13. Novios

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Magnus sonrió y le tomó una foto a Alec, el cual rió y negó.

– ¿No estás muy cerca de mi cara? – preguntó dado que estaban casi nariz con nariz. – Eso va a verse horrible. –

– Nope, – dijo Magnus. – Quiero capturar este momento. Y no necesito el fondo para hacerlo. Además mi novio es hermoso. –

– Novio, – repitió Alec, aun asombrado por ello. – Y yo creo que cuando mucho, es pasable. En cambio mi novio es demasiado atractivo. Para ponerlo en términos de Isabelle, el es súper caliente. –

– Estoy en completo desacuerdo. ¡Cómo te atreves a llamar a mi novio pasable! El es malditamente guapo y se lo voy a repetir todos los días hasta que lo crea, – Alec se sonrojó y Magnus apretó su nariz. – Aunque es cierto, tu novio es bastante caliente. –

Alec rió y descansó su frente en la de Magnus. Estaban riendo juntos y robándose besos bajo el sol cuando algo llegó a la mente de Alec y se separó.

– No deberíamos estar haciendo esto, – dijo Alec desenvolviendo sus brazos del cuello de Magnus y poniéndolos en sus hombros. – Tu vas a volver a Nueva York y yo me voy a quedar aquí. Por siempre. –

– ¿Por qué no te vienes conmigo? ¿O al menos a visitarme? –

– No puedo, – masculló Alec. – Tengo que quedarme y manejar la granja después de mis padres. Isabelle y Jace pueden hacer más. Si yo no lo hago uno de ellos tendrá que hacerlo. No puedo forzarlos a quedarse aquí, no puedo. –

– Y de verdad. ¿Quieres manejar la granja? No tienes que hacerlo. Puedes hacer cualquier cosa. Clary dijo que te gusta dibujar. –

– Bueno, si, – Alec enrojeció. – Pero tengo que hacerlo. Si no lo hago yo, alguien más tendrá que hacerlo. –

– ¿Pero quieres hacerlo? – le presionó Magnus.

– No, – admitió Alec. – Siempre quise ser arquitecto. –

– Entonces se un arquitecto, –dijo Magnus trazando pequeños círculos en la cadera de Alec. – No tienes que manejar la granja. Tus padres no te obligarían ni a Isabelle o a Jace. No tienes que preocuparte. –

– No es tan sencillo. – Alec se levantó. – Es fácil para ti, ¿cierto? Solo vas por ahí preocupándote de ti mismo. Yo tengo que pensar en mis hermanos. Todo lo que haga les afectará. Necesito protegerles y asegurarme de que estén bien. – Se cruzó de brazos viendo a Magnus con el ceño fruncido.

– Alec, – comenzó Magnus. – No quise...– Alec levantó una ceja y Magnus suspiró, levantándose. – Ok, quizá soy un tanto egoísta. Quizá mucho. Pero tu eres tan desinteresado que nunca vas a conseguir nada. Están tan enfocado en hacer feliz a tus hermanos que nunca vas a ser feliz tu. Y no puedo vivir con ello. Así que no solo aceptes tu vida, ¿por qué no tratas de vivirla? Se un arquitecto, o al menos inténtalo. ¿Puedes hacer eso por mi? –

– Okey, – Alec mordió su labio. – Por ti, – Magnus sonrió.

Magnus se giró y siguió tomando fotos. Escuchó a Alec reír y se giró a tomarle una foto también, escondiendo su sonrisa tras la cámara.

– Sabes, probablemente no vamos a durar, – dijo Alec solemne después de un rato de silencio. – Las posibilidades de que funcionemos a distancia no son muchas... la mayoría de las personas que si se pueden ver a diario no duran. –

– No me importa, – Magnus se encogió de hombros. – Solo tendremos que hacer lo que todos hacen, – le guiñó a Alec. – Tener esperanza. –

Big City (Malec UA)Where stories live. Discover now