29. Perdonar y buscar la felicidad

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Darling, you look perfect tonight


En el pueblo no había salones de fiestas, por lo que siempre se usaba una gran habitación de la iglesia, donde había una pista de baile y varias mesas con mantel blanco, con bebidas, velas y flores.

Ellos estaban sentados en la mesa de los jóvenes. Maia y Bat estaban sentados juntos, con el brazo de Bat rodeando la cintura de la chica. Isabelle, luciendo feliz y relajada, estaba sentada junto a Simon quien se veía nervioso mientras hablaba con ella. Magnus no sabía cuanta champaña ya habían tomado.

Magnus estaba sentado felizmente al lado de Alec, terminado de comer su platillo y con media copa vacía. Su novio estaba platicando con Aline sobre cierta película, tratando de convencerla que la viera, mientras ella le contaba sobre una serie de televisión de la que Magnus nunca había escuchado.

Luke y Jocelyn estaban en una mesa con los padres de Alec, sonriendo radiantes y acurrucados el uno con el otro. Los padres de Alec platicaban con Madeleine. De repente Alec siguió la mirada de Magnus y frunció el ceño.

– Baila conmigo, – dijo Alec, de repente, dejando de ver a sus padres y enfocándose en Magnus, quien le miraba sorprendido.

– ¿Bromeas? –

– No, – Alec insistió. – Toma mi mano y baila conmigo. –

– ¿Aquí? – Magnus miró alrededor nervioso. – Prácticamente todo el pueblo está aquí. Esto sería como salir definitivamente, oficialmente. –

– Si, – musitó Alec. – Lo sería ¿cierto? – Esto era lo que tanto quería Magnus. Gritar por los tejados que Alec era suyo y que estaban juntos. Pero de repente se sintió nervioso, como si Alec solo quisiera probarle algo a sus padres.

– Alec, no estás pensando claro...–

– Baila conmigo, – dijo Alec, mirándole con ojos de cachorro, y Magnus no pudo más que asentir. Alec se levantó y tomó su mano. Isabelle les miraba con la boca abierta, como preguntándoles que diablos estaban haciendo.

Al llegar a la pista de baile, Magnus le dio una última mirada de duda a Alec. Alec captó el mensaje pero solo asintió. Acercó a Magnus a su pecho y comenzaron a bailar, como si fuera algo completamente normal. Magnus podía sentir a todos mirándoles. Y Alec lo sintió porque con una mirada de determinación, Alexander Lightwood les enseño, metafóricamente, el dedo de en medio a todos y besó a Magnus enfrente del pueblo. Aterrorizado y extasiado al mismo tiempo, Magnus devolvió el beso con pasión. De repente todos se habían quedado en silencio.

– ¡Ya era hora, maldición! – gritó Isabelle, siendo seguida por sus amigos quienes gritaban y chiflaban felices. Al separarse, vio a Jace aplaudiéndoles y a Maia chiflándoles. Y en ese momento en que todos los adultos les veían sin poder creerlo, los jóvenes se levantaron a la pista de baile, riendo y disfrutando de la música. Isabelle le dio un beso en la mejilla a Simon y Aline y Helen se dieron un dulce beso.

– ¡Vaya boda! – le dijo Jace a Magnus sobre la música. Magnus solo rió y continuó bailando con Alec. Ciertamente era verdad.

*

Después de cansarse de bailar, la pandilla colapso en la mesa. Isabelle al instante ordenó una bebida, mientras que los demás pedían agua.

– ¿Saben que he estado pensando? – dijo Isabelle, comiéndose la cereza de su bebida.

– ¿Lo malo que esas cosas son para ti? – Alec preguntó e Isabelle le miró mal. – ¿Realmente quieres ser modelo? Porque con tanta azúcar vas por mal camino. –

Big City (Malec UA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora