadora y las había visto estando sentada a un lado de Harry. Ginny, que también era muy observadora -para su disgusto esa noche- también había visto la mirada de ambos chicos, estando sentada a un lado de Hermione. Realmente se enojó, pero era más por los celos y su corazón roto. Hermione notó que Ginny también se había dado cuenta, por lo que, para apoyar a su amiga, tomó su mano sobre la mesa y la apretó en muestra de apoyo y comprensión. Ginevra Weasley le sonrió a su amiga para agradecerle y calmarla, no iba a salar sobre Malfoy o Potter y hacer una escena. Aceptaba todo aquello aunque le doliera.

La cena prosiguió, llena de: alabanzas a la comida de Molly, bromas entre los hermanos, regaños de la señora Weasley para que se comportaran y miradas entre Potter y Malfoy, algunas acompañadas con alguna sonrisa por algún chiste o broma de los Weasley.

–Eso estuvo increíble, señora Weasley –halago Draco –si mi madre estuviera aquí, le pediría la receta de ese pavo.

Por un momento la mesa quedó en silencio, esperando la reacción de la matriarca de la familia. Algunos esperaban alguna explosión de sarcasmo, o una mirada fría.

–Muchas gracias... Draco. Aprecio que alguien aquí degustara mi comida y no sólo se la tragara –argumentó viendo a sus hijos, sobre todo a Fred, George, Ron y Harry, que aunque no era su hijo, lo quería como uno –El secreto del pavo es una salsa especial que preparo, tradición de los Prewett.

–Me encantaría conocerla, mi madre tiene una receta especial, pero es para las tartas. Tradición de los Black.

Más de uno pensó que caería de la silla, sobre todo los Weasley. Arthur sólo le sonreía orgulloso a su esposa, mientras el resto veía a la mujer como si estuviera loca o no fuera ella. Hasta el mismo Draco estaba sorprendido de no haber recibido un comentario negativo, pero no lo demostraría, no quería arruinar la charla que mantenía con la mujer sobre recetas familiares, recordando cuando de pequeño cocinaba tartas con su madre, sus favoritas.

Hermione era la única que no había actuado sorprendida, sabiendo como era la madre de Ronald. Al parecer más que él. Y es que ella lo había dicho, que Molly aceptaría a Draco a la final.

La verdad, Molly si había sido muy dura con el muchacho al comienzo, aun cuando fue informada de lo que le había sucedido. Pero debía cerciorarse de que Draco no estuviera actuando todo aquello, debía llevarlo al limite y probarlo, saber que lo que Dumbledore le había dicho no era mentira. Y ahora se daba cuenta, no lo era. Llevaba -desde que había llegado Mslfoy- observándolo, viendo cada movimiento que hacia y oyendo lo que decía. No estaba loca, sólo quería mantener a sus bebés a salvo. Ahora que estaba segura de que Draco no era el mismo -habiéndolo visto interactuar con todos- podía tratarlo mejor, como una persona.

O.B.L.I.V.I.A.T.E [Harco-Drarry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora